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En busca de nubes menos grises

Nos cuesta soltar la mano de los combustibles fósiles: según la Unión Europea, el transporte sigue emitiendo hasta el 20% de los gases de efecto invernadero del continente. Para ayudar a reducir este porcentaje en España, el Banco Europeo de Inversiones ha concedido a Cabify un préstamo de 40 millones de euros para desplegar 1.400 vehículos eléctricos en el país: una financiación con la que se estima ahorrar a la atmósfera 9kt de dióxido de carbono al año.

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Yvonne Redin
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El cielo no puede desaparecer bajo un eterno manto gris. Con esa contundencia, aunque en su habitual tono oficial, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea condenó hace unas semanas a España por el incumplimiento sistemático de la norma comunitaria de calidad del aire en Madrid y el área metropolitana de Barcelona. El motivo es que en ambas aglomeraciones urbanas, según demuestran los datos, se superaron reiteradamente desde 2010 y hasta 2018 los límites anuales de seguridad fijados por la Unión Europea para el dióxido de nitrógeno. Un serio problema que, más allá de correr el riesgo de costarle a nuestro país la correspondiente multa millonaria, amenaza con pasar una factura aún mayor a la salud de los 7,5 millones de personas (un cuarto de la población nacional) que viven en estas ciudades.

La noticia llega a tan solo siete años tras cerrar la Agenda 2030, en un escenario donde la descarbonización del transporte, un paso clave para avanzar hacia un modo de vida más limpio y saludable, ha marcado tanto los Objetivos de Desarrollo Sostenible como el paquete Fit for 55 o las metas de la Agenda 2030. También el conocimiento colectivo: la mayor parte de los ciudadanos ya son conscientes de que sustituir el coche de combustible por el eléctrico es tan sustancial como rediseñar el esquema urbano para reducir el número de desplazamientos en transporte privado y fomentar el uso de transporte público, coches compartidos y vehículos alternativos como la bicicleta.

Sin embargo, aún no nos hemos atrevido a soltar de una vez por todas la mano de los combustibles fósiles: el transporte sigue siendo uno de los principales generadores de carbono de las ciudades, con la emisión de hasta el 20% de los gases efecto invernadero generados en la Unión Europea. ¿Hacia dónde hay que enfocar los esfuerzos para hacer que el tráfico deje de robarle color al cielo? Según la propia Comisión, para reducir en un 90% las emisiones de este sector en 2050 hace falta que circulen por las carreteras 30 millones de coches de cero emisiones, además de doblar para esa fecha el número de usuarios de alta velocidad por ferrocarril e impulsar aviones y buques que no emitan gases contaminantes.

Este titánico trabajo debe venir marcado por una hoja de ruta que nos conduzca hacia la dirección adecuada, además de apoyarse en la inversión tecnológica, necesaria para reformular el ecosistema del transporte ayudando a entender cómo se comporta la ciudad en tiempo real. Estas son algunas de las propuestas lanzadas por la plataforma española de multimovilidad Cabify, que recientemente ha recibido 40 millones de euros del Banco Europeo de Inversiones (BEI) para desplegar 1.400 vehículos eléctricos por toda España, implementar la infraestructura necesaria para su operación y contribuir a la transformación verde del transporte.

La financiación refuerza el objetivo de Cabify de que todos los viajes  de su plataforma sean en vehículos de cero emisiones para 2025

«Nuestro propósito no es otro que hacer de las ciudades mejores lugares para vivir, y la movilidad sostenible es clave para conseguirlo», afirmaba el presidente ejecutivo de Cabify, Juan de Antonio, en la firma del acuerdo. «Estamos comprometidos con acelerar la transición a una movilidad más responsable con el planeta en todos los mercados en los que operamos». Por eso, la descarbonización de la flota es una prioridad absoluta para la compañía a la hora de liberar las calles de vehículos contaminantes, una medida con visión de futuro para cumplir con las metas de descarbonización marcadas por la Unión Europea para 2050. El resultado de la iniciativa firmada por el Banco Europeo de Inversiones supondrá un ahorro medio de 9 kt de dióxido de carbono al año.

El proyecto –para el que Cabify también invertirá fondos propios hasta sumar una inversión total de 82 millones de euros– es un refuerzo para que la compañía alcance sus objetivos de descarbonización, que apuntan a que todos los viajes realizados desde su plataforma sean en vehículos cero emisiones en España en 2025, y en todo el mundo en 2030. Así lo asegura Ricardo Mourinho, vicepresidente del BEI, quien insiste en que el préstamo no solo permitirá a Cabify contar con  1.400 vehículos «verdes» en su flota, sino también con la infraestructura de recarga suficiente para que funcionen adecuadamente, uno de los desafíos recurrentes a la hora de electrificar el transporte: «Las iniciativas de visión de futuro como ésta son importantes para conseguir que por nuestras carreteras circulen en 2030 hasta 30 millones de vehículos de cero emisiones».

Cabify busca la incorporación de coches de emisiones cero con una autonomía superior a 400 kilómetros

Con este proyecto, Cabify busca la incorporación de coches de emisiones cero con una autonomía superior a 400 kilómetros, además de infraestructuras de carga rápida para garantizar la mayor oferta posible y seguir minimizando la huella de carbono de las ciudades que, en un futuro muy cercano, tendrán que cambiar el gris por el verde. Asimismo, para alcanzar sus objetivos de descarbonización, Cabify también fomentará que las empresas del sector VTC y taxis que colaboran con la plataforma descarbonicen sus vehículos, gracias a acuerdos clave con terceras empresas o incentivos que faciliten esta transición.

Los servicios de movilidad compartida como Cabify suponen una alternativa de transporte que resulta más sostenible que otras como el coche particular. Gracias a ello, podemos ser capaces de reducir la congestión en las ciudades y contribuir al cumplimiento de la legislación europea sobre calidad del aire. Pero, como todo, la electrificación de una flota de coches también lleva su tiempo. Aunque eso no quiere decir que ya no se pueda hacer más: consciente de que el reloj corre más rápido cuando se trata del medio ambiente, mientras alcanza sus objetivos a gran escala, la empresa se asegura de compensar el 100% de sus emisiones invirtiendo en proyectos de reforestación y energías renovables en los países en los que opera. Así, desde 2018, se han compensado 375.000 toneladas de dióxido de carbono, el equivalente al absorbido por 21 millones de árboles durante sus primeros diez años de vida.

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