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El futuro del trabajo: una transformación muy presente

Representantes del sector empresarial, político, social y académico debaten sobre la transformación del mercado laboral en ciernes durante el encuentro ‘The Work: el Futuro del Trabajo’ organizado por Ethic.

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Francis Ferrer
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Primero, la buena noticia: el 93% de los españoles está satisfecho con su trabajo en general. La mala es que solo un 34% lo está con su sueldo, como se desprende del estudio Nuevas tendencias laborales en España, elaborado por Amazon e IPSOS. 

Nuestro país es el que más poder adquisitivo ha perdido de la Unión Europea en los últimos 20 años: mientras que los salarios han subido una media del 48% en este tiempo, los precios lo han hecho por encima del 50%

«El estudio deja claro, como era previsible, que el sueldo y la estabilidad laboral son los temas que más preocupan a los trabajadores, pero le siguen muy de cerca otros aspectos que antes no se tomaban tan en cuenta, como el ambiente laboral y la flexibilidad», señala Alejandra Rodríguez del Castillo, directora de Relaciones Laborales para Amazon en España, que relata cómo en la compañía han logrado posicionarse en el lado luminoso de estos porcentajes. «El salario inicial de moza y mozo de almacén es de 1.750 euros brutos al mes, un 45% por encima del SMI, pero no nos quedamos ahí: disponen de un seguro médico que incluye psicólogo, de un plan de pensiones, un plan de formación….».

Rodríguez del Castillo (Amazon): «Solo un 42% de los españoles está satisfecho con la conciliación, algo que más del 70% considera muy importante»

Amazon España es, además, de las pocas empresas de nuestro país que ofrece la posibilidad de teletrabajar al 100%, a elección del empleado. «Con todo, la mayoría apuesta por un modelo híbrido; al final, valoran el hecho de tener una oficina donde interactuar, compartir ideas y tener contacto con sus compañeros», añade Rodríguez del Castillo. Y señala otra de las conclusiones del estudio: «Solo un 42% está satisfecho con la conciliación, si bien más del 70% cree que es algo muy importante. Cuatro de cada diez han declarado que siempre salen tarde del trabajo. Nosotros ofrecemos flexibilidad total siempre que el puesto lo permita; y si no es así, por ejemplo en los casos de los mozos de almacén, redistribuimos y adaptamos los turnos según sus necesidades».

El futuro del trabajo

De izquierda a derecha: Modera Alberto Montero (Universidad de Málaga), Luz Rodríguez (Exsecretaria de Estado de Economía), José María Lassalle (Esade) y Juan Pablo Riesgo (Exsecretario de Estado de Empleo) en el encuentro ‘The Work: El futuro del trabajo’.

En 2022, trabajan en Amazon España unos 18.000 empleados de infinidad de perfiles (la mayoría logísticos, pero también tecnológicos e incluso médicos) con contratos fijos a tiempo completo y parcial y fijos discontinuos. La compañía, de hecho, esperar a llegar a los 25.000 empleados en 2025. Un dato que contrasta con el despido de 10.000 trabajadores en Estados Unidos, según una filtración del diario The New York Times. «No es algo que vaya a afectar a nuestro país. Nosotros vamos a seguir con nuestro plan de contrataciones», explica Víctor Romia, director de Amazon Customer Fulfillment en España. No obstante, Romia matiza: «Vivimos tiempos de una gran inestabilidad y no tenemos una bola de cristal para saber qué va a pasar en el futuro inmediato; dicho esto, nuestro compromiso sigue siendo el de aumentar nuestra plantilla en los próximos años».

La automatización, esa gran (y preocupante) revolución

El debate sobre el futuro del trabajo gira en torno a muchos aspectos, pero posiblemente en el que más se incide es uno que marcará lo que ya muchos llaman la Cuarta Revolución Industrial: la convivencia con máquinas, robots e inteligencia artificial (IA) que, en principio, mejorará la productividad y la eficiencia en toda la cadena de valor. Ventajas que, al mismo tiempo, generan en parte de la sociedad el temor a que estos nuevos actores terminen por desplazar al capital humano.  

