Innovación

El trampolín de la innovación

El Fondo de Emprendedores abre su sexta convocatoria para apoyar a los proyectos más innovadores en el campo de la energía y la movilidad.

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24
julio
2016

La industria quema cada año en Europa 63.000 millones de euros y los lanza a la atmósfera. Traduzcamos esto en términos energéticos: la mayor parte de la industria (especialmente la cementera, petroquímica o siderúrgica) es muy ineficiente en el uso de la energía. Alrededor del 65% consumido en procesos productivos se desecha en forma de emisiones. Generalmente, se pierde en chimeneas y en conductos de transporte y supone, solo en Europa, cerca del 21% de toda la energía consumida.

Generar electricidad limpia de fuentes de calor que otros desechan o aprovechar el calor residual de procesos industriales para reducir el consumo y las emisiones de CO2 ya no es una utopía, gracias al proyecto Energy Harvesting. «Mejoramos la eficiencia energética de la industria recuperando un residuo (el calor residual) y convirtiéndolo en electricidad, generando así energía limpia, sostenible y alineada con las políticas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero», explica Raúl Aragonés, jefe del proyecto. «Nuestra energía es rentable en la medida en que somos capaces de recuperar un valioso residuo que se libera a la atmósfera. De esta forma no necesitamos comprar la energía a la comercializadora y podemos ser más autosuficientes». Además, añade el experto, aquellas empresas afectadas por la obligación de adquirir derechos de emisión de CO2 verán reducidos los costes derivados de esta compra. Fue la Unión Europea quien impulsó está fórmula de derechos de emisión, con el fin de cumplir con el protocolo de Kioto, y ha fijado para 2020 unos objetivos de reducción del 20% tanto del consumo energético como de las emisiones. «En España, por cada MWh que generamos a partir de este calor residual, podemos compensar 1.25TM de CO2, reduciendo así a la empresa el coste por derechos de emisión y por consumo energético», afirma Aragonés.

Tecnología punta

Desde octubre de 2014, el equipo de AEInnova (empresa que ha impulsado el proyecto Energy Harvesting) trabaja con una misión: desarrollar productos y servicios de alta tecnología relacionados con la recolección de energía a partir del calor residual, optimizando los recursos del planeta y el respeto al medio ambiente. «No genera ningún residuo y, además, permite enfriar los gases finales del proceso reduciendo su temperatura de emisión a la atmósfera», explica Aragonés.

Actualmente, los métodos aplicados para la recuperación de parte de este calor se basan en una tecnología de turbinas mecánicas muy costosas, con gran mantenimiento y complejos requerimientos de instalación. La tecnología patentada del proyecto Energy Harvesting es más rentable, adaptable a cualquier conducto o superficie y más eficiente, ya que permite recuperar parte del calor industrial emitido a la atmósfera mediante el uso de celdas termogeneradoras.

Para ello, usan una tecnología termoeléctrica que la NASA usó por primera vez en los años 70 para generar energía en las sondas Voyager, que 40 años después de lanzarse siguen alimentando sus circuitos mediante termoelectricidad. Hoy, la evolución de la tecnología permite la adquisición de celdas termogeneradoras en el mercado en cantidades adecuadas para un proceso de industrialización.

Este innovador proyecto ha desarrollado también un sistema microelectrónico de gestión y control de la energía capaz de monitorizar el estado de la instalación, midiendo parámetros como temperatura, humedad, gases, partículas u otras aplicaciones solicitadas por los clientes, interconectándose de forma autónoma e inalámbrica.

Algo que es posible gracias a unas redes de sensores inalámbricos que monitorizan los procesos industriales, autoalimentados por calor, de forma que suponen un gran ahorro en cableado y baterías, además de evitar un grave problema medioambiental por el uso de estos elementos (la fabricación, recogida y reciclaje de las baterías son muy costos tanto económica como medioambientalmente).

Emprendedores

El mercado de la recolecta de energía es de reciente creación y goza de un gran potencial de crecimiento durante los próximos años, pasando de los 250 millones de dólares previstos en 2017 a los 2.6 billones de dólares en 2024.

Este fue uno de los motivos que hizo que el Fondo de Emprendedores de Fundación Repsol se fijara en la iniciativa Energy Harvesting, además de «la base de la tecnología desarrollada, capaz de aprovechar la energía residual», explica Eduardo García Moreno, director de Fundación Repsol.

Equipo de Energy Harvesting | © Fundación Repsol

El Fondo de Emprendedores es una incubadora de proyectos sin ánimo de lucro que «promueve la innovación y desarrollo empresarial en el campo de la eficiencia energética, ofreciendo soluciones tecnológicas que contribuyen a un modelo energético más sostenible», señalan desde la Fundación.

Sus objetivos principales son aflorar el talento y promover la implantación de las mejores soluciones tecnológicas en el campo de la eficiencia energética para que lleguen al mercado en el menor tiempo posible, apoyar la creación de nuevas empresas e impulsar el desarrollo de proyectos innovadores que ofrezcan soluciones en el campo de la energía y la movilidad.

En el caso concreto de Energy Harvesting, «también es destacable que se trata de un proyecto que nace en el ámbito universitario y cómo, con esfuerzo y dedicación, pasaron de ser incubados como idea a ser incubados como proyecto. Se trata además, de un equipo muy comprometido», apunta García Moreno. «Se realizan convocatorias anuales a nivel internacional, en las que se seleccionan unas 10 propuestas. Se distinguen dos categorías: los proyectos y las ideas, que requieren un mayor grado de desarrollo». Tras cinco años, son ya un total de 37 startups aceleradas, que han conseguido casi 13 millones de euros en inversión y financiación y han registrado más de una treintena de patentes. En esta convocatoria, el Fondo de Emprendedores ofrece a los proyectos hasta 144.000 euros durante un año, que podrá prorrogarse por un segundo año. En el caso de las ideas, se apoyan con 2.000 euros al mes durante 12 meses.

Harvesting Energy es una idea seleccionada en la tercera convocatoria que, tras un año de maduración, se volvió a presentar este año y fue seleccionado como proyecto en la cuarta convocatoria. Pero además de los beneficios económicos, los proyectos ganadores cuentan con numerosas ventajas a nivel profesional, ya que reciben una formación a medida con profesionales de las escuelas de negocio más importantes del país. Cuentan también con el apoyo de un grupo de mentores que siguen su proyecto aportando su experiencia y visión, y se les ofrece soporte para el desarrollo tecnológico y la validación industrial, así como el acercamiento a inversores y clientes.

La convocatoria de este año ya está abierta; las distintas iniciativas podrán presentarse hasta el 31 de marzo de 2017. «Es el corazón del equipo. Nos ha dado energía y acompañamiento desde el principio, además de formación, mentorización y empuje económico. También nos ha facilitado toda clase de contactos y relaciones con sus proveedores y su ecosistema», concluye el jefe del proyecto.

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