Economía
Hacia un nuevo capitalismo: las claves del Foro de Davos 2020
Más de 3.000 empresarios y líderes mundiales se reúnen para celebrar el medio siglo de vida del foro de Davos. La búsqueda de un nuevo capitalismo protagoniza una edición marcada por la lucha climática.
Artículo
Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).
COLABORA2020
Artículo
El capitalismo del siglo XXI será sostenible o no será. Aunque esa afirmación lleva años repitiéndose en encuentros de todo el mundo, su eco reverbera como un mantra en el Foro Económico Mundial 2020 que arranca hoy en la ciudad suiza de Davos. Allí, durante cuatro días, los principales líderes empresariales, políticos e intelectuales internacionales se reunirán para analizar los desafíos más apremiantes a los que se enfrenta la humanidad.
La movilización de los grupos de interés por un mundo cohesionado y sostenible es el lema de esta edición –la número cincuenta–, unas palabras que sirven como un recordatorio de que los pasos que tome la economía deberán verse condicionados por la defensa de la globalización, pero también por el cumplimiento (o no) del Acuerdo de París y la Agenda 2030. El evento está orientado a crear una hoja de ruta para lograr que ese «capitalismo de los grupos de interés» abandone el rendimiento económico como único objetivo y busque el beneficio del total de la sociedad. La idea, aunque complicada de materializar, es concisa: para que el capitalismo sobreviva, debe reinventarse.
Larry Fink, CEO de BlackRock, anunció que no haría negocios con corporaciones que no beneficiasen a la sociedad
El Foro de Davos parte del conocimiento de que este es un momento decisivo para las empresas. A diario, miles de activistas climáticos se lanzan a las calles para exigir una mayor responsabilidad a todos los agentes sociales y los Gobiernos buscan soluciones políticas e incluso legislativas para combatir el gran desafío de este siglo. También el mundo empresarial muestra su intranquilidad: hace apenas un mes, Larry Fink –director ejecutivo de BlackRock, el fondo de inversiones más grande del mundo– anunció que solo haría negocios con aquellas corporaciones que beneficiasen a la sociedad. Las reclamaciones del propietario de la entidad que lleva la batuta en el mundo económico no acabaron ahí, y aprovechó para lanzar una advertencia clara: «Sin un sentido de propósito, ninguna compañía, ya sea pública o privada, puede alcanzar su máximo potencial en el mundo actual».
En este contexto, la lucha contra el cambio climático emerge como principal eje de preocupación, de ahí que el llamamiento a la acción impregne todo el programa del Foro de Davos. Su impacto en el mundo empresarial ha quedado más que constatado tras la reciente publicación del informe Global Risks 2020 que, basándose en la probabilidad y el impacto, señala el cambio climático y sus consecuencias como principal amenaza para el planeta de cara a los próximos diez años, seguido de las armas de destrucción masiva y la pérdida de biodiversidad.
Nueva década, nuevo manifiesto
Este año la cumbre cumple medio siglo de vida y lo celebra con una novedad: la firma de un documento –el Manifiesto de Davos 2020– que servirá como «una declaración sobre los principios éticos que deberían seguir las compañías», según detalla un comunicado oficial. A ojos de la organización, esta renovación del Manifiesto de 1973 se presenta como «la mejor respuesta a los desafíos ambientales y sociales de hoy».
«Hay personas que están protestando contra las élites económicas que creen que les han traicionado y nuestros esfuerzos para mantener el aumento del calentamiento global a 1,5ºC están siendo peligrosamente cortos», escribía Klaus Schwab, fundador del World Economic Forum, al comienzo de la carta con la que el pasado diciembre presentaba la nueva edición de la cumbre. Y continuaba: «Con el mundo en una encrucijada tan crítica, este año debemos desarrollar el ‘Manifiesto Davos 2020’ para reimaginar el propósito y los cuadros de mando para las empresas y los Gobierno».
«Las empresas deben estar al servicio del futuro global», escribe Klaus Schwab
Schwab augura que el capitalismo de los grupos de interés –entendido como un sistema integrador en el que las empresas son administradoras de la sociedad y no se basan únicamente en el beneficio económico– se está imponiendo a un ritmo acelerado debido a lo que ha denominado como efecto Greta Thunberg. De ahí que unos de los principales principios del manifiesto sea que las empresas no funcionen únicamente para sus accionistas, sino que sean una unidad económica generadora de riqueza que esté al servicio del futuro global. Para que este alegato no se convierta en papel mojado, el presidente del Foro ha propuesto una hoja de ruta que pasa porque las empresas «paguen un porcentaje justo de impuestos, se muestren cero tolerantes con la corrupción, respeten los derechos humanos en sus cadenas globales de suministro y defiendan la competencia en igualdad de condiciones».
Además, en esta edición del Foro de Davos –que, desde su creación ha ido abriendo la puerta a diferentes agentes sociales más allá de las élites económicas; primero los representantes del ámbito político y, luego, ciudadano–, se ha convertido en un altavoz para las nuevas generaciones. La propia Greta Thunberg, la joven activista sueca que desde el año pasado porta el estandarte de la lucha contra el cambio climático, abrirá una de las primeras sesiones del evento con uno de sus mediáticos discursos. Y eso no es todo: tendrá que enfrentarse dialécticamente al presidente de Estados Unidos y férreo negacionista del cambio climático, Donald Trump, en uno de los encuentros más esperados de estos días. No en vano, en este medio siglo ha quedado claro que en el Foro de Davos caben todo tipo de opiniones… Incluso las más críticas.
COMENTARIOS