Ser verde ya no es suficiente
En Europa, lo verde ya no es una novedad, sino que se ha convertido en norma. Todas las miradas están puestas en el continente, que ha de liderar la senda de la sostenibilidad.
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En Europa, lo verde ya no es una novedad, sino que se ha convertido en norma. Todas las miradas están puestas en el continente, ya que se espera que tome la iniciativa en materia de sostenibilidad, una vez que la nueva administración estadounidense se reincorpore al acuerdo climático de París y mientras Gran Bretaña se prepara para acoger la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26). La sostenibilidad se ha integrado en la cultura europea, lo que permite marcar el ritmo en la creación de un nuevo acuerdo, en un New Green Deal. Sus responsables políticos y los ciudadanos se han situado a la cabeza al colaborar con empresas, gobiernos y la sociedad en general para crear un clima propicio para el cambio, un cambio propicio para el clima.
La recuperación de la economía mundial tras la pandemia –en medio de una presión sin precedentes para acelerar la sostenibilidad– debería proporcionar a las industrias europeas una ventaja competitiva sobre sus homólogos estadounidenses y asiáticos. Sin embargo, estar preocupado por el medio ambiente ya no es suficiente. Para que los europeos alcancen el liderazgo, necesitarán combinar lo sostenible y lo tecnológico mediante una fusión estratégica, es decir, llevar a cabo una doble transformación. Si bien la transformación digital marcó la década de 2010, nuestros estudios indican que las empresas que liderarán el futuro serán aquellas que combinen la aplicación de la tecnológica con la sostenibilidad.
Bien es cierto que los directivos europeos siguen expectantes por el ritmo de la recuperación pospandémica, pero su liderazgo inicial en sostenibilidad debería dar a las empresas una ventaja sobre sus rivales en Asia y América del Norte y convertirlas en candidatas naturales para la doble transformación. Las compañías europeas tienen puntuaciones de sostenibilidad más altas en las calificaciones ESG que sus rivales, están a la cabeza en eficiencia energética y en la aplicación de criterios de sostenibilidad. De hecho, tanto los ejecutivos como los inversores muestran mucho interés en este aspecto, ya que el 47% de las mayores empresas europeas en 2020 trataron temas relacionados con la sostenibilidad en las presentaciones de resultados.
«Las empresas que liderarán el futuro serán aquellas que combinen la aplicación de la tecnológica con la sostenibilidad»
Europa también se está poniendo al día en la adopción de la IA, cloud y 5G, tras haberse quedado en los furgones de cola antes de la pandemia. Casi el 40% de sus empresas están acelerando la inversión en estas tecnologías y han estado invirtiendo recursos en startups verdes. Sin embargo, los hechos sugieren que falta una pieza importante en la ecuación: en comparación con Asia, todavía hay menos empresas europeas que sean líderes en transición digital y sostenible, y, aunque el 40% de las compañías europeas están invirtiendo en IA y en cloud, las compañías de Norteamérica y la zona Asia-Pacífico siguen por delante.
Los retos a los que se enfrenta Europa para convertir el liderazgo sostenible en liderazgo competitivo ponen de manifiesto que ser verde es importante, pero no es suficiente. En concreto, Europa debe esforzarse más por adoptar una sinergia estratégica entre la sostenibilidad y la tecnología en el centro de esta doble transformación. Sus empresas deben construir buenos argumentos sobre el valor comercial que genera la sostenibilidad, y, posteriormente, desarrollar ese valor a través de la tecnología. Sin embargo, los datos sugieren que las empresas europeas están menos motivadas por las oportunidades de negocio que ofrece la sostenibilidad y menos centradas que sus rivales en el poder habilitador de la tecnología.
Mientras tanto, las organizaciones que están llevando a cabo esta doble transformación están invirtiendo en iniciativas que combinan impacto sostenible y tecnología a escala. Estas empresas fomentan modelos comerciales basados en ecosistemas impulsados por la sostenibilidad y la tecnología, involucran a sus proveedores en ese viaje y los hacen partícipes de los proyectos de sostenibilidad de toda la empresa. Pero, sobre todo, tienen una fe permanente en su gente y no escatiman esfuerzos en la formación y actualización de sus personas, ya que entienden que la construcción y el fomento del talento es esencial para convertir la transformación en un valor empresarial tangible.
No es que Europa no tenga empresas que ya hayan incorporado la transformación digital y sostenible a su ADN –como por ejemplo a Ørsted, Siemens, Kering, L’Oréal o Deutsche Post DHL– sino que todavía son muy pocas, por lo que es fundamental que otras sigan su ejemplo. Tendrán que actuar pronto si no quieren perder su ventaja, ya que la demanda de inversiones ESG en Asia-Pacífico se está incrementando.
Jean-Marc Ollagnier es CEO de Accenture Europa, y Domingo Mirón es presidente de Accenture en España, Portugal e Israel.
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