La sostenibilidad en continuidad: la evolución responsable de una empresa con propósito
Más allá de los productos, lo que define a una empresa son los valores que transmite y cómo responde a su entorno. En un mundo cada vez más consciente, la sostenibilidad se convierte en un reflejo de esa vocación de servicio y compromiso histórico.
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Una compañía no es solo el producto que vende, sino también la sensación que proyecta con sus valores y su forma de relacionarse con el público. Muchas veces los gestos cotidianos son más importantes que los grandes discursos o campañas publicitarias. La sonrisa de quien te atiende, la sensación de orden y claridad en un espacio comercial o la facilidad para encontrar ayuda cuando la necesitas son los detalles donde reside la vocación de servicio y el compromiso real con las personas.
Esta misma lógica atraviesa la forma en la que una empresa afronta sus responsabilidades en un mundo que evoluciona a pasos agigantados. La sostenibilidad no es simplemente una exigencia externa, sino también el reflejo de una manera de entender el negocio. Un compromiso solo es creíble si nace de un principio ético auténtico y no de una moda.
Porque si algo caracteriza a las compañías que han estado siempre cerca de la sociedad es su impulso por evolucionar con ella. Hoy, esa evolución pasa por integrar la sostenibilidad como una respuesta natural a lo que las personas demandan. Ese es el contexto en el que se mueve El Corte Inglés con su Plan de Sostenibilidad 2025-2030, una guía de transformación que afianza la adaptación de la compañía a los retos del mundo sin perder coherencia con el ADN de la empresa.
Desde su fundación en 1935, El Corte Inglés ha demostrado una vocación histórica de generar valor a largo plazo en las comunidades donde está presente, un sentido de responsabilidad con el mundo que existía antes del surgimiento del concepto de «sostenibilidad» y que, ahora, cobra un nuevo sentido.
La sostenibilidad no es simplemente una exigencia externa, sino también el reflejo de una manera de entender el negocio
El Corte Inglés resumía así esta filosofía al anunciar su acuerdo con el Banco Europeo de Inversiones (BEI) para impulsar los objetivos de ahorro energético: «El compromiso que la compañía mantiene con la sociedad y a favor del medio ambiente, así como la vocación innovadora que siempre ha caracterizado a El Corte Inglés».
Los tres caminos que guían la transformación sostenible
El Plan de Sostenibilidad de El Corte Inglés combina una vocación de mejora regulatoria, compromiso social y adaptación a los nuevos hábitos de consumo de la sociedad, y se estructura en torno a los tres grandes pilares que sostienen su manera de evolucionar (Ambiental, Social y Gobernanza), que se integran a lo largo y ancho del modelo de negocio.
En el eje Ambiental, la compañía ha diseñado una hoja de ruta enfocada en adoptar un modelo más responsable con el medio ambiente. La columna vertebral de este eje es el Plan de Transición Net Zero, alineado con el gran reto europeo de alcanzar la neutralidad climática y que incluye iniciativas concretas como el uso de energía renovable (en España, prácticamente toda la electricidad consumida por sus centros procede de fuentes renovables con certificado de origen) o el modelo de «residuo cero» instalado en sus centros y plataformas logísticas.
Pero la vocación de sostenibilidad va mucho más allá de la cuestión ambiental. Por eso, en línea con los valores fundacionales de la compañía, es fundamental asegurarse de no dejar atrás a ningún consumidor y de reforzar la relación con el entorno. En este caso, dentro del eje social del plan, El Corte Inglés se preocupa por la accesibilidad universal, la diversidad y el apoyo al suministro local y de proximidad.
El Plan de Sostenibilidad combina una vocación de mejora regulatoria, compromiso social y adaptación a los nuevos hábitos de consumo de la sociedad
Esta transformación solo puede llevarse a cabo desde el rigor y la transparencia. Es aquí donde entra en juego el eje de Gobernanza, que hace que el plan no sea una acción aislada, sino