La sostenibilidad en una gota de agua

Producir, usar y tirar. Durante años, estos han sido los verbos que han hecho que el modelo de producción y consumo dominante en la economía global funcionase sin parar. Un sistema cuyo colapso es ahora más palpable que nunca por el impacto de su huella ecológica y la explotación insostenible de los recursos naturales. La irrupción de la crisis sanitaria del coronavirus a inicios de año reforzó, más si cabe, la necesidad de propiciar una transformación hacia un mundo más sostenible. Por eso, ante el escenario de regeneración que nos deja la pandemia, empresas como Pascual han decidido reforzar sus actuaciones para cuidar el medioambiente y garantizar que el cambio sea efectivo lo antes posible.

A través de su marca de agua mineral Bezoya, Pascual ha decidido apostar por la circularidad de su cadena de valor y a la implantación de procesos de eficiencia y sostenibilidad que vayan desde el origen hasta el consumidor final. Como primera iniciativa del Compromiso Bezoya, la compañía ha lanzado botellas de plástico 100% reciclado en todos sus formatos pequeños. Este año 2020, además, sus botellas de 1,5 litros y de 5 litros ya tendrán un 50% de plástico reciclado (rPET). Y en 2022 todas sus envases serán de rPET, un reto ambicioso que se adelanta al marco legislativo europeo. El objetivo es, a lo largo de 2020, devolver al ciclo 187  millones de botellas del tamaño de 1,5 litros, lo que supondrá la reducción de 4.600 toneladas de plástico y la disminución de emisiones de un 82% gCOe/botella, lo que equivale al consumo de 7.500 vehículos diésel durante un año.

La compañía pretende devolver al ciclo 187 millones de toneladas de botellas de agua Bezoya

«La economía circular debe formar parte del negocio de cualquier empresa del sector, no solo porque es un requerimiento y una necesidad por parte de la sociedad, sino que además, su implementación en toda la cadena de valor supone importantes oportunidades», señalan desde la compañía. En esta línea, Bezoya actuará en dos direcciones: primero, contribuirá a devolver a la naturaleza el mayor número posible de recursos y, luego, reciclará y reutilizará los residuos. «Una de nuestras metas debe ser alcanzar el residuo cero en las fábricas, creando una cadena de valor que sea autosuficiente en sí misma, con el aprovechamiento de los residuos por ejemplo, para la alimentación o el compost», explican.

Cinco son los pilares que sustentan este compromiso enfocado a dar lo mejor para el futuro de la alimentación: cuidar el origen, la biodiversidad y el entorno natural; garantizar que el proceso de envasado sea sostenible y tenga cero residuos; fabricar un producto sostenible siendo más responsables en toda la cadena de valor; promover la movilidad sostenible utilizando vehículos híbridos y 100% eléctricos, y conseguir, a través del reciclado, que las botellas Bezoya tengan infinitas vidas. «El futuro, para que sea sostenible, debe ser responsabilidad de todos», concluyen desde la compañía. Al final, como ellos mismos subrayan, se trata de trabajar de forma diaria y constante para conseguir un planeta más sostenible desde una sola gota de agua.