El camino hacia la economía de la confianza
¿Cómo construir relaciones éticas y sostenibles en un momento en el que la confianza cotiza en mínimos históricos? La transparencia, el diálogo y la escucha activa fueron el epicentro del debate organizado por Kreab, de la mano de Ethic, sobre la transición hacia una economía de la confianza que gire en torno a unos valores irremplazables: verdad, justicia y sostenibilidad.
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Orson Welles necesitó tan solo 59 minutos para convencer a más de dos millones de personas de que Estados Unidos estaba siendo invadida por una horda de alienígenas. Era 1938 y el relato, una adaptación radiofónica de la ficción que recreó H.G Wells en su novela La Guerra de los Mundos. Pese a estar alejada de la realidad, los oyentes no dudaron en tomar como verdadera la historia y así, la radio, como medio de comunicación, ratificó su doble naturaleza: difusora de información y, también, de falsedades. Casi un siglo después, las situaciones de caos que provocó el periodista norteamericano con su programa se repiten diariamente, aunque en mayor frecuencia y menos intensidad. Se necesita apenas un minuto para escribir un tuit. Mucho menos se tarda en reenviar un mensaje de wasap. Las narraciones son, de lejos, menos espectaculares que una incursión marciana, y las mentiras, difundidas a través de las redes sociales, más fácilmente digeribles. Con la llegada de la era de la posverdad, la desinformación y las fakes news, la confianza cotiza en mínimos históricos. De ahí que medios de comunicación, instituciones y organizaciones tanto públicas como privadas hayan colocado la construcción de relaciones de confianza en el epicentro de sus agendas. Pero en el camino hacia ese nuevo modelo, no todo vale: convertirse en un actor creíble y ético pasa por volver a revisar la cadena de valores.
Silvina Bacigalupo (Transparencia Internacional): «Todo cambio cultural viene de un cambio normativo previo»
«La transparencia, entendida como una rendición de cuentas, es clave para construir una economía basada en la confianza». Con estas palabras, Silvina Bacigalupo, presidenta de la organización Transparencia Internacional España, abría el encuentro En transición hacia la economía de la confianza, una jornada organizada por la consultora internacional de comunicación, reputación y asuntos públicos Kreab de la mano de Ethic. El encuentro, celebrado en Impact Hub Madrid, pretendía ser un espacio de reflexión sobre la importancia de la transparencia, el diálogo y la responsabilidad en la economía del futuro. En esta línea, la experta subrayó el papel de la legislación como motor del movimiento: «Todo cambio cultural viene de un cambio normativo previo que tenga o consecuencias leves o sanciones más graves». Sin embargo, recordó, en el ámbito de la transparencia todavía no se ha dado ese cambio cultural perceptible ya en países como Suecia, donde es la opinión pública la que exige esa rendición de cuentas.

Silvana Bacigalupo (Transparencia Internacional) y María Rubiños (Kreab)
Tomando el país nórdico como referencia, María Rubiños, directora de Reputación e Intangibles de Kreab, coincidió en que estamos en un periodo de transición que necesita una nueva ola de líderes conscientes de la necesidad de ir más allá de la ley. «Hoy por hoy conviven dos tipos de liderazgo: el de la vieja escuela, que ve la transparencia como una amenaza para la cuenta de resultados, y el de los que entienden que explicarse ante la sociedad es una parte fundamental de su trabajo. Todavía hay fricciones entre los dos modelos, pero el miedo es cada vez menor». La reflexión de Rubiños nos redirige a la Ley de Transparencia de las administraciones públicas, en vigor desde 2013, y a la ley en materia de información no financiera y diversidad, vigente desde 2018. «Hay que centrarse en hacer, más que en reportar, y para eso no hace falta ir con una hoja de ruta, sino leer el entorno a través de la escucha activa», reivindicó.
Borja Lafuente (Danone): «Los muros son la antítesis de la transparencia»
Una visión que comparte Begoña de Benito, directora de Relaciones Externas y RSC de Ecoembes, que participó en una mesa redonda junto a otros cuatro expertos para reflexionar sobre la transparencia, la escucha activa y la gestión de las expectativas. «Reforzar el triángulo formado por empresas, instituciones y ciudadanos, en nuestro caso a favor del reciclaje, es esencial para mejorar la credibilidad y, a su vez, mejorar la capacidad de llegar a los distintos grupos de interés», arguyó.
En un momento en el que la creación de alianzas viene definida como uno de los objetivos esenciales para garantizar el progreso y el desarrollo sostenible, el diálogo se presenta como uno de los impulsores de la transición. «Ahora se levantan muros, como el de México o el que tenemos en el Mediterráneo, pero el muro es la antítesis de la transparencia, porque la clave de la transparencia es abrir nuestra casa y derribar esas barreras», defendió Borja Lafuente, Head of Sustainability Iberia de Danone, para quien ese liderazgo del que hablaba Rubiños debe estar enfocado hacia «el concepto de justicia social, que permita a las marcas rodearse de gente con quien cambiar el mundo».

Laura Zamarriego (Ethic), Begoña de Benito (Ecoembes), Borja Lafuente (Danone), Juana López (CGLU) y Julio Montes (Maldita)
«Esto no va de volcar documentos que no podemos digerir, sino de entender que la transparencia consiste en explicar bien y generar confianza siendo coherentes en la acción», aseguró Juana López Pagán, coordinadora de la Comunidad de Práctica de Gobierno Abierto de la organización CGLU (Ciudades y Gobiernos Locales Unidos). «Las administraciones públicas deben abrirse cada vez más y generar una serie de sinergias con la ciudadanía y el sector privado», reclamó. Así, la también profesora de la Universidad Complutense de Madrid lanzó un guiño a la Agenda 2030: «Por primera vez estamos convocados a sentarnos constantemente en una misma mesa de diálogo para hablar de una misma ruta política que indica un modelo de gobernanza».
Federico Buyolo (Alto Comisionado para la Agenda 2030): «Los ODS conforman una agenda ética no solo de acciones sino de valores»
Para Julio Montes, cofundador de Maldita y cocreador de La Sexta Columna, sentarse a dialogar es tratar de recuperar esa «ancla de confianza» que antes unía a la sociedad con los hechos y la información. Hace tiempo que las fake news dejaron de ser una mera herramienta utilizada por el poder político establecido para ser alimentadas por las supuestas partes contestatarias: los medios de comunicación. Para Montes, recuperar la confianza hacia los medios pasa por reforzar el papel del periodismo como un servicio necesario y útil para la comunidad. «En plataformas fact chek como Maldita tenemos la función de desmontar bulos, pero también de hacer que la comunidad se implique y, al saber cómo es el ecosistema de la desinformación, sean más responsables». Y añadió, haciendo un guiño al eslogan de Maldita: «Juntos es más difícil que nos la cuelen».

Borja Berganeche (Kreab) y Federico Buyolo (Oficina del Alto Comisionado para la Agenda 2030)
Conocimiento, veracidad, transparencia y justicia social son algunas de las claves que resaltan en la construcción de una economía de confianza. Federico Buyolo, director general de la Oficina del Alto Comisionado para la Agenda 2030, subrayó el concepto de trazabilidad como instrumento de transformación social. «Saber quién toma las decisiones, por qué las toma y para qué permite generar confianza y alianzas para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y formar instituciones sólidas que fomenten la paz y la justicia, como señala el Objetivo 16». Por eso, según Buyolo, «hace falta empoderar a la ciudadanía, para que genere valor, sea el eje del cambio y lidere ese futuro que hemos llamado Agenda 2030, una agenda ética no solo de acciones sino de valores, donde están los derechos y libertades que debemos poner en marcha ya».
Generar estas relaciones de confianza entre política, empresas y ciudadanía se presenta como un reto que Borja Bergareche, director de Kreab Digital, calificó de «planetario», que puso el acento en un nuevo actor social que se alza como protagonista en la lucha contra la pobreza y en favor del desarrollo sostenible: «la generación Greta», en referencia a la joven activista sueca Greta Thunberg. «Estos jóvenes no tienen voto todavía, pero sí una voz poderosa». Así, el mensaje de la agenda de valores se está extendiendo por todas las arterias de la sociedad como una necesidad inapelable. Solo hace falta desvincularlo de los herederos del programa de Welles y reconstruir la confianza para la economía del futuro.
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