China baja los humos y se sube a la bici (compartida)
El nuevo sistema de bicis compartidas está poniendo en un aprieto a los fabricantes tradicionales de velocípedos.
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COLABORA2017
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La locura de las bicicletas compartidas en China debería ser una buena noticia para los fabricantes en apuros de ese país, el mayor productor de dos ruedas sin motor del mundo. Pero los ejecutivos de las tradicionales fábricas chinas del sector alegan que el crecimiento espectacular de las aplicaciones de bicis compartidas, como Mobike u ofo, ha trastornado su cadena de suministro y ha puesto freno a su modelo de negocio.
Yu Yuefeng, director general de Phoenix, el fabricante de bicicletas más antiguo de China, afirma que las ventas domésticas empezaron a caer en 2016 cuando estas apps comenzaron a ganar protagonismo. Y es que se trata de un sistema que permite a los consumidores coger y devolver las bicis en cualquier parte.
«Los propietarios de las tiendas de bicicletas dicen que en 2017 las ventas se han ralentizado y algunos están cerrando sus negocios», afirmaba recientemente en la Feria Cantón, la feria comercial más grande del país que tiene lugar en Guangzhou. «Algunas fábricas están cambiando para producir bicis compartidas, lo cual está haciendo que aumente el precio de las piezas y causando problemas en la cadena de suministro».
La industria de fabricación de bicis en China generó 11.000 millones de dólares en 2016
La compañía Phoenix, situada en Shanghai y que lleva fabricando velocípedos 120 años, espera que el crecimiento enfocado en una vida sana y saludable en China ayude a revertir a largo plazo el declive de las ventas, explicaba un artículo publicado recientemente en la edición papel del periódico Financial Times.
A lo largo del boom económico de los último 30 años, muchos consumidores chinos comercializaron motos, escúter eléctricos y coches, o comenzaron a usar los vastos sistemas de metro y autobús que se construyeron en muchas ciudades. Según los medios de comunicación estatales, el número de usuarios que a diario utilizan la bicicleta para ir a trabajar en Beijing cayó del 60% en 1980 al 12% en 2014.
El rápido aumento de las compañías de bicis compartidas, que han recaudado cientos de millones de dólares en capital de riesgo y han puesto millones de bicicletas en las calles de China en tan solo un año, parece haber revertido esa tendencia. Mobike y ofo están liderando el cambio, aunque más de 20 pequeños rivales han saltado a esta nueva industria en auge, manteniendo bajos costes y forzando a estas compañías a ofrecer a filiales el mantenimiento de una cuota de mercado (muy parecido a Uber).
El fenómeno de compartir está agitando la industria de fabricación de bicis en China, que en 2016 generó 11.000 millones de dólares de ingresos, según datos de IbisWorld, una compañía de estudios de mercado que emplea a 150.000 personas.
Más que comprar y adaptar vehículos tradicionales de dos ruedas, la empresa Mobike, que cuenta con 3,65 millones de bicicletas en 50 ciudades, ha decidido diseñar las suyas propias que serán más fáciles de mantener y conectar a internet. Estas bicicletas incorporan ruedas que no necesitan inflarse, materiales que no se oxidan con facilidad y un sistema de localización GPS que hace que los usuarios pueden localizarlas más fácilmente. «Al principio hablamos con fábricas tradicionales, pero queríamos reinventar las bicis con un cambio de mentalidad diferente», explica Mobike.
Con el ‘boom’ económico de los últimos 30 años, también se han comercializado coches eléctricos y el transporte público ha cogido fuerza
Después de construir su propia fábrica, Mobike está ahora trabajando con otros proveedores para aumentar la producción. Con la ayuda de Foxconn, el grupo taiwanés que monta los iPhones y otros productos electrónicos, afirma que ahora tiene la capacidad para producir 36,5 millones de bicicletas al año, lo que equivale a un tercio de la producción global total. Un número creciente de esas bicis se enviarán al extranjero, ya que tanto Mobike como ofo contemplan Singapur y otros mercados internacionales para expandir su mercado.
Los productores de velocípedos tradicionales están teniendo dificultades para reaccionar. Phoenix ha empezado ya a proveer bicicletas a ofo, que emplea modelos más baratos y clásicos con algunas pequeñas modificaciones.
El grupo Zhonglu, propietarios de la popular marca Forever Bicycle, ha invertido en la creación de sus propias apps de bicis compartidas, Ubike y Gonbike. Shirley Cheng, gerente de ventas en Forever Bicycle, cuyos productos eran considerados de lujo antes de las reformas económicas de 1980, afirma que hoy muchos usuarios diarios prefieren la conveniencia del sistema de compartir bicicletas antes que comprarse la suya propia.
Cheng insta al gobierno a empezar a regular de manera más firme los sistemas de bicicletas compartidas para lidiar con el gran número de ellas que se tiran a la basura en las ciudades chinas, así como para prevenir que la economía se enfrente a otro problema de sobre capacidad. «Hay demasiados proveedores de bicicletas compartidas y muchos no son rentables, así que en el próximo año o par de años habrá una gran reorganización», afirma.
Yu, director general de Phoenix, añade que mientras que las fábricas de bicicletas con un pequeño margen irán a la quiebra a menos que puedan mantener a flote las ventas, las compañías de bicis compartidas están operando más como empresas tecnológicas, registrando grandes pérdidas pero con el respaldo de inversores acaudalados. «Estas compañías de internet se preocupan más de ganar tráfico, datos y cuotas de mercado. Así que crean su aplicación, construyen su plataforma y solo piensan en los beneficios que obtendrán después», concluye.
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