Medio Ambiente

El plan climático de España, el único que aprueba en Europa

Un informe de la Fundación Europea para el Clima sitúa el borrador del Plan Nacional de Energía y Clima español como el mejor y más alineado con los Acuerdos de París. Sin embargo, nuestro país aprueba raspado, con 52 puntos. ¿Qué deben mejorar todos los países para descarbonizar a tiempo su economía?

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16
mayo
2019

Lejos de ser una fiesta, hace cuatro años París se convirtió en escenario de unos históricos acuerdos internacionales que darían el pistoletazo de salida a la carrera para garantizar el futuro del planeta. Más de 190 países pactaron acabar con las emisiones y frenar así el calentamiento global, in crescendo desde inicios del siglo pasado. Tras la ratificación de que es imprescindible actuar para que las temperaturas planetarias no superen los 1,5ºC, los diferentes Gobiernos presentaron su paquete de medidas concretas para alcanzar los objetivos globales. La Unión Europea hizo gala de su cohesión y definió unas líneas de actuación que debían seguir los países miembros en sus propuestas nacionales sobre Clima y Energía: reducir las emisiones en un 40% para 2030 y reducirlas a cero en 2050. Sin embargo, la ambición que en su día brilló en la Ciudad de la Luz, parece haberse ido apagando. De entre los 28 miembros europeos, solo uno ha conseguido acercarse –y no sin dificultades– a las metas comunitarias: España.

Según un informe recién publicado por la Fundación Europea para el Clima, nuestro país es el que ha presentado el mejor borrador de Plan Nacional Integral de Energía y Clima (PNIEC) ante la Comisión Europea. Es decir, la propuesta española es la que, cualitativamente,  está más alineada con las tres dimensiones que analiza el estudio: nivel de ambición, nivel de detalle de las políticas y medidas, y la calidad y el carácter inclusivo de los procesos. Además, no solo es la de mayor calidad, sino la única que aprueba.

España encabeza la lista de países mejor valorados con 52 puntos sobre 100

En el ranking de países clasificados según el cumplimiento de los indicadores, España ha obtenido una puntuación de 52 sobre 100. Le siguen, Francia con 47 puntos, Grecia con 44 y Suecia con 43. A la cola se encuentra Eslovenia, que cierra la lista con 3 puntos, precedida por Eslovaquia y Alemania con 12. El aprobado justo de nuestro país y, en general, la escasa puntuación de todos los países miembros reflejan cómo ninguno de los 28 está del todo bien encaminado para conseguir emisiones netas nulas de aquí treinta años.

Para Lara Lázaro, investigadora principal del Real Instituto Elcano, «el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima de España debe ser elogiado como una hoja de ruta omnicomprensiva hacia la descarbonización, desarrollada en menos de un año con un esfuerzo considerable por parte de los equipos de modelización tanto gubernamentales como externos. Sin embargo, su primer puesto en el ranking de los PNIEC europeos de European Climate Foundation no debería ser motivo para la autocomplacencia».

En este aspecto, Lázaro recuerda que todavía quedan pendientes algunas cuestiones como la ausencia de un comité científico independiente –que en otros países como en Reino Unido o Francia ya han contribuido a impulsar la descarbonización–, la falta de presupuestos de carbono o, según sostiene la experta, «replantear si vamos a ser capaces de movilizar más de 200.000 millones de euros en la próxima década». Los desafíos son de gran envergadura y el tiempo, aunque limitado, todavía deja suficiente margen para mejorar.

Según el informe, los países europeos no están a la altura de las ambiciones establecidas por la UE y los Acuerdos de París

El informe concluye que los países no están a la altura de las ambiciones establecidas por los legisladores de la UE y el Acuerdo de París. Sin embargo, resalta que se trata de borradores y que los proyectos se pueden modificar hasta finales de año. Sin ir más lejos, en junio, la Comisión Europea publicará sus evaluaciones y recomendaciones sobre los planes climáticos nacionales. Así, el documento presentado por la institución  —fruto del trabajo de expertos del Ecologic Institute y Climact— es una avance para que los países comiencen a retocar sus iniciativas. ¿Su principal flaqueza? Según el análisis, la falta de credibilidad y de ambición.

La Fundación Europea para el Clima ha encontrado que los planes se limitan a la eliminación gradual del carbono y los subsidios a los combustibles fósiles, y no indican con claridad cuáles son las inversiones necesarias. Asimismo, ha registrado un uso excesivo de biomasa insostenible, una consulta pública inadecuada y una falta de  intención clara de conseguir que en 2050 haya cero emisiones.

Si bien es cierto que en París quedó de manifiesto que transitar hacia el futuro descarbonizado era un camino lento, en vistas de los resultados del reporte, las líneas de actuación que han planteado (hasta el momento) los países europeos son demasiado débiles en proporción con la magnitud del objetivo de descarbonizar el mundo. En este aspecto, la CEO de la Fundación Europea para el Clima, Laurence Tubiana recuerda que «la planificación del futuro que queremos empieza hoy. Los planes climáticos nacionales son una oportunidad para pensar en los países que queremos tener en los próximos 10, 20 y 30 años».

Laurence Tubiana: «La planificación del futuro que queremos empieza hoy»

Tubiana añade una advertencia: «Los países de la UE pueden decidir arriesgarse a perder una década de inacción climática o asegurar que las inversiones y políticas adecuadas estén en marcha para cosechar los beneficios económicos y sociales de una transición a una sociedad con emisiones netas cero». Así, la ambición de portar la antorcha de la sostenibilidad, de las emisiones nulas y la inclusión social encendida en París se ha convertido en una nueva meta a corto plazo para los miembros europeos y sus Planes Nacionales de Energía y Clima definitivos.

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