Impulsar la economía circular desde el mar

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Raquel Nogueira

@rnogueira89

El mar es cíclico. Cada gota de agua que llega a la costa surfea sobre la espuma de la ola al romper contra las rocas y es arrastrada hacia el horizonte, donde desaparece entre la bruma. Y, así, una y otra vez. Ahora, en ese proceso se entremezclan millones de microplásticos que se confunden con algas para acabar en los estómagos de peces, crustáceos y aves marinas. Cada año, la cantidad de plástico que se acumula en ellos es el equivalente de hasta 1.200 veces el peso de la Torre Eiffel. Cada botella, lata o envoltorio que utilizamos puede acabar en las profundidades marinas conviviendo con corales y plancton. Para aliviar la presión de los residuos humanos en nuestras costas, nació en 2018 Mares Circulares en el seno de Coca-Cola, con la mente puesta en un objetivo concreto: si una botella de plástico tarda hasta 500 años en degradarse, ¿podemos reutilizar los materiales que ya se han creado para fabricar nuevos envases? «Nuestro objetivo con esta iniciativa es generar una cultura de reciclaje que nos ayude a cambiar mentalidades y así poder salvar los océanos», asegura Ana Gascón, directora de Responsabilidad Corporativa en Coca-Cola Iberia.

En la segunda edición del proyecto Mares Circulares, 11.660 voluntarios se encargaron de recoger más de 313 toneladas de residuos en 1.206 hectáreas de costa española. Estas cifras, que esperan duplicarse este 2020, forman parte del compromiso de Coca-Cola para con el medio ambiente. «Nuestro objetivo en 5 años es llegar a recoger el equivalente del 100% de lo que producimos, garantizando que ninguna botella se convierta en residuo. Además, en 2030, la mitad del plástico de los envases que pongamos en el mercado tendrá que ser reciclado», asegura Gascón.

En 2019, 11.660 voluntarios recogieron residuos marinos en 1.206 hectáreas de costa española

Más de 400 entidades públicas y privadas han hecho posible la recogida promovida por Coca-Cola. En 2019, ayuntamientos, puertos, oenegés e, incluso, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPAMA) dieron apoyo a Mares Circulares en España y Portugal en 100 playas y 21 entornos naturales protegidos. Además, 89 barcos pesqueros que recogen los residuos en los caladeros de los puertos. «Los barcos trabajan mano a mano con los voluntarios del programa para que se pueda reconvertir el residuo. Al final, somos los sucios, porque trabajamos con el residuo más feo, ese que se queda en el fondo del mar, por eso lo primordial es identificar la procedencia de toda esa basura para buscar soluciones y trabajar en prevención directamente en origen», explica Estíbaliz López-Samaniego, de la Asociación Vertidos Cero.

Beatriz Castro, representante de la lonja de Gijón explica que Mares Circulares funciona como una herramienta que los marinos utilizan para implementar de manera correcta el reciclaje de todo aquello que se encuentran en la profundidad del mar. «Los pescadores ya estaban concienciados con que tienen que recoger los residuos porque se los encuentran en su día a día. En el puerto trabajamos con 3 arrastreros que todos los días, al echar las redes, rescatan residuos de diferente tipo. No hay día que no ocurra. Hasta que empezamos a colaborar con Coca-Cola –y aunque lo más sencillo hubiese devolverlos al mar–, los traían a tierra, aunque no hubiese quién los recogiese. Ahora, con Mares Circulares, en el puerto de Gijón podemos hacer una caracterización de basura, que se introduce en una base de datos para que sirva de referencia, y se lleva a reciclar de manera adecuada», cuenta. Hasta ahora solo se podía reciclar alrededor de un 12% del tereftalato de polietileno (PET) que se recogía, pero este año los puertos que participan en el programa se han propuesto llegar a más del 80% del plástico que se recoja. «Esa es la única manera de que no acaben directamente en los vertederos, haciendo que la crisis medioambiental empeore», añade López-Samaniego.

Para la iniciativa Mares Circulares, la sensibilización, junto a la acción, es la tarea más importante y, por eso, el año pasado se ofrecieron formaciones en 45 municipios de todo el territorio a más de 30.000 personas en colegios, ayuntamientos y centros sociales. «Además, todas las personas que pasaron por nuestras fábricas recibieron una charla de sensibilización para fomentar el reciclaje y también realizamos un roadshow en las 6 playas más transitadas de la península», asegura Gascón.

Ana Gascón: «Realizamos un ‘roadshow’ en las 6 playas más transitadas de la península»

Pero sensibilizar no es suficiente –aunque sea indispensable–. Un proyecto de tal envergadura ha de mirar hacia el futuro y, por ello, todos los residuos recogidos se catalogan para crear una base de datos que ayude a futuros estudios científicos. Es más, el proyecto intenta impulsar la economía circular devolviendo a la cadena de valor todo lo recogido y reutilizando la mayor cantidad de materiales posible. Como complemento, Coca-Cola apoya a startups innovadoras en materia de reciclaje y economía circular y financia varios proyectos de investigación universitarios.

Coca-Cola ya está trabajando para que todo el plástico recogido en las playas y puertos de la península ibérica sean reincorporados a la cadena de valor de sus productos. Por ello, han creado un prototipo de botella de Mares Circulares, que contiene un 25% de plástico proveniente de basura marina altamente degradada –hasta hace poco considerados irreciclables–. Así se cierra ese nuevo círculo que empieza en las fábricas y que no puede terminar en los océanos.