Sociedad

La policía inglesa al rescate de las mascotas robadas

La nueva ley de la Capacidad Animal del Sentimiento aprobada recientemente por el Reino Unido contempla, entre otras medidas, la creación de una división policial específica para combatir los robos de mascotas, una práctica incrementada en un 250% durante la pandemia que los expertos achacan a la soledad y el aislamiento.

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27
mayo
2021

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La novelista francesa Sidonie-Gabrielle Colette, a quien la Iglesia Católica negó el responso fúnebre por «desvergonzada», escribió lo que muchos suscriben: «Nuestros compañeros perfectos nunca tienen menos de cuatro patas». ¿Quién no se ha sentido plenamente cuidado por el afecto de su mascota? ¿Cuántas veces hemos escuchado o pronunciado aquello de que el perro es el mejor amigo del hombre? ¿Acaso no sienten, los animales? Sienten y padecen; lo defiende ahora hasta la ley: el Reino Unido se ha convertido en el primer país del mundo en promulgar un texto que lo reconoce oficialmente. Se trata de la Animal Sentience Bill, la ley de la Capacidad Animal del Sentimiento.

En un país en el que sus ciudadanos son tan amantes de las mascotas que hasta los hooligan cuentan con sus notables dogos, una ley de estas características llevaba perfilándose desde hace años. Sin embargo, la espita determinante para acelerar su aprobación ha sido el alarmante aumento de robos de animales en los últimos años. Un delito fácil de cometer: se rapta al perro, se pide rescate. Hasta la mismísima Lady Gaga sufrió esta práctica. Solo el pasado año (recuérdese que buena parte de él quedo en suspenso por la pandemia) se denunciaron 2.438 robos perrunos en el Reino Unido, un 250% más que en ejercicios anteriores. Los expertos tienen claro que el aislamiento y la sensación de soledad durante la pandemia ha llevado a muchos a buscar el cariño y la compañía en mascotas ajenas. Ha surgido incluso un neologismo: dognapping, que designa el ladrocinio canino. De nuevo Johnson tuvo que celebrar una rueda de prensa para condenar con energía este despiadado ejercicio asegurando que su Gobierno aplicaría «tolerancia cero».

Hasta la llegada de la ley, raptar a un perro acarreaba multas de entre 230 y 290 euros

Así, la ley recién estrenada contempla la creación de una división policial específica para combatir estos robos. También la exportación e importación de trofeos de caza, que queda por completo prohibida. Las mascotas habrán de portar un microchip que identifique a su propietario, y quedan vetados los collares de entrenamiento, así como la caza de liebres con perros o las trampas diseñadas para que el animal quede atrapado en ellas. La policía de Nottinghamshire (cuna de Robin Hood) ha sido la primera del país en destinar un agente exclusivamente al asunto de los robos de mascotas. Pero la ley impulsará este tipo de destacamentos por todo el territorio.

Por cierto que uno de cada cien ladrones de mascotas fue juzgado, resultando amonestado o multado por el robo. Hasta que se ha sancionado esta ley, raptar a un perro podía acarrear un correctivo de entre 200 y 250 libras (230-290 euros, aproximadamente). Teniendo en cuenta que el precio de algunas razas de perros superan los 10.000 euros (caso, por ejemplo, del Cavalier King Charles Spaniel, uno de los más populares en Reino Unido) y que linajes que antes de 2020 rondaban los 500 ahora alcanzan los 2.500 euros (los cocker, los dogos), un rapto puede reportar el rescate de entre 500 y 1.000 euros de manera rápida y relativamente sencilla.

Solo el ao pasado se denunciaron 2.438 robos perrunos en el Reino Unido, un 250% más que en ejercicios anteriores

La ley también recoge la obligación de constituir una comisión de Sentiencia Animal, que velará por la protección del bienestar de las mascotas. El texto jurídico se nutre de tres corrientes de pensamiento de larga tradición en Inglaterra: la teoría utilitarista, defendida por el filósofo y economista Jeremy Bentham en el XVIII, que instigaba a minimizar el sufrimiento que el hombre infringía en los animales; la teoría del derecho del bienestar animal, respaldada a día de hoy por el filósofo australiano Peter Singer, que propone eliminar el sufrimiento innecesario de todo animal, y la teoría del derecho de los animales, pespuntada por el también filósofo Tom Reagan, que afirma que son objeto de derechos morales.

Pues bien, ya es un hecho. La ley no solo preserva la integridad física de las mascotas sino también su salud emocional. Ya lo avanzó Ghandi: «La grandeza de una nación y su progreso moral puede ser juzgados por la forma en que sus animales son tratados». La cuestión que queda pendiente de solventar ahora es cómo explicar y qué hacer con los 130.000 perros abandonados cada año en el mismo país que designa parte de sus efectivos policiales a evitar que sean robados y a protegerlos.

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