Agua

¿Podemos prevenir las sequías que nos esperan?

Algunos expertos ya se encuentran desarrollando modelos de predicción para las sequías que están por venir: será absolutamente necesario un uso eficaz de la tecnología para gestionar los recursos hídricos del futuro.

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21
enero
2022

El agua es, según algunos ecologistas, el oro líquido del siglo XXI: su valor no cesará de crecer mientras su disponibilidad continúe bajando. «Mientras nos levantamos por la mañana y cae agua del grifo, no nos preocupamos por ella. Cuando llega una sequía, pasamos de la indiferencia al pánico, y durante un tiempo estamos muy concienciados sobre el tema, pero en cuanto vuelve a llover nos relajamos», explica Jose Martínez Fernández, catedrático de Geografía Física de la Universidad de Salamanca y responsable del Grupo de Investigación en Recursos Hídricos. A lo que añade: «Es con los embalses llenos cuando habría que planificar las sequías, al igual que hay que prevenir los incendios en invierno, cuando se apagan».

En el sur de Europa, la sequía forma parte de nuestro paisaje habitual. Investigadores como Martínez advierten de que, si bien en España se ha avanzado mucho en las últimas décadas, aún quedan deberes por hacer: «Desde el punto de vista de la planificación cada vez lo hacemos mejor porque tenemos más datos, pero esta labor de gestión se ve minimizada si no existe una concienciación en el usuario final o no se utilizan las herramientas tecnológicas que ya existen». Y aclara que si se habla más del sector agrario es «porque el 80% del uso del agua en nuestro país recae en dicho sector: somos el país de Europa con más superficie agraria útil». Pero hay avances: «Hace seis décadas, por ejemplo, la inmensa mayoría de los agricultores regaban por gravedad, el sistema menos eficiente que hay», defiende. Ahora, sin embargo, la evolución es palpable: en Murcia ya se legisla para que se utilicen sensores que midan la cantidad de agua en el suelo constantemente.

Martínez: «El 80% del uso del agua en nuestro país recae en la agricultura, ya que somos el país de Europa con más superficie agraria útil»

Predicción con modelos matemáticos

Los investigadores en geografía Dominic Royé, Javier Martín Vide y Robert Monjo han desarrollado un modelo que permite clasificar las sequías según su comportamiento, así como la alternancia de rachas secas con rachas húmedas; el sistema, además, también permite predecir cuándo terminaría una sequía, lo que abriría la posibilidad de anticiparse a ella. Monjo, de la Universidad Complutense de Madrid, aclara que los actuales modelos climáticos son más fiables cuanto más largos sean los periodos de tiempo promediados; es decir, a siglos vista. «Los períodos cortos son más complicados de predecir, ya que dependen del tipo de clima. El sur de la Península Ibérica, por ejemplo, sufre una sequía endémica, mientras que en el norte llueve prácticamente todos los días», explica. El proyecto, aún en desarrollo –co-financiado por el European Institute of Innovation and Technology (EIT)– busca modelizar el tipo de sequías en el que estamos y el comportamiento climático de la misma en base a los patrones matemáticos.

El nivel de lluvia, según dichos modelos, no tiene por qué disminuir. «Es posible que la precipitación media a nivel anual se mantenga, si bien con veranos más secos, concentrándose las precipitaciones en el resto de estaciones». Es decir, que tendríamos la misma lluvia, si bien de forma comprimida. En ese sentido, las medidas necesarias incluirían proteger los acuíferos sobreexplotados –sobre toda en las zonas litorales– o renaturalizar las ciudades para mitigar el calor, reduciendo así el consumo de agua necesaria.

En las zonas de sequía endémica, como Almería, ya hay un ejemplo de gestión eficiente del agua, como ocurre con los invernaderos. De hecho, investigadoras como Araceli Peña Fernández, profesora de Ingenieria Agroforestal en la Universidad de Almería, ya han logrado desarrollar estudios sobre la sostenibilidad económica y ambiental de los mismos, apuntando que son un ejemplo de «hacer más con menos» a nivel de producción de alimentos.

No obstante, Martínez Fernández no duda en recordarnos de nuevo que el incremento de las sequías «no es algo futurible, lo estamos viviendo».  Y añade: «Hay que hacer las cosas mejor y, sobre todo, aprovechar los avances que ya existen en cuanto al conocimiento y la tecnología. No estamos aprovechando lo que ya sabemos».

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