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Cómo el alquiler vacacional puede cambiar la economía de los pueblos

ETHIC / Cómo el alquiler vacacional puede cambiar la economía de los pueblos
Lejos de las grandes urbes y del turismo de masas, muchos pequeños municipios españoles comienzan a transformarse gracias al alquiler de corta duración. Esta forma de hospedaje no solo lleva viajeros a destinos menos conocidos, sino que genera empleo, revitaliza el comercio local y ayuda a mantener servicios básicos.
IMÁGENES: Lara Martínez

El turismo ofrece hoy más posibilidades que nunca: escapadas de fin de semana en las montañas, estancias en casas rurales con encanto, viajes que llevan a descubrir naturaleza y comunidades locales… Los avances de la tecnología, unidos al deseo de buscar experiencias auténticas, nos sitúan ante un escenario en el que pueblos con siglos de historia, gastronomía local y paisajes únicos son más accesibles que nunca. Esta nueva geografía viajera ha supuesto un motor de desarrollo para muchas localidades y territorios que no estaban en los circuitos tradicionales.

El alquiler de corta duración, en especial en las áreas rurales donde no había muchas opciones de hoteles, se ha convertido en una herramienta esencial para atraer turistas, generar ingresos y rejuvenecer áreas hasta ahora marginadas. Según el informe El alquiler de corta duración como revitalizador de la España rural, realizado por Afi para Airbnb, mientras que el 75% de los pueblos rurales carecen de hoteles, más de la mitad ya cuenta con al menos un hogar destinado al alquiler de corta duración.

En el mismo estudio se recoge que los municipios con menos de 10.000 habitantes que incorporaron viviendas turísticas en 2024 recibieron un 14 % más turistas que el año anterior. Se estima que 13 millones de viajeros pasaron por estas zonas rurales, gastando 5.560 millones de euros y beneficiando directamente a negocios locales por un valor de 3.200 millones de euros, con un incremento del 4 % en el empleo de hostelería y comercio.

El alquiler de corta duración se ha convertido en una herramienta clave para dinamizar la economía local y dar nueva vida a entornos con gran potencial por descubrir

Un estudio realizado en la provincia de Soria que analizaba 1.658 encuestas a visitantes concluyó que las principales motivaciones de los turistas que visitan este tipo de destinos son el paisaje natural y el patrimonio cultural. Asimismo, la experiencia y la fidelidad del visitante disparan el nivel de empleo y los ingresos para la comunidad local. 

Y las mismas conclusiones se dan en otras zonas de la península. Según un estudio publicado en el Journal of Rural Studies, que examina comunidades del suroeste español, el turismo comunitario —gestionado localmente y vinculado al patrimonio cultural— fortalece la resiliencia social frente a la despoblación. La investigación muestra que este tipo de turismo no solo genera ingresos sino también cohesión social, sentido de pertenencia y acciones colectivas para mejorar el entorno. 

En esto coincide un análisis reciente del impacto del turismo rural, que subraya la importancia de fidelizar a los visitantes. Una experiencia de calidad y que el visitante se lleve una imagen positiva del destino harán que lo recomiende y que incluso repita.

Un impacto económico tangible

En municipios muy pequeños (de menos de 200 habitantes) donde antes no existía oferta hotelera abrir una vivienda turística resultó suficiente para captar visitantes y activar la economía local. Según Afi, en estos pueblos, menos del 0,6 % de las viviendas se destinó a uso turístico, reduciendo el impacto sobre el mercado habitacional.

193

de crecimiento del turismo
internacional en la Andalucía rural

1146

millones de euros generados
por turistas en alquileres de
corta duración en pueblos
pequeños de Cataluña

575

millones de euros de ingresos
totales en Baleares por este
tipo de hospedaje

Según datos del INE, el auge del alquiler de corta duración está dejando una huella visible en la economía rural española, especialmente en comunidades como Andalucía, Cataluña, País Vasco, Comunidad Valenciana, Baleares y Canarias.

