¿Qué está pasando con el Ozempic?
En una sociedad obsesionada con la delgadez, fármacos como Ozempic han irrumpido como una supuesta solución mágica para perder peso. ¿Puede la gordofobia ser más peligrosa para la salud que tener sobrepeso?
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Ozempic es el nombre comercial más popular de la semaglutida, un medicamento destinado a mejorar el nivel de azúcar (glucosa) en la sangre en adultos con diabetes tipo 2 y a reducir el riesgo de eventos cardiovasculares serios como infarto, ataque cerebral o muerte en adultos con diabetes tipo 2 con enfermedades cardíacas confirmadas. A pesar de que en la página web oficial de Ozempic se recuerda que no es un medicamento destinado a la pérdida de peso, también se anuncia que puede cumplir esta función.
De hecho, en el último año, lo cierto es que las inyecciones de Ozempic se han hecho famosas, precisamente, por convertirse en una especie de pócima mágica para perder peso. No es la única. La misma farmacéutica que comercializa Ozempic, Novo Nordisk, también ha lanzado Wegovy y Saxenda, medicamentos, estos sí, destinados de forma específica a personas con obesidad. En el caso de Wegovy, el principio activo que ayuda a perder peso es la semaglutida (la misma que el Ozempic) y de Saxenda, la liraglutida. También se ha difundido Mounjaro, de la farmacéutica Eli Lilly and Company, que contiene tirzepatida, otro medicamento utilizado para tratar a personas adultas con diabetes mellitus tipo 2 o con obesidad.
Los riesgos del uso con fines estéticos
Si bien estos fármacos pueden suponer un importante avance en el tratamiento de algunas enfermedades, es preocupante su consumo con fines estéticos en personas sin condiciones médicas que los justifiquen. Esto está generando una escasez de suministros y también la venta de productos en el mercado negro. Por ello, aunque no hay cifras oficiales sobre el consumo de estos fármacos por personas sanas, la OMS ya ha alertado de la venta de medicamentos falsificados que contienen semaglutida y que pueden tener un impacto muy perjudicial en la población.
Su administración requiere un seguimiento riguroso para evaluar los beneficios y mitigar posibles efectos adversos, ya que su eficacia y seguridad dependen de factores individuales como la historia clínica o las condiciones de salud preexistentes. De hecho, si nos paramos a leer cómo puede reaccionar nuestro cuerpo ante el Ozempic encontramos síntomas de todo tipo: desde pancreatitis o problemas renales a cambios en la vista hasta posibles tumores en la tiroides. Si bien es cierto que todos los medicamentos pueden tener efectos secundarios, lo paradójico de este fármaco es que lo toman personas sanas por motivos estéticos.
Estos medicamentos ayudan a adelgazar de forma rápida porque quitan la sensación de hambre
Por otro lado, es importante señalar que, entre otras cosas, estos medicamentos ayudan a adelgazar de forma rápida porque quitan la sensación de hambre. ¿Cómo puede influir esto en nuestra relación con la comida? ¿Qué efectos puede tener a medio y largo plazo un medicamento que transforma nuestro cuerpo de forma tan rápida? Esta pérdida de peso tan rápida también tiene efectos no deseados en el físico. En la última edición de los Oscar, el impacto de esta sustancia en el rostro de quienes se pasearon por la alfombra roja fue más que comentado.
Adelgazar no debería ser sinónimo de salud
En una sociedad en la que la delgadez parece ser el ideal al que cualquier persona debe aspirar, este medicamento se presenta como la receta mágica para alcanzar el éxito. Asociamos la delgadez a la salud y éxito y la gordura a dejadez, vagancia, incapacidad. Lo hacemos de forma casi inconsciente. Es lo que siempre hemos visto y lo que siempre se nos ha dicho por todas partes. Sin embargo, la extensión de efectos adversos de este fármaco «debería servir al menos para acabar con la mentira de que a los gordos se nos ordena adelgazar para mejorar nuestra salud», afirma el periodista Enrique Aparicio.
La obesidad está catalogada por la OMS como una enfermedad y el sobrepeso es considerado como un factor de riesgo para algunas enfermedades. Sin embargo, sus causas son muy complejas y sus consecuencias también pueden ser muy diversas en cada persona. En cualquier caso, lo preocupante de este asunto es el uso de un fármaco muy potente sin que exista una necesidad médica justificada. Si realmente queremos mejorar nuestra salud, la bajada de peso en nuestro cuerpo no deberían ser la meta (o, al menos, no la única), sino una de las posibles consecuencias de un cambio de hábitos saludable. Sentirnos ágiles, fuertes, disfrutar y tener energía para hacer las actividades de nuestro día a día debería ser el objetivo.
La gordofobia perjudica la salud
Según se desprende de una encuesta realizada por la Sociedad Española de Obesidad en 2023, un 74% de las personas encuestadas está totalmente o bastante de acuerdo con que la sociedad discrimina a las personas con sobrepeso u obesidad. Además, casi un tercio de las madres y padres de menores con sobrepeso u obesidad creen que sus hijas o hijos sufren acoso por esta razón.
Los ataques gordófobos en medios de comunicación y redes sociales no son algo nuevo. Hace poco, el anuncio de que Lalachus presentaría las campanadas desató una oleada de comentarios de todo tipo. Para quienes crecimos en los años noventa, cuando la televisión imponía a las mujeres un estándar inalcanzable de cuerpos, ver diversidad corporal en un espacio tan visible como la televisión pública es un avance significativo. Sin embargo, estos ataques demuestran cómo las discriminaciones siguen presentes en todas partes y cómo tantos estereotipos y prejuicios hacia las personas gordas siguen arraigadas en nuestra sociedad.
La gordofobia puede ser peor para la salud que tener sobrepeso u obesidad
Enrique Aparicio lo explica muy bien: «el mandato social que impone la delgadez se disfraza de discurso sobre la salud para no reconocer que es una estructura discriminatoria que coloca unos cuerpos por encima de otros». Es importante hablar de gordofobia como una opresión específica porque genera malestares, violencias y discriminaciones concretas hacia las personas gordas: desde acoso, discriminación laboral o dificultades para encontrar ropa hasta peores diagnósticos y maltrato en el acceso a la salud.
Todo esto tiene unos efectos negativos en la salud, física y mental, de quienes sufren la gordofobia. No olvidemos que la gordofobia puede afectar a cualquier persona: las personas delgadas pueden dejar de serlo. El miedo a engordar también está presente en quienes tienen un peso normativo. Por eso, si realmente nos preocupara la salud de las personas gordas, intentaríamos mirar los cuerpos (propios y ajenos) de otra forma. La gordofobia puede ser peor para la salud que tener sobrepeso u obesidad.
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