Los expertos vaticinan que la irrupción de la tecnología destruirá 85 millones de empleos en las próximas décadas, si bien al mismo tiempo surgirán casi 100 millones que antes no existían. «Hemos hablado mucho de si la digitalización va a sustituir al trabajo humano, pero el tiempo está corroborando que no es así. Lo que se hace es sustituir unos trabajos por otros», apunta Romia, y pone el ejemplo de Amazon España: «Hemos creado 700 categorías de perfiles de trabajo totalmente nuevas desde que empezamos a automatizar nuestros procesos. Por eso seguiremos apostando por la tecnología: los robots harán los trabajos más duros, penosos y monótonos, pero nunca podrán sustituir el sentido común del ser humano».

Navarro (Vodafone): «Las nuevas generaciones quieren saltar de empresa en empresa como quien pasa de pantalla»

Rebeca Navarro, directora global de Talent & Diversity de Vodafone, que tiene 90.000 empleados a nivel mundial, apuesta por el reciclaje desde dentro: «Los empleados futuribles pueden venir o no a trabajar con nosotros con las nuevas capacidades tecnológicas que se vayan requiriendo, pero está demostrado que es un 25% más eficiente formar y entrenar a empleados de tu plantilla, puesto que ya han pasado un proceso y ya encajan en tu cultura de empresa». 

En el mismo sentido interviene Fernanda Cardama, directora global de Organización & HR en Grupo Antolín, una multinacional española dedicada a los componentes del habitáculo de los automóviles que cuenta con 155 fábricas en 26 países. «Estamos en medio de una transformación profunda aguda en nuestro sector, que con la llegada del vehículo eléctrico está viviendo una de las revoluciones más importantes de su historia. Si queremos ser socialmente responsables, debemos ser parte del proceso de transformación, lo que pasa por ser facilitadores de los procesos de reciclaje de los trabajadores». 

Futuro del trabajo

De izquierda a derecha: Modera Pablo Blázquez (Ethic), Elsa Arnáiz (Talento para el Futuro), Diego Rubio (Presidencia del Gobierno) y Manuel Pimentel (exministro de Trabajo y Asuntos Sociales).

Romia también opina que la actualización de los conocimientos de la plantilla es el camino a seguir, razón por la cual menciona los planes de formación de Amazon España, entre los que destaca el Career Choice: «Está disponible para los empleados que han completado al menos un año trabajando con nosotros de manera ininterrumpida. Con este programa, la compañía anticipa el pago del 95% de la matrícula a quienes deseen obtener certificados y formación en especialidades diferentes a la suya; queremos que se realicen y que hagan su trabajo soñado incluso fuera de la empresa, si así lo desean».

Romia (Amazon): «Hemos creado 700 categorías de perfiles de trabajo totalmente nuevas desde que empezamos a automatizar nuestros procesos»

En esta línea, Navarro advierte: «Tenemos que quitarnos de la cabeza el concepto de ‘retener’ talento. Las nuevas generaciones lo tienen clarísimo, quieren saltar de empresa en empresa como quien pasa de pantalla. Nos toca lidiar con rotaciones mucho más altas. Ahora, nosotros tenemos en Vodafone solo un 2% de rotación, pero en ciertas esquinas de la compañía eso está creciendo». 

Los perfiles digitales aumentan en casi todos los sectores. La clave es cómo gestionar la demanda de esas aptitudes, así como su oferta. Leila Rettalli, directora de Recursos Humanos y Organización de Caixabank Payments & Customer, lo tiene claro: «A nivel de compañía debemos hacer un análisis profundo de los roles que tenemos en la organización, pero debe haber una corresponsabilidad: por un lado la de la compañía, que debe ofrecer herramientas, feedback, etcétera, a su plantilla para que se actualice; y por otro la de los empleados, que tienen la responsabilidad de subirse a ese tren para su propio desarrollo».

Seres humanos y máquinas: condenados a entenderse

Uno de los grandes cambios en el trabajo pasa por la convivencia entre el humano y la máquina. «Esto no es ciencia ficción, no estamos hablando del futuro sino del presente, el impacto de la tecnología en los procesos productivos está aquí y hay que saber gobernarlo», opina Luz Rodríguez, catedrática de Derecho del Trabajo en la Universidad de Castilla-La Mancha. La docente apunta precisamente al sistema educativo: «¿Se está preparando a los alumnos para un escenario en el que las máquinas deben ser las que complementen a los humanos?». Rodríguez aporta un dato preocupante: «En la Unión Europea, solo el 20% está formado en competencias digitales. Y eso genera brechas de género, de edad y de territorio».

