Innovar para poder competir (tras la pandemia)

Artículo

Carlos Artal

Ilustración

Pawel Mildner

La covid-19 ha supuesto un desafío sin precedentes a nivel sanitario, social y empresarial desde hace ya casi dos años. Una situación de la que hemos podido sacar ciertos aprendizajes de valor para lo que ahora llamamos «nueva normalidad». De entre todos estos aprendizajes, por nuestra perspectiva, sin duda, destaca la importancia que ha demostrado tener la capacidad de innovar para el tejido empresarial español (y mundial): aquellas empresas que aplican una I+D+i fuerte y consolidada son más resilientes y, por tanto, más capaces de hacer frente a los retos presentes y futuros.

Así lo confirman las conclusiones del Barómetro Internacional de la Innovación 2022 (IIB, por sus siglas en inglés) de Ayming, un análisis que editamos anualmente para determinar el estado actual y futuro de la innovación en todos los países en los que operamos. El estudio, realizado a través de una muestra de casi 600 profesionales sénior de I+D, directores financieros, directores ejecutivos y propietarios de empresas de hasta 14 países, ha servido para conocer más sobre la metodología, los desafíos y las motivaciones de la innovación y su financiación.

El tejido empresarial español ha adoptado una inversión superior frente a la media global del resto de países analizados

Las conclusiones extraídas del tejido empresarial español no han dejado a nadie indiferente. Como principal conclusión para este 2022, que ya casi ha comenzado, nos encontramos con que el tejido empresarial español ha adoptado una actitud inconformista frente a la innovación. Esto no solo se evidencia en una inversión superior frente a la media global del resto de países analizados, sino también en el porcentaje de satisfacción al respecto de la I+D+i que realizan sus compañías, el cual ha decrecido un 27% frente al último Barómetro realizado.

Importantes hitos mundiales, como el desarrollo de una vacuna en tiempo récord, han demostrado que la innovación es clave para las compañías, así como también lo es contar con un equipo humano que esté centrado en desarrollar soluciones rápidas para cualquier situación inesperada y con recursos tecnológicos adaptados a este propósito. Así lo ha puesto de manifiesto la experiencia extraída por las empresas españolas, de la que destacamos cuatro importantes afirmaciones, aplicadas por las compañías en tiempos de crisis: el 62% de los directivos españoles consideran que la pandemia ha acelerado radical o ligeramente la innovación en sus respectivas compañías; las empresas españolas han innovado un 6% más que el resto del mundo durante la fase crítica de la emergencia sanitaria; el 85% de las empresas españolas encuestadas están de acuerdo sobre la importancia de tomar decisiones con rapidez y agilidad en una crisis; el 74% de las compañías, además, están abiertas a innovar.

Los directivos de nuestro país no dudan en afirmar que una combinación perfecta entre una ambiciosa innovación y desarrollo, son las claves para salir airosos en momentos de incertidumbre, tal como han dejado claro diferentes actuaciones: el desarrollo de las mascarillas en cadenas de montaje, la creación de respiradores, o incluso la capacidad de seguir ofreciendo servicio a nivel mundial gracias a un teletrabajo «improvisado» para muchos, entre muchos más posibles ejemplos.

No solo un ambicioso plan de I+D+i ha demostrado ser eficaz para poder seguir manteniendo unos óptimos resultados empresariales. Esta también es la vía adecuada para poder hacer frente a las futuras demandas y el largo plazo de un futuro que, cada vez más, se muestra cambiante. Los resultados del informe nos transmiten, además, que las compañías que apuestan por la innovación cuentan con un mayor grado de resiliencia, siendo capaces de proteger su competitividad en momentos de incertidumbre, como lo ha sido esta –todavía existente– pandemia. Por ello, contar con una respuesta estructurada para el desarrollo de nuevas soluciones y productos, al igual que para adaptar la actividad existente, permitirá garantizar el crecimiento y la sostenibilidad de la empresa en momentos de crisis, tal y como recoge la experiencia empresarial internacional de este IIB 2022.

El 62% de los directivos españoles consideran que la pandemia ha acelerado la innovación en sus respectivas compañías

Ahora bien, nuestra experiencia en estos meses recientes también nos demuestra, más que nunca, que es necesario comenzar a actuar desde diferentes ámbitos que no se enmarquen únicamente en el corporativo. Es más que necesario comenzar a articular planes de colaboración público-privada que sean capaces de situarnos a nivel mundial en los primeros puestos de desempeño en innovación. No solo las empresas deben haber extraído un aprendizaje, sino todos y cada uno de los agentes de la sociedad, principalmente los relacionados con la I+D+i, ya que, desde el primero hasta el último, hemos tenido que reinventarnos a un ritmo vertiginoso que debe servirnos para aprender y no dejar a nadie atrás.

Nuestra economía está articulada a través de diferentes sectores que también deben ser capaces de aplicar estos aprendizajes y, para ello, todos debemos estar alineados, acometiendo hoy, y no mañana, planes estratégicos en materia de transformación en áreas claves para España, como son la agroalimentación, el turismo o la salud. El «mañana» ya es tarde, y no puede caer en saco roto todo lo que nuestras empresas han aprendido. Los fondos Next Generation, son la oportunidad perfecta para demostrarlo.

Carlos Artal es Managing Director de Ayming Spain.