Green Deal para ‘dummies’
El Pacto Verde Europeo marca el camino que los países del continente deben seguir para alcanzar la neutralidad climática en 2050. Pero ¿conocemos sus implicaciones? Desgranamos todo lo que, como ciudadanos, debemos saber.
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COLABORA2021
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La crisis medioambiental que amenaza a nuestro planeta sería aún más grave si no se hablara de ella. Su ausencia en las agendas políticas, los discursos empresariales, las noticias de los medios y las conversaciones entre los ciudadanos la convertiría en algo irrelevante. ¿Y quién se preocupa por ponerle remedio a un problema cuya existencia no parece relevante?
Hace unos años, los asuntos medioambientales saltaron desde los reductos del activismo ecologista hasta parlamentos, consejos de administración y la opinión pública para plantar raíces. Este desembarco –en ocasiones desordenado–ha provocado que se extienda por el lenguaje cotidiano un nuevo glosario de términos con los que no todo el mundo está familiarizado: ODS, sostenibilidad, gases de efecto invernadero, huella de carbono, economía circular… Y uno especialmente intrigante: el Green Deal. ¿Qué es y en qué consiste este pacto verde? Esto es lo que conviene.
El nombre
Es un guiño al New Deal, el plan de choque con el que el presidente norteamericano Franklin D. Roosvelt devolvió el pulso a la economía estadounidense en los años 30 tras el colapso sufrido por la Gran Depresión.
Existe una versión americana
Formulada en febrero de 2019, no pasó de ser una declaración de intenciones impulsada por la congresista demócrata Alexadaría Ocasio-Cortez. Su planteamiento, que incluía drásticos cambios en los sistemas productivos norteamericanos para una progresiva desarcarbonización, no fue bien recibida por la mayor parte de los sectores empresariales y no tardó en ser tumbada por la entonces gobernante administración republicana de Trump.
Y una versión europea
La que nos concierne. De mayor recorrido que su antecedente americano, el European Green Deal o Pacto Verde Europeo, fue impulsado por la Unión Europea y presentado en diciembre de 2019 por su presidenta, Úrsula von der Leyen, durante la cumbre climática COP25 en Madrid.
Los objetivos
El horizonte que se marca este acuerdo es un continente climáticamente neutro para el año 2050. Para ello, los dirigentes comunitarios quieren descarbonizar paulatinamente las economías europeas hasta lograr alcanzar las cero emisiones.
Transversalidad
El Pacto Verde Europeo no se limita a fijar límites a las emisiones de CO2, sino que aspira a transformar por completo los modelos socioeconómicos continentales bajo parámetros sostenibles. Cuestiones como la economía circular, la preservación de la biodiversidad o la reducción de las desigualdades sociales también entran dentro de su campo de actuación.
Las medidas
El pacto propone un paquete de 50 acciones específicas para la consecución de una Europa que lidere la lucha contra el cambio climático. Entre ellas se encuentran la modernización de infraestructuras o la promoción de la eficiencia energética y ecológica para revertir la dependencia de los combustibles fósiles.
Además, suma medidas que impulsen la economía circular y el reciclaje en la industria, planes de rehabilitación urbana, construcción eficiente, ‘ciudades verdes’, apoyo a la movilidad urbana y al transporte limpio, una estrategia De la granja a la mesa para asegurar una producción de alimentos sostenibles y de calidad o una hoja de ruta para lograr un aire más limpio y frenar la contaminación de ecosistemas terrestres y marítimos.
Inversiones y ayudas
El Pacto Verde Europeo viene acompañado de varios paquetes de ayudas a los Estados y estimaciones de las inversiones adicionales que deberán aportar estos para la consecución de los objetivos. Coincidiendo con el anuncio del acuerdo, la Unión Europea también anticipó la creación de un fondo de transición justa de hasta 100.000 millones de europeos para las regiones más dependientes de los combustibles fósiles. Además, en septiembre de 2020, el programa HORIZON 2020 abrió una convocatoria de ayudas, por valor de 1.000 millones de euros, con el objetivo de impulsar propuestas en el campo de la transición verde y convertir los desafíos ecológicos en oportunidades de innovación.
Un encargo delegado
La Unión Europea recomienda y marca tanto el itinerario como los objetivos, pero recuerda que son los distintos países los que tienen libertad para interpretar y poner en marcha las medidas que consideren oportunas para alcanzar esas metas. Es decir, Europa marca el compás, pero son los estados quienes organizan el baile. En España, la recientemente aprobada Ley de Cambio Climático es la respuesta nacional a esas directrices continentales.
Con puntos de control
La Unión Europea se reserva la facultad de establecer objetivos intermedios a través de directivas de obligado cumplimiento. Un ejemplo es la directiva sobre Fiscalidad Energética, que identifica productos energéticos sujetos a impuestos especiales.
Y un gran respaldo social
Antes de marcar el nuevo rumbo climático a través del Green Deal, la Unión Europea preguntó a los ciudadanos qué opinaban de ello. Gracias a esa consulta se supo que el 93% de los europeos consideran el cambio climático un problema serio y, además, realizan al menos una acción en el plano personal para frenarlo.
El coronavirus no ha sido un obstáculo
Apenas unos meses después del anuncio de Von der Leyen sobre el Pacto Verde Europeo, la pandemia obligó a rediseñar por completo las prioridades y las agendas de todos los rincones del mundo. Un reajuste que, sin embargo, no ha enviado las urgencias climáticas al fondo de un cajón, sino que ha servido para reafirmarlas. De hecho, los fondos europeos para la recuperación Next Generation han sido diseñados en clave de Green Deal y confluyen con muchos de sus objetivos, dado que esta y las futuras pandemias son tan dependientes de la salud del planeta como la propia vida humana.
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