Internacional

Breve historia de la cooperación internacional

La ayuda entre naciones nació para prestar apoyo a países con problemas financieros y poder afianzar así su desarrollo. Desde entonces, diferentes actores y problemáticas, como la reciente guerra de Ucrania o el cambio climático, la han convertido en una herramienta imprescindible para el conjunto de la humanidad.

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18
julio
2022
Una línea de cooperacion de la Unión Europea en la República Centroafricana.

Cuando la cooperación internacional comenzó a desarrollarse, nadie podía imaginar que se transformaría en una herramienta imprescindible para paliar las desigualdades a nivel global.

Año 1945. Tras la Segunda Guerra Mundial, muchos países europeos se encontraban arrasados y con serias dificultades para emprender su reconstrucción. Estados Unidos, en su nuevo papel de potencia hegemónica, puso en marcha el Plan Marshall (1947), que supuso una transferencia de más de 13.000 millones de dólares a los países más dañados de nuestro continente. 

El resto de naciones no serían beneficiarias de la cooperación internacional hasta iniciado el proceso de descolonización. Así, los nuevos países, recién independizados, precisaban apoyo financiero para llevar a cabo sus planes de desarrollo. Los intereses que las antiguas metrópolis mantenían en dichos territorios propiciaron que la ayuda se extendiese a ellos.

La cooperación internacional nació, por tanto, de los diferentes estados que la consideraban, en muchos casos, imprescindible para afianzar sus propios intereses estratégicos. Sin embargo, las organizaciones que en la actualidad cargan con el mayor peso de la cooperación nacieron mucho antes: ya en 1914 existían más de 1.800 oenegés, a pesar de que el término de organización no gubernamental fue utilizado por vez primera en 1950 por el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas.

En 1914 ya existían más de 1.800 oenegés, haciéndose imprescindibles para afianzar los intereses estratégicos de las naciones

Año 1961. La ONU establece el objetivo, para 1970, de incrementar la ayuda internacional en el equivalente al 1% de los ingresos de los países económicamente avanzados. Esto favorece que numerosos Estados incluyan en sus agendas económicas la cooperación internacional, siendo Francia el primero en crear un Ministerio de Cooperación.

Dos años después se crea en Roma el Programa Mundial de Alimentos, orientado a paliar las carencias alimenticias de una gran parte de la población mundial. Ya en la década de los 70, las acciones que, en inicio, se centraban en la donación de fondos materiales, se fueron ampliando para prestar ayuda humanitaria, proteger contra la discriminación, salvaguardar los derechos humanos o fortalecer la libertad de expresión. Es aquí donde el papel de las oenegés toma la preponderancia que mantiene hoy debido a su falta de vinculación política y a su carencia de intereses socioeconómicos.

Año 1991. La guerra en la antigua Yugoslavia deja en entredicho la cooperación internacional proveniente de los organismos gubernamentales. La falta de intereses económicos en la zona provocó que la guerra aumentase en intensidad sin intervención alguna por parte de las potencias mundiales. Millones de telespectadores asistían atónitos, cada día, a un feroz espectáculo de barbarie y destrucción. Las oenegés, sin embargo, sacaron todo su músculo para emprender acciones de ayuda a la población civil sin precedentes.

También alertaron sobre las hambrunas en el este de África, constatando, en 1994, que más de 20 millones de personas en dicha zona estaban al borde de la inanición. Aquel mismo año estallaba la guerra civil en Ruanda, que sumía en la desgracia no solo al propio país sino a otros colindantes que, sin apenas capacidad económica para sostener a su población, recibían a miles de refugiados. La cooperación internacional fue clave para prestar ayuda a la población civil y, además, señaló la gravedad de eventos medioambientales como la desertificación y la contaminación de las aguas.

La cooperación internacional nació para paliar las consecuencias de un conflicto bélico, y la actualidad está poniendo a prueba a todos los actores implicados de nuevo

Esta preocupación por los problemas medioambientales aumentó en el nuevo siglo, y hoy está inserta en cualquier acción de cooperación internacional. El planeta se encuentra al borde del colapso medioambiental y ya toda la población mundial está en riesgo. Año 2015: la ONU planteó una serie de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad de la población mundial. Son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que ya forman parte de la agenda de cualquier organismo internacional, gubernamental o no, y que son pieza clave de la nueva cooperación.

La cooperación internacional nació para paliar las consecuencias de un conflicto bélico, y la actualidad está poniendo a prueba a todos los actores implicados debido a una nueva conflagración. La invasión de Ucrania por parte de Rusia no solo ha movilizado a oenegés y Estados para prestar ayuda humanitaria a las miles de personas afectadas, sino que también ha dado entrada a organismos de defensa militar como la OTAN, que ha emprendido acciones como el envío de armamento a Ucrania para su defensa. No son pocos los que denuncian dichas acciones como contrarias al verdadero espíritu de la cooperación.

Y es que, en este año 2022, la convulsión de nuestros tiempos requiere que la cooperación internacional se adapte para lograr, con sus acciones, un mundo más sostenible, igualitario y pacífico.

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