Rodríguez (UCLM): «El impacto de la tecnología en los procesos productivos ya se está produciendo, está aquí y hay que saber gobernarlo»

Juan Pablo Riesgo, ex secretario de Estado de Empleo, incide también en el papel de los propios trabajadores en esta transformación. «Hay que empezar concienciándoles desde la empresa del contexto disruptivo en el que estamos. Animarles a que ellos mismos vayan adquiriendo esas competencias transversales, y tecnológicas. Y para eso necesarios incentivos para que los empleados se formen, pero también ayudas a las empresas para que puedan impulsar aún más la inversión en capital humano». 

Resignificar el papel del ser humano con formación que aporte un valor agregado a la inteligencia artificial es la receta que propone José María Lasalle, director del Foro Humano Tecnológico de Esade: «El salto cualitativo es al conocimiento, tanto humano como maquínico. Pero hay determinados ámbitos del humano que no deben ser transferidos a la máquina. Hay que defender la centralidad de la persona; si no, acabará desplazándola». Y plantea un escenario no muy lejano: «Cuando el algoritmo diseñe algoritmos, debemos estar seguros de que no tenga la capacidad del ser humano, o seremos desplazados del todo». 

Futuro del trabajo

De izquierda a derecha: Modera Eduardo Madina (Harmon), Víctor Romia (Amazon), Leila Rettali (Caixabank), Fernanda Cardama (Grupo Antolin) y Rebeca Navarro (Vodafone).

El progreso, históricamente, siempre conlleva perdedores, como recuerda Elsa Arnaiz, presidenta de Talento para el Futuro: «No son solo los que no se adapten, también son los que debido a la uberización de algunas plataformas trabajan en condiciones no del todo aceptables. O a las mujeres que, con el teletrabajo, se han quedado en casa conciliando, lo que marca unos roles de género contra los que llevábamos mucho tiempo luchando». Arnaiz apunta a otro sector de la población que también puede salir perdiendo con la digitalización, y en este caso no son los trabajadores. «Muchos servicios se están deshumanizando. Cuando entremos en un bar, ¿querremos que nos tire la caña un robot?».

En cualquier caso, el debate sobre el futuro del empleo con la irrupción de la tecnología, no es de ahora, como recuerda Diego Rubio, director de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia País de la Presidencia del Gobierno: «Las primeras encuestas sobre el temor a la automatización son de los años sesenta. Existe la creencia de que los robots van a generar masas de población desempleada, y no es así: la tecnología siempre crea más empleos de los que destruye. Es un tsunami que nunca llega. La clave está en plantear cómo vamos a gestionar esa convivencia con los robots». Al respecto, Rubio pone el ejemplo de los luditas: «No protestaban contra la automatización de la Revolución Industrial, sino contra las condiciones laborales que generaba. Por eso no debemos hablar del futuro del trabajo, sino del futuro de los trabajadores». 

Rubio (Presidencia): «Los luditas no protestaban contra la automatización de la Revolución Industrial, sino contra las condiciones laborales que generaba»

Manuel Pimentel, ex ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, añade que «antes, con la automatización hablábamos de músculo, de cosechadoras, de la máquina de vapor… ahora hablamos de una inteligencia artificial que va a tomar decisiones por nosotros.  Sin duda, llegaremos a la singularidad en 15, 20 ó 25 años», razón por la que advierte que «habrá empresas que van a ganar con esto y otras que pueden perder, pero también países, regiones y culturas. Debemos pensar mucho cómo será la convivencia con las nuevas tecnologías». 

Joaquín Pérez-Rey, secretario de Estado de Empleo y Economía Social, lanza una advertencia y, al mismo tiempo, abre una puerta al optimismo: «Durante mucho tiempo, el debate del trabajo ha sido una necrológica, una degradación de muchos de los elementos de protección de los trabajadores dentro de las empresas. En la era de los mercados, estos elementos de protección son menos necesarios y se ven como algo menos eficiente. Y por eso es un discurso que debe volver al primer plano cuando abordamos el futuro. Recuperar los derechos de los trabajadores y las trabajadoras es posible, como se ha visto en la última reforma laboral». Y zanja: «Estamos a tiempo de abordar el futuro del trabajo reconquistando derechos del pasado».

Futuro del trabajo

Joaquín Pérez-Rey, secretario de Estado de Empleo y Economía Social, en la clausura el evento.

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