Medio Ambiente

El sargazo, el alga tóxica que amenaza el paraíso

Marrón, fétida y tóxica, esta alga ha asediado las playas más idílicas del Golfo de México y ha puesto en peligro no solo el turismo, sino los ecosistemas autóctonos. La clave para acabar con su invasión está en combatir el cambio climático.

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08
agosto
2019

Las paradisíacas playas de arena blanca y agua turquesa del Caribe han perdido su color original. También parte del atractivo que desde hace años seduce a millones de turistas de todo el mundo. La culpa es del sargazo, una macroalga marina de color rojizo que ha invadido las costas del Golfo de México y del mar Caribe, y que es consecuencia directa tanto de la contaminación como del cambio climático.

Coloquialmente conocida como «la maleza del engaño», esta alga apareció de manera repentina (y masiva) en 2011 en las playas del Caribe mexicano. Desde entonces se ha ido concentrando en grandes cantidades por las costas de Cancún, Tulum o Playa del Carmen, desprendiendo un nauseabundo olor que espanta a turistas y dificulta la labor de los pescadores. Y es que el sargazo, además de desagradable para la vista y el olfato, es también peligroso para la salud humana y los ecosistemas autóctonos: al pudrirse libera ácido, arsénico y otras sustancias que son tóxicas para la piel y que ya han provocado, según diversos medios locales, la muerte de una gran cantidad de tortugas, pulpos y peces.

Los científicos atribuyen su proliferación al cambio climático y a la contaminación

«Es un problema ecológico, no turístico», según advierten desde la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que en los últimos años se ha centrado en la investigación de esta alga. Además de conllevar un ruina económica allí donde amarra, el sargazo es, sobre todo, una amenaza medioambiental que ya ha llegado a costas españolas. Hace apenas unos días, la playa gaditana de Lances, en Tarifa, se vistió de esta marea marrón. Su presencia en tan dispares puntos del globo lleva a preguntarse: ¿de dónde viene? Y más importante aún: ¿qué ha causado su aparición?

Aunque existen diversas suposiciones sobre su origen, normalmente se asocia al mar que recibe su nombre, el Mar de los Sargazos, una región del océano Atlántico abundante en algas y placton. Sin embargo, también se ha registrado su presencia en las aguas tropicales de África. Su proliferación podría deberse, según un grupo de investigadores de la Universidad Florida Atlantic, a la excesiva cantidad de nutrientes contaminantes generados por la actividad humana que se vierten en el mar y que acaban por fertilizar estas plantas. Y no crecen precisamente de manera lenta. Más bien al contrario: se estima que en 20 días duplican su biomasa si las condiciones son las adecuadas. Es precisamente en la generación de esas condiciones donde aparece la variable del cambio climático.

El sargazo tiene una rápida proliferación: en tan solo 20 días, puede llegar a duplicar su biomasa

Según datos ofrecidos por la NASA, unas de las principales consecuencias directas del cambio climático es el aumento de las temperaturas planetarias, que no solo provoca el deshielo de los polos, sino que calienta el agua y provoca cambios en las corrientes marinas. Para los expertos, este sería uno de los motivos que ha causado la llegada de estas plantas hasta las costas caribeñas, dejando unas imágenes que han despertado la alarma a nivel internacional.

«Ver el sargazo y su impacto en la gente solo confirma la urgencia de actuar contra el cambio climático y encontrar soluciones sostenibles para mantener nuestros océanos sanos. Los océanos no tienen fronteras, igual que el clima. Es una responsabilidad colectiva actuar ahora», advirtió el pasado julio el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, durante su visita a la isla de Santa Lucía con motivo de la Conferencia de Jefes de Gobierno de la Comunidad del Caribe (Caricom). A pesar de que se han puesto barreras en algunas playas y se han organizado campañas de retirada en diversos puntos del Golfo de México (este año se han recolectado cerca de 57.603 toneladas), la solución para acabar con la plaga de algas que ahogan las playas más idílicas del planeta pasa por erradicar el problema desde el origen: el cambio climático.

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