Desigualdad

Una breve historia de la igualdad

En el progreso hacia la igualdad han jugado un papel fundamental factores como el acceso a la educación, la sanidad, la fiscalidad progresiva o el sufragio universal. Pero a pesar de esta evolución, las diferencias entre el Norte y el Sur aumentan, al igual que la distancia entre el 10% más rico y el 50% más pobre.

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10
enero
2022

Muchos factores han intervenido en el progreso hacia la igualdad: el Estado del bienestar, el acceso a la educación y a la sanidad, la fiscalidad progresiva, el sufragio universal. Pero las diferencias entre el Norte y el Sur aumentan, y también la distancia en el 10% más rico y el 50% más pobre. Por eso, Una breve historia de la igualdad, de Thomas Piketty, resulta sorprendente: es breve y en vez de tratar de la desigualdad, su principal tema de investigación, habla de la igualdad. El economista cree que ha habido un progreso en la historia de la humanidad, aunque frágil e insuficiente. Una de sus manifestaciones es la evolución hacia la igualdad, movimiento que le parece imparable pero que se mantiene mediante movilizaciones, luchas, y revoluciones. En el siglo XX, así, ha habido una insuficiente desconcentración del poder y de la propiedad.

Denuncia, además, un neocolonialismo económico que ha sobrevivido a la descolonización política. Avisa sobre el auge ideológico de China, que promueve una especial democracia autoritaria de partido único, pero que ha conseguido éxitos innegables en la mejora del nivel de vida de sus ciudadanos, lo que puede resultar atractivo para países occidentales que desconfían del hipercapitalismo rampante.

Las diferencias entre el Norte y el Sur aumentan, y también la distancia en el 10% más rico y el 50% más pobre

Los problemas que tiene la humanidad son tan colosales que, a juicio de Piketty, exigen repensar todo el sistema económico y político. Su ideal sería un socialismo participativo apoyado por un federalismo universal, lo que implica una noción diferente de soberanía. Los libros de Piketty siempre me han parecido más profundos en sus análisis que en sus soluciones.

Me ha interesado especialmente el capítulo dedicado a las compensaciones por las injusticias del esclavismo y del colonialismo, un tema candente en la actualidad. El fin de la esclavitud trajo consigo la cuestión de las compensaciones económicas pagadas a los propietarios de esclavos, no a los esclavos. ¿Se debe indemnizar a las colonias por las políticas extractivas de los colonizadores? 

A juicio de Thomas Piketty, los problemas que tiene la humanidad exigen repensar todo el sistema económico y político

El autor menciona un caso que yo desconocía. Francia aceptó reconocer la independencia de Haití en 1825, con la condición de que el gobierno haitiano pagara a Francia 150 millones de francos en oro para compensar a los propietarios de esclavos por la pérdida de sus propiedades. El estado haitiano tuvo que pagar esa deuda y una segunda deuda contraída con los banqueros franceses para poder hacerlo. Los banqueros franceses, hartos por las demoras, decidieron en 1915 ceder su deuda a Estados Unidos, que ocupó Haití de 1915 a 1934 para asegurar sus intereses financieros. La deuda haitiana por su independencia se acabó de pagar en la década de 1950.

Piketty considera que el pago de esa deuda ha sido una de las causas del subdesarrollo de Haití, y que el Estado francés debía devolver su importe actualizado, que sería de unos 30.000 millones de euros.


Este contenido forma parte de un acuerdo de colaboración del blog ‘El Panóptico’, de José Antonio Marina, con la revista ‘Ethic’.

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