Derechos Humanos
El silencio de Occidente
La ONG Human Rights Watch ha denunciado la pasividad de Europa y Estados Unidos ante las violaciones de los Derechos Humanos en Arabia Saudi.
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Occidente mira hacia otro lado ante ciertas cuestiones internacionales. Hace como que no ve y no oye lo que está pasando en países como Arabia Saudí. Esta es la principal denuncia de la organización humanitaria Human Rights Watch (HRW), que ha acusado a la Unión Europea y Estados Unidos de mantener un “silencio ensordecedor” ante la represión política saudí.
A principios de este año, una ola de cambio inundaba el mundo árabe haciendo estallar rebeliones pacíficas en pro de la libertad y la democracia, que tanto anhelan en el Magreb y Oriente Próximo. Este cambió sacudió también, aunque de manera más tímida, a Arabia Saudí donde, desde el 10 de marzo, tienen lugar discretas protestas políticas.
Ante esta situación, HRW ha declarado en un comunicado que más de 150 disidentes han sido detenidos en el país saudí desde la fecha, violándose así las leyes internacionales sobre Derechos Humanos. Y la respuesta de Occidente es ese silencio ensordecedor.
«Mientras la lista de presos políticos saudíes va creciendo, el silencio de Estados Unidos y de la Unión Europea se vuelve más ensordecedor», pone de manifiesto Christoph Wilcke, miembro del equipo de investigación de HRW. Unas declaraciones que tienen como colofón la visita al país saudí el pasado mes de abril de Catherine Ashton, jefa de la diplomacia europea, quién “no hizo comentarios públicos sobre los prisioneros políticos”, añade. Tampoco los hizo al respecto Robert Gates, secretario de Defensa de Estados Unidos, que estuvo el mismo mes.
Es interesante resaltar cómo la existencia de Arabia Saudí gira en torno al petróleo. Este país de la Península Arábiga es el primer exportador mundial, debido principalmente a que alrededor del 25% de las reservas petroleras del mundo se encuentran aquí. Un país donde el sector petrolero representa el 75% de los ingresos y el 40% de su PIB. Tal vez por eso es el Estado líder de la OPEP.
Y no es menos, tampoco, recordar que el sistema de Gobierno saudí es una férrea y hermética monarquía cuyo poder se concentra en manos del rey Abdalá bin Abdulaziz y su familia. Un sistema donde no hay partidos políticos, elecciones generales (sólo municipales) ni Parlamento.
El silencio ensordecedor de Occidente no se escucha, pero bien se ve como una aprobación a las actuaciones y maniobras del país de La Meca.
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