Cocinando un futuro para los jóvenes más vulnerables

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Raquel Nogueira

@rnogueira89

En materia económica, uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos en España es reducir la tasa de desempleo juvenil. A finales del año pasado, este rondaba el 33,5%, una de las cifras más altas de la UE, tan solo superada por Grecia: 502.900 los menores de 25 años no tenían trabajo en España. Con estas cifras, la perspectiva de un futuro o un trabajo digno es difícil de imaginar para uno de los colectivos más vulnerables, más aún si esos jóvenes son además solicitantes de asilo o se encuentran en riesgo de exclusión social.

Con esas cifras de desempleo juvenil en España sobre la mesa, Coca-Cola creó en 2012 el programa Gira Jóvenes, que forma y ofrece oportunidades de trabajo en todo el territorio y responde a un nuevo concepto de formación y motivación. «Pretende ayudar a jóvenes que no han tenido tantas oportunidades como otros para que se embarquen en un viaje que cambiará sus vidas, ofreciéndoles un trabajo en hostelería que les ayudará a formarse profesionalmente», explica Carmen Gómez-Acebo, directora de Responsabilidad Corporativa de Coca-Cola European Partners Iberia. Para complementar este programa de capacitación, este año se ha puesto en marcha la Gastroescuela, un nuevo proyecto en el que, según la marca de refrescos, 26 jóvenes en situación de vulnerabilidad podrán vivir experiencias laborales reales y formarse de la mano de profesionales seleccionados por Azotea Grupo y Fundación Raíces. Ana Gascón, directora de Responsabilidad Corporativa de Coca-Cola Iberia, explica que quieren «ser un agente de cambio positivo que genere una sociedad más diversa, integradora e inclusiva».

La Gastroescuela está dirigida a jóvenes de entre 16 y 22 años que quieran explorar y aprovechar todo su potencial

Esta escuela gastronómica está dirigida a jóvenes de entre 16 y 22 años que quieran explorar todo su potencial y que no hayan tenido, por su situación personal y familiar, la oportunidad de desarrollar su talento. Keyla, una solicitante de asilo político de Venezuela, es una de las primeras participantes de este programa. Antes de aterrizar en Gastroescuela, realizó varios cursos de formación y participó en programas de inclusión social, pero pronto se dio cuenta de que necesitaba seguir aprendiendo y trabajando, sobre todo si quería ir a la universidad. «Gira Jóvenes ha cambiado mi vida y mis perspectivas de futuro. Cuando llegué no tenía nada y ahora lo único que quiero es seguir formándome, estudiar y llegar muy lejos», asegura la joven.

Los jóvenes de la Gastroescuela se capacitan en diferentes aspectos de la hostelería —barra, sala y cocina—, siempre de la mano de empresarios del sector, cocineros y chefs, que les sirven de apoyo tanto a nivel profesional como personal. La intención del programa de mentores de Gira Jóvenes consiste en que los participantes ganen confianza en sí mismos y vean que son capaces de avanzar en su carrera profesional. Luis, uno de los ayudantes de cocina que entró en este programa después de abandonar sus estudios de informática, explica que gracias a esta oportunidad ha conseguido fijarse nuevas metas en la vida. «No me gustaba estudiar, se me da muy mal y no sabía qué hacer. Pensaba que no era bueno en nada pero ahora mi madre me mira con otros ojos: ya no soy un niñato, para ella soy todo un hombre que puede echar una mano en la economía doméstica», explica.

Ana Gascón: «El 89% de los chavales del proyecto acaban integrándose sociolaboralmente o retomando sus estudios»

Con esta iniciativa se espera que los participantes adquieran las habilidades necesarias para emprender una carrera exitosa en el sector hostelero. En ella se ofrecen 26 experiencias laborales remuneradas al año para dar una salida profesional para aquellos chicos y chicas con clara vocación en esta industria. Las primeras 10 incorporaciones se produjeron en febrero de este año y en los próximos meses se realizarán las 16 restantes. Ana Gascón tiene claro que el proyecto de Gira Jóvenes funciona: por cada euro que Coca-Cola ha invertido se ha generado un valor socioeconómico de 5,3 euros. Desde 2012, el programa ha ofrecido una alternativa laboral y de vida a más de 4.300 jóvenes. «El 89% de los chavales del proyecto han mejorado sus competencias y acaban integrándose sociolaboralmente o retomando sus estudios y la Gastroescuela está diseñada para seguir el mismo patrón», conclyte Gascón.