Innovación
20 innovadores por debajo de los 25 años
En un mundo de cambios vertiginosos, saber adaptarse y acompasarse con el ritmo de las transformaciones es una virtud que, al contrario de lo que pueda parecer, atesoran muchos jóvenes. Estos son algunos de los que edifican su futuro mientras mejoran el de las generaciones anteriores.
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Se habla mucho y poco bien de los jóvenes: que si están perdidos, que no se esfuerzan, que carecen de espíritu creativo… Son demasiadas las frases hechas que se les aplican, muy a menudo con la intención de descargar culpas propias sobre los futuros ajenos. La realidad es que, ante un horizonte verdaderamente incierto, son estos jóvenes quienes tienen por delante el camino más difícil.
Y no todos son tan despreocupados y egoístas como muchas personas creen. Es el caso de Alberto Cabanes que, con apenas 24 años, fundó la ONG Adopta un abuelo, cuya máxima es, justamente, otorgar dignidad a los últimos años de nuestros mayores. Con idéntico ánimo solidario, el también español Alberto Arenaza, de 25 años, cofundó Minerva University, una universidad sin ánimo de lucro a la que acuden estudiantes de siete países.
Los jóvenes conocen la importancia de la educación para lograr el progreso social. Esta es la idea a la que dieron forma Brent Caramanica, Ulixes Hawili, Samantha Taranto y Sercan Topcu, todos ellos menores de 25 años, cuando crearon Tembo Education, una plataforma que lleva el aprendizaje de la primera infancia a los hogares de miles de familias de países en desarrollo.
Las nuevas tecnologías son, sin duda, el campo en que los menores de 25 años están innovando a mayor ritmo
Otra joven emprendedora social es la alemana Catalin Voss, que con 20 años lidera su propio proyecto: Autism Glass. El objetivo es ayudar a niños con autismo a reconocer las emociones faciales básicas con un sistema incorporado en las famosas Google Glass. Tan solo dos años mayores son Trang Doung, Henry Iseman y Victor Wang, que han fundado una empresa que recoge prótesis usadas de clínicas estadounidenses y las entrega a personas de Vietnam.
Es evidente que a los jóvenes les interesa el progreso. De ahí que el mexicano Adán Ramírez, con solo 22 años, sea el director de Tecnología de la empresa Green Fluidics (además de cofundador de la misma), que abastece de energía limpia, a través de biopaneles solares, a los sectores residencial e industrial. Por su parte, el español Pablo Alcolea, de 25 años, fundó, con tan solo 22, VeganFoodClub para dar respuesta a sus inquietudes por el impacto negativo en el medio ambiente que tiene el excesivo consumo de carne a nivel mundial.
Las nuevas tecnologías son, sin duda, el campo en que los jóvenes menores de 25 años están innovando a mayor ritmo. Lo que para muchos adultos es una entrega sumisa a las redes sociales y un abuso de todo lo tecnológico, se revela, en realidad, como un vasto terreno de experimentación para jóvenes mentes inquietas que utilizan las nuevas tecnologías con la intención de lograr un impacto social positivo.
Así, Óscar Arbulu, estudiante de psicología clínica, ha creado, con 23 años, Wains, una compañía tecnológica cuyo mayor valor es un software que utiliza inteligencia artificial, visión por computación y reconocimiento de voz para detectar el estado anímico de los teletrabajadores durante las videollamadas. Fran Villalba Segarra tiene 25 años, pero aprendió a programar a los 13 y ahora desarrolla un nuevo internet cuya máxima es lograr la descentralización y el respeto a la privacidad de los usuarios.
Entre las propuestas: programas de IA que detectan el estado anímico de los teletrabajadores o una universidad sin ánimo de lucro
El primer servicio que ya ofrece, bajo estas premisas, es la nube Internxt Drive. Pablo Vidarte ha inventado, con 23 años, Bioo, un proyecto de generación de electricidad a partir de la fotosíntesis de las plantas. David Riudor, Gabriel Esteban Gullón y Carlos Rodríguez Antón, también menores de 25 años, han lanzado la startup de finanzas sociales Goin, que acompaña a jóvenes ahorradores a utilizar las finanzas para lograr objetivos concretos.
Sin abandonar el espectro tecnológico, encontramos a Alex Ricart, que con 22 años es una de las mentes más brillantes de nuestro país y se declara totalmente autodidacta. A día de hoy es experto en blockchain y creador de la plataforma de datos en la nube SnapCloud. El también español Javier Agüera es actualmente Jefe de Innovación de Silent Circle, la empresa que le compró el teléfono inteligente seguro que había creado cuando tenía 22 años. Ambos son un claro ejemplo de que el hecho de ser nativos digitales no implica vivir en un medio sin prestar atención a sus continuos y veloces avances. Más bien saber adaptarse a estos y saber adaptarlos para hacernos la vida más fácil.
Que el futuro es de los jóvenes queda fuera de toda duda. Tal vez sea el momento de dudar menos de sus capacidades y estimular su creatividad y espíritu emprendedor para que logren hacer dicho futuro más habitable para todos.
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