Cataluña

Con 2,56 millones de turistas en alquileres de corta duración en pueblos pequeños, Cataluña lidera en gasto total, alcanzando los 1.146 millones de euros en 2024. El gasto en restauración (215 M€) y ocio (201 M€) tiene un impacto directo en la economía local. El turismo internacional rural creció un 100%, mostrando su potencial de expansión en los próximos años.

Andalucía

En municipios rurales andaluces de menos de 10.000 habitantes se alojaron casi 2 millones de turistas en alquileres de corta duración, generando unos 810 millones de euros. Destaca el crecimiento del turismo internacional (+193%) y su peso equilibrado en restauración (165 M€) y ocio (119 M€), lo que refuerza el consumo local.

Comunidad Valenciana

Atrae a cerca de 1,35 millones de turistas en municipios rurales, con un impacto económico superior a los 675 millones de euros. Presenta un fuerte crecimiento internacional (+97%), mientras que el turismo doméstico crece apenas un 4%, lo que indica su alta dependencia del mercado exterior.

País Vasco

Registra un aumento del 185% en turistas internacionales en municipios rurales y un 69% en pueblos de menos de 10.000 habitantes. Aunque su volumen total es menor que en otras comunidades, el crecimiento porcentual lo convierte en un mercado emergente para este tipo de hospedaje.

Baleares

Con más de 971.000 turistas en alquileres de corta duración, Baleares genera más de 575 millones de euros, gracias a las estancias largas y un elevado gasto por visitante. El turismo doméstico creció un 101%, mientras que el internacional lo hizo en un 201%, situando a la comunidad como una de las de mayor dinamismo.

Canarias

Recibió más de 301.000 turistas de este tipo, con un gasto total de más de 190 millones de euros. La combinación de oferta de alojamientos y posibilidades de ocio impulsa su atractivo, con 34 M€ en restauración y 36 M€ en ocio.

Castilla y León

Destaca por su fortaleza gastronómica, con 79 millones de euros gastados en restauración por turistas en alquileres de corta duración en zonas rurales.

Galicia

Suma 111 millones de euros en gasto en restauración, confirmando el peso de la gastronomía como motor económico de su turismo rural.

*Datos del informe El alquiler de corta duración como revitalizador de la España rural, realizado por Afi para Airbnb

Claves para que el impacto sea sostenible

Para ser una herramienta efectiva de desarrollo, el turismo rural debe estar conectado con el patrimonio cultural y natural y tiene que estar gestionado por comunidades conscientes de su identidad territorial. 

El informe de Afi incluye propuestas concretas para maximizar sus ventajas, como la creación de un registro oficial de municipios prioritarios para aplicar exenciones fiscales, simplificar trámites y facilitar ayudas a proyectos enfocados en eficiencia energética o digitalización turística. También propone implicar a comarcas y entes locales en la formación de anfitriones y en estrategias de promoción conjunta con el comercio, la artesanía o la gastronomía. Aunque es importante tener en cuenta que muchas veces estas son comunidades sin grandes recursos económicos. 

En 2024, 13 millones de viajeros apostaron por el turismo rural, beneficiando a los negocios locales, especialmente hostelería y comercios

Otra de las ventajas de este modelo es que no requiere megaproyectos ni infraestructuras costosas. En cambio, permite aprovechar el parque de viviendas infrautilizadas y generar ingresos sin presión especulativa. Un ejemplo de ello son las iniciativas de turismo comunitario en Extremadura o Castilla-La Mancha, donde los alojamientos rurales han impulsado los productos locales (miel, aceite, artesanías) y han permitido mantener empresas agrarias tradicionales.

Aquellos destinos que transmiten una imagen auténtica y satisfactoria logran que los visitantes repitan, lo que es clave para mantener ingresos estables todo el año y reducir la estacionalidad. No son turistas, son embajadores del pueblo. 

Cada visitante que elige un pueblo pequeño para alojarse hace mucho más que ocupar noches en un alojamiento. Es una oportunidad para que se reabran negocios, se recuperen tradiciones y se desarrolle una actividad económica sostenida. Hoy, una escapada de fin de semana puede ser la chispa que mantenga abierto un bar, dé más clientes a la panadería o mantenga viva una tradición. Porque la España rural no necesita grandes obras, necesita visitantes que quieran quedarse unos días… y volver.