Aplausos lejanos

Los farmacéuticos españoles continúan facilitando el acceso a los medicamentos y mejorando la salud de las personas en países en vías de desarrollo de África y Latinoamérica.

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20
octubre
2022

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Durante la pandemia todos aplaudimos desde los balcones, agradeciendo los esfuerzos y los riesgos que asumieron tantos profesionales de primera necesidad, desde el cajero del supermercado hasta la farmacéutica del barrio. En un momento en el que acudir a los centros de salud y hospitales era sinónimo de alto riesgo de contagio, los farmacéuticos españoles se jugaron la vida. Hoy, con lo peor ya pasado, parece que ya no nos acordamos tanto de ese sacrificio, pero estos profesionales de la salud se la siguen jugando. Ahora sin aplausos.

Si bien la crisis sanitaria nos ha afectado a todos, esta ha sido especialmente dura con los más vulnerables. La ONU sostiene que el COVID-19 ha supuesto un punto de inflexión que requiere de la implicación de todos si se quiere «garantizar una vida sana y promover el bienestar en todas las edades», como formula el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 3. Sin embargo, ahora mismo, cerca de la mitad de la población mundial carece de un acceso integral a los servicios de salud básicos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En España, numerosas oenegés trabajan para revertir esta situación, esfuerzo que el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos (CGCOF) lleva apoyando desde hace más de dos décadas. En la XXIII edición de las ayudas a la cooperación al desarrollo, el CGCOF ha repartido 30.000 euros a cuatro organizaciones que están cambiando la realidad de los más afectados. Porque no somos los únicos que hemos sufrido una pandemia. Porque todos tenemos derecho a vivir sanos.

Acceder a medicación adecuada y contar con alguien que explique cómo usarla correctamente es un lujo para casi la mitad de la población mundial

En República Dominicana, por ejemplo, tener acceso a un botiquín con medicamentos y métodos anticonceptivos es un lujo, igual que contar con alguien que pueda explicar cómo usarlos adecuadamente. Por eso la oenegé Farmamundi, que lleva más de 30 años realizando proyectos de cooperación y acción humanitaria en países en vías de desarrollo, se ha propuesto ampliar su Red de Distribución Social de Medicamentos en cinco zonas rurales del municipio de Altamira, en la provincia dominicana de Puerto Plata, donde el 69,7% de los hogares se encuentra en situación de pobreza. Asimismo, formará a 18 «promotoras de salud» para concienciar sobre la salud y el bienestar, todo ello con especial atención a los derechos de las mujeres. Su acción beneficiará a casi 5.000 personas de manera directa y a unas 15.000 de modo indirecto.

Pero la pobreza no es el único enemigo a batir. Chad ocupa el puesto 187 de 189 en el Índice de Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y se halla ocupado por organizaciones terroristas. Allí es precisamente donde la Fundación El Alto, comprometida con África, quiere continuar mejorando las condiciones sanitarias de la población a través de la supervisión del servicio de farmacia del Hospital de Saint Joseph de Bébédjia. Un hospital para casi 170.000 habitantes. Con esta ratio, los esfuerzos se centran en fortalecer el sistema de distribución, mejorar la gestión de la farmacia para pacientes externos al hospital y optimizar el rendimiento del laboratorio, entre otros. Con la supervisión del sistema informatizado y la formación profesional de los trabajadores locales, la organización espera llegar directamente a más de 11.000 personas e indirectamente a otras casi 170.000.

La pandemia y la sostenibilidad, otros retos presentes

Frente a una pandemia que ha supuesto un duro revés para muchas poblaciones, Farmacéuticos Sin Fronteras ha solicitado más ayuda para fortalecer la Red de asistencia farmacéutica que desarrolla desde 2011 en Bogotá, en el marco del Proyecto Boticarios junto a otras organizaciones. De este modo espera aumentar y renovar el stock de productos, como equipos informáticos y de análisis clínicos, equipos de odontología, tensiómetros, pulsioxímetros (aparatos que miden el nivel de oxígeno en sangre) e incluso productos para la canasta familiar. El proyecto también tiene previsto desarrollar campañas informativas que permitirán avanzar en una atención primaria de calidad que repercutirá positivamente en cerca de 30.000 personas de manera directa y en torno a 900.000 de modo indirecto.

Varios países lo tienen muy complicado para llegar a la ratio de un profesional farmacéutico por cada 10.000 habitantes

Y el gran reto para todos es, sin duda, garantizar la sostenibilidad de los proyectos. De esto se halla plenamente concienciada la Fundación Recover Hospitales para África, que tiene como misión lograr una salud de calidad con un modelo sanitario sostenible. Para ello, la educación resulta fundamental; por eso se ha propuesto realizar formaciones presenciales y virtuales que capaciten al personal responsable de farmacia de seis centros de salud en Camerún, tres con la ayuda del CGCOF. Entre los contenidos a tratar se encuentran aspectos de farmacología básica, gestión de stock e informatización del servicio de farmacia. Se estima que la formación de seis personas beneficiará a unas 20.000 personas.

Durante la presentación de los proyectos ganadores de la XXIII edición de las ayudas a la cooperación al desarrollo, celebrada el pasado 7 de octubre en la sede del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos en Madrid, salió a colación un último desafío: la coordinación entre las diferentes oenegés para aprovechar los puntos fuertes de cada una de ellas y obtener el máximo de eficiencia. Desde el CGCOF avanzaron que continuarán aportando su granito de arena y que pronto habrá novedades en lo que a la coordinación de la formación se refiere.

Los datos estadísticos revelan la magnitud de las dificultades. Numerosos países de África y Latinoamérica no llegan a un profesional de la farmacia por cada 10.000 habitantes, frente a los 11 de España, según los últimos datos disponibles de la OMS. Sin embargo, tras los números se encuentran personas que, como nosotros, quieren vivir con salud y bienestar. Y tienen derecho a ello. Cientos de profesionales sanitarios, entre los que se incluyen los Farmacéuticos, se dejan la piel para hacerlo realidad. Hoy tal vez no les aplaudamos desde los balcones, pero estos premios amplifican el eco de unos más que merecidos aplausos.

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