Cinco emprendedores pioneros en turismo sostenible

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Luis Meyer

Como te contábamos en nuestro viaje al centro del turismo sostenible, Igualada, cuna de fábricas curtidoras, está a punto de vivir su propio milagro: esta ciudad barcelonesa de la exuberante comarca de l’Anoia se ha propuesto atraer al turista de calidad, con afán cultural y respetuoso con el medio ambiente, que huye de las masificaciones de la capital catalana y la costa mediterránea. Hoy, te presentamos a algunos de los artífices del renacimiento de esta comarca barcelonesa.

Xavier Andrés: «Acogemos a las firmas de moda más importantes del mundo»

Este arquitecto es el hermano de David Andrés, considerado por la revista Forbes como el mejor chef joven de España y Portugal. Xavier se ha encargado de diseñar tanto el restaurante Somiatruites, que regentan en Igualada, como un hotel boutique, ambos en una antigua fábrica curtidora del barrio de Rec. «En la azotea he dispuesto un huerto propio, para tener productos de proximidad», explica el arquitecto. La fachada sigue la tradición de las antiguas secadoras de pieles: una celosía móvil que permite la entrada del calor del sol, pero no la incidencia de los rayos de forma directa. Esto consigue un aprovechamiento de temperatura en cualquier estación del año que supone un considerable ahorro energético. «Queremos revitalizar el Rec porque aquí llegan representantes de las firmas de moda más importantes del mundo a comprar piel, y darles un alojamiento a la altura», explica Xavier, «pero también atraer a un turismo que valore el tratamiento cercano y de calidad, la naturaleza y la tradición local».

Beatriz Ayuso: «Este es el alojamiento turístico más autosuficiente de España»

Esta emprendedora de 42 años, junto a su marido, el ingeniero Félix Egea, decidieron restaurar una masía familiar que llevaba siglos en ruinas. Aplicaron soluciones para que su alojamiento, Isla Verde, fuera 100% sostenible. Por ejemplo, utilizan baños suecos de aguas separativas, donde las amarillas se reutilizan en forma de nitratos, para usarlas en permacultura. Recurren a la biomasa y los paneles solares para autoabastecerse de energía. «Es lo que se llama earth ship, cuenta Beatriz, «un barco capaz de navegar por sí solo por el océano, sin depender de nadie más».

Jordi Reixachs Rovira: «Un turismo de calidad debe ser accesible para todos»

Este informático de 57 años adquirió con su hermano una finca medio derruida de una vieja aldea abandonada. Restauraron los edificios, y levantaron el destino turístico Can Morei con una idea muy clara: que quienes tuvieran alguna discapacidad también pudieran disfrutar de sus amplios apartamentos y sus lujosas instalaciones. Por eso cada metro cuadrado está pensado para la accesibilidad plena: desde ascensores interiores hasta la colocación de los percheros o de los lavabos, pasando por vitrocerámicas con relieve táctil para poder ser usadas por invidentes, e incluso un sofisticado sistema de ondas en algunas estancias para filtrar el ruido ambiente a quienes sufren sordera y usan algún dispositivo auditivo. «Un turismo sostenible debe ser accesible para todos. Pero, al mismo tiempo, la estancia debe ser igual de atractiva para quien no sufre discapacidad. Ahí ha estado la dificultad», dice el emprendedor.

Geert Van Heijningen: «Esto puede ser la Toscana catalana»

Emigró de Holanda en 2007 y se instaló en la comarca de l’Anoia, donde compró una vieja casona familiar, Torre Nova. Este emprendedor de 62 años concibió, junto a su mujer Jacqueline Brakel, lo que él considera turismo de calidad: «Me costó mucho restaurarla, pero mereció la pena. No es un destino turístico de sol y playa, sino de interior, para quienes buscan naturaleza y mezclarse con la cultura local. Tenemos agua de nuestro propio manantial, y usamos la energía solar para la calefacción y el agua caliente. El agua de la piscina no tiene cloro, sino un tratamiento natural a base de sal». El emprendedor ha conseguido lo que buscaba: «Vienen muchos extranjeros que buscan estancias placenteras de largo recorrido, desde Sudáfrica, Australia, Dubai, Holanda, Inglaterra… Son clientes de nivel, interesados en el país y en sus culturas, que quieren conocer los grandes paisajes que rodean a Barcelona, tan desconocidos para la mayoría. Esto no tiene nada que envidiar a la Toscana italiana»

Christoph Peters: «Somos sostenibles por convicción, no por marketing»

Este arquitecto alemán de 53 años vino en la veintena para hacer el servicio social en un centro de l’Anoia para personas con discapacidad, conoció a su actual mujer y se quedó a vivir para siempre. Trabaja instalando placas solares en el tercer mundo, pero Can Gramunt es su verdadero proyecto vital. «Un día, paseando en bicicleta por la zona, encontré una finca que estaba en ruinas», recuerda. «Nunca había tenido agua potable, era una casa de campo como las de hace 200 años, que llevaba cuarenta abandonada. Como soy arquitecto, me puse el reto de levantarla. Mi cuñado me dio apoyo económico, y el reto era un proyecto sostenible por hacerlo bien, no por un tema de marketing. La conexión a la red eléctrica era muy cara por su ubicación tan apartada, así que utilizamos la energía solar. En cuanto a la calefacción, pusimos un buen aislamiento a toda la envolvente, incluidas las ventanas. Y en invierno una caldera de biomasa. Para el agua potable sí estamos conectados a la red, pero para el agua de los váteres, por ejemplo, o el riego del jardín, usamos el agua de lluvia recogida por dos grandes depósitos, aprovechando dos enormes cubas donde antes guardaban el vino».