Cultura sostenible, cultura de todos

Dentro del marco del Acuerdo de París y de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la integración de la sostenibilidad en la industria creativa y la implementación de estrategias de adaptación al cambio climático se han convertido en un reclamo necesario. La cultura, como foco estratégico de comunicación y concienciación social, debe estar alineada con las estrategias de desarrollo sostenible. Las actividades culturales son un lugar de encuentro, ocio y trabajo que requieren el consumo de diferentes recursos naturales y que generan una gran huella ambiental. En general, son actividades dinámicas y que cuentan con una gran afluencia de público en un periodo de tiempo corto (días o semanas) y, además, cada una tiene unas singularidades muy específicas en cuanto a producción y gestión: no es lo mismo el impacto ambiental derivado de los residuos generados en un festival que el derivado de los desplazamientos a una exposición internacional en un museo.

En este contexto, la falta de protocolos ambientales adaptados a las singularidades de cada actividad cultural, sumado a la multiplicidad de actores institucionales y normas que intervienen, y a la débil vinculación entre medio ambiente y cultura en la organización profesional de este tipo de actividades, implica que la huella generada es gestionada de manera poco eficiente. No existe un marco claro que permita conocer de manera precisa y comparable el impacto ambiental que se genera a través de la cultura. Además, existe una falta de formación y orientación de los gestores culturales en cuestiones relacionadas con la gestión de residuos, la eficiencia energética o la implementación de prácticas más sostenibles.

Es necesaria la creación de un marco seguro y estable para la implementación de criterios ambientales en la gestión cultural

Cabe resaltar que existen muchas actividades culturales con un gran arraigo al entorno natural donde se generan y una degradación progresiva del terreno puede suponer una barrera para seguir desarrollando dicha actividad en el futuro. Por ello, es necesaria la creación de un marco seguro y estable para la implementación de criterios ambientales en la gestión cultural. También se precisa la creación de una estrategia de mitigación y adaptación que esté alineada con las estrategias nacionales, europeas e internacionales en materia de cambio climático.

Por otro lado, centrándonos en el ámbito social (y partiendo de La Declaración Universal de los Derechos Humanos), toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten. En nuestro país, la Constitución, insta a los poderes públicos a fomentar la igualdad y el desarrollo individual de la persona, a impulsar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, religiosa, cultural y social. Concretamente, el artículo 44 establece que «los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que todos tienen derecho». Con todo ello, y aunque la accesibilidad sea una herramienta primordial en el apoyo a la inclusión social, la no discriminación y la igualdad de oportunidades y de trato, en la actualidad existen todavía barreras en el acceso a un bien de todos.

Partiendo de estas premisas, los próximos 28 y 29 de marzo la Fundación Gabeiras para el Derecho y la Cultura celebrará en la Sala El Águila, en colaboración con la Comunidad de Madrid y la Federación Española de Municipios y Provincias, las jornadas A ESCENA! Las leyes autonómicas de espectáculos públicos desde la cultura. Concretamente, el viernes 29 de marzo, se debatirá sobre cómo integrar la sostenibilidad en los espectáculos públicos. En particular, se hablará sobre la eficacia de la gestión ambiental actual en el mundo de la cultura y la creación de alianzas para mejorarla, los impactos que se generan y sobre el acceso de las personas con diversidad funcional a ella.