Opinión

La OTAN como meme

La «legítima preocupación de seguridad» de Putin es muy sencilla: son los derechos civiles, la libertad de prensa, las elecciones libres. Si eso funciona en sus vecinos y antiguos miembros del Imperio Ruso y la URSS, significa que también puede funcionar en Rusia. Y eso acabaría con su modelo político, que el politólogo húngaro Bálint Magyar denomina como «Estado mafioso poscomunista». Por eso cada vez que alguien menciona cuáles son los intereses de Putin hay que recordarle que son los opuestos a la democracia liberal.

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08
marzo
2022

Uno de los argumentos más perezosos y equivocados sobre la invasión rusa de Ucrania tiene que ver con la expansión de la OTAN. Según esta teoría, si la alianza atlántica no se hubiera acercado tanto a Rusia, Vladímir Putin no habría tenido que reaccionar de esta manera. Occidente no respetó las «legítimas preocupaciones de seguridad» de Rusia. Es una idea que deshumaniza y elimina toda capacidad de decisión y voluntad propia a los ucranianos. El país más grande de Europa, con 44 millones de habitantes, convertido en un tablero del Risk, en una buffer zone: una tierra de nadie o simplemente el patio de atrás de Rusia.

Los ucranianos llevan años teniendo claro lo que quieren, especialmente después de la Revolución del Maidán en 2014, cuando echaron del poder al títere de Putin, Víktor Yanukóvich. Lo que verdaderamente preocupa a Putin no es tener tropas de la OTAN en sus fronteras (la OTAN, de hecho, como recuerda José Ignacio Torreblanca, no tiene bases ni armas nucleares en los países fronterizos en los que se expandió hacia el este desde 1997 para no «provocar» a Rusia), sino la democracia en Ucrania.

Su «legítima preocupación de seguridad» es muy sencilla: son los derechos civiles, la libertad de prensa, las elecciones libres. Si eso funciona en sus vecinos y antiguos miembros del Imperio ruso y la Unión Soviética, significa que también puede funcionar en Rusia. Y eso acabaría con su modelo político, que el politólogo húngaro Bálint Magyar denomina como «Estado mafioso poscomunista». Por eso, cada vez que alguien menciona cuáles son los intereses de Putin hay que recordarle que son los opuestos a la democracia liberal.

«Culpar a la OTAN es una especie de placebo del que ha abusado la izquierda alternativa»

La verdadera provocación no fue la OTAN ni su expansión. La verdadera provocación es el deseo de independencia y autonomía de las naciones que recuperaron u obtuvieron su soberanía tras la caída de la URSS. Y la más importante de ellas era Ucrania. Como recuerda el historiador Serhii Plokhy, autor del imprescindible The gates of Europe. A history of Ukraine, «la Unión Soviética se desmoronó por Ucrania. Los primeros en levantar la bandera de la independencia fueron los países bálticos, pero son países pequeños y no son eslavos. El referéndum ucraniano de diciembre de 1991 no planteaba la pregunta de qué se quería hacer con la URSS; era solo sobre Ucrania: «¿Quiere que Ucrania sea independiente? Cuando más del 90% de los ucranianos respondieron afirmativamente, la URSS desapareció en una semana». Es lo que Putin no ha conseguido aceptar.

Culpar a la OTAN, una alianza exclusivamente defensiva, es hacerle la propaganda al Kremlin. En este conflicto la mención a la OTAN, cuando no es directamente maliciosa, funciona como un meme, un cliché, una frase hecha, una especie de placebo del que ha abusado la izquierda alternativa. Sirve como tapón argumentativo y es una tautología. ¿Por qué es mala la OTAN? Porque sí. ¿No se supone que era la mala de la película? ¡Que no me cambien el guion!

Cuando uno se hace una idea de cómo funciona el mundo, la realidad no le hace cambiar de opinión. Es parecido a lo que le ocurre a Putin: todavía no ha aceptado que el mundo ya no es el de hace treinta o doscientos años. Por eso su misión en Ucrania consiste en volver al pasado. 

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