¿Qué es el síndrome de La Habana?

Naúseas, mareos, pérdida de audición… En 2016, los diplomáticos estadounidenses que llegaron a Cuba para vivir un momento histórico sufrieron estos síntomas provocados por un extraño pitido que llegó a causar en algunas personas daños cerebrales similares a los de una explosión. ¿Espías rusos o histeria colectiva? El misterio está aún por resolver.

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19
enero
2022

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Todo empezó a finales del 2016. La embajada de Estados Unidos en Cuba operaba por primera vez en 54 años. El entonces presidente Barack Obama había visitado la isla. Y Fidel Castro, protagonista de medio siglo de enemistad entre estos países vecinos, acababa de morir. Para los recién llegados diplomáticos estadounidenses, era la oportunidad de ser protagonistas de un momento histórico. Una oportunidad que pronto se convertiría en una pesadilla, cuando un extraño ruido similar a un pitido constante (pero inaudible) empezó a molestarlos en sus casas y hoteles.

Según los diplomáticos, les causó extraños síntomas como mareos, náuseas y pérdida de audición. Al menos 25 estadounidenses fueron diagnosticados con daños cerebrales similares a los que provocaría un accidente automovilístico o una explosión. Cuando se hicieron públicos los presuntos ataques en 2017, Estados Unidos tenía ya un nuevo presidente. «Creo que Cuba es responsable de ello, sí. Es un ataque muy inusual, pero creo que es responsable», declaró Donald Trump. El entonces presidente ordenó la evacuación de la mayoría de sus diplomáticos en Cuba y expulsó a la delegación cubana de Washington, revirtiendo bruscamente el progreso en las relaciones entre estos dos países. «Reitero categóricamente que el Gobierno cubano no tiene responsabilidad alguna en los problemas de salud reportados por los diplomáticos estadounidenses», declaró días después Josefina Vidal, una diplomática cubana.

La llegada de los diplomáticos estadounidenses a Cuba iba a ser una oportunidad histórica, pero se vio truncada por un molesto ruido

Los cubanos insisten en que no tuvieron nada que ver. Iniciaron su propia investigación, y sorprendentemente, permitieron la visita de un equipo del FBI. Las teorías iniciales sugirieron que podía tratarse de un arma sónica, pero esta hipótesis quedó descartada por el FBI. La agencia concluyó que las ondas de sonido imperceptibles al oído humano serían incapaces de causar síntomas como los de un traumatismo cerebral. Otros expertos propusieron una explicación aún más sorprendente: que no hubo ningún ataque, sino que se trató de un episodio de histeria colectiva. Es decir, que los padecimientos de los diplomáticos tienen causas psicológicas y no físicas.

Pero antes de que alguna de las investigaciones arrojara respuestas concretas, más diplomáticos y funcionarios del gobierno estadounidense comenzaron a reportar síntomas similares en lugares como China, Rusia, Alemania, Uzbekistán, Colombia, Washington D.C. y más recientemente en Viena. En esta última ciudad han surgido más de una veintena de incidentes solo en 2021, eso más que en ningún otro sitio fuera de Cuba. Y en total, se han registrado cerca de 200 casos del llamado síndrome de La Habana en todo el mundo. 

Todavía en 2021 se registraron más de 200 casos de personas que sufrían problemas de salud por un pitido extraño

En 2020, la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos publicó un informe cuya conclusión indica que los ataques probablemente se llevaron a cabo con microondas, un tipo de radiación electromagnética. Y el Gobierno estadounidense sospecha que el servicio de inteligencia ruso está detrás de ello. De ser así, Viena sería un lugar estratégico. Hablamos al respecto con el periodista Sebastián Rotella, quien ha investigado el tema durante años: «Viena es un sitio muy disputado entre servicios de inteligencia, donde hay mucha actividad de inteligencia en general y, en particular, es uno de los sitios donde los rusos, que son muy agresivos en Europa, han intentado establecerse y expandir su poder e intentar presionar a las autoridades, porque si son los rusos, los rusos lo que están intentando hacer es dividir occidente. Europa contra Estados Unidos y los países europeos entre sí. Entonces esto podría ser parte de una estrategia rusa de amedrentar a Estados Unidos y causar confusión y conflicto y miedo en diferentes sitios estratégicos en el mapa mundial».

Pero hasta el momento no se ha podido hallar evidencia concreta que compruebe que se trata de radiación microondas, ni que los rusos son los responsables. Y de haber sido ellos, quedarían otras cuestiones clave por responder. «Pensar que los rusos pueden haber hecho este tipo de ataques repetidos en sitios como La Habana y China, sin al menos el permiso de al menos alguna facción de autoridades del país es difícil de imaginar, porque los rusos precisamente en los ataques y operativos que han hecho a través del mundo son bastante eficaces en hacerlos pero no necesariamente en esconder la mano», explica Rotella.

Ante este panorama de incertidumbre, el actual director de la CIA, William Burns, designó como encargado de la investigación del síndrome de la Habana al oficial encubierto que ayudó a encontrar al terrorista Osama Bin Laden. Otras agencias del Gobierno, por su parte, también han aumentado sus esfuerzos de investigación. Y es que cinco años después de haberse reportado los primeros casos en Cuba, el sentimiento que domina entre las víctimas y los oficiales de inteligencia es la frustración. Siguen sin poder responder las preguntas más básicas de este misterio.


Este contenido fue emitido en formato audiovisual por el programa de televisión ‘Efecto Naím’, una producción de Naím Media y NTN24. Forma parte de un acuerdo de colaboración de este programa con la revista Ethic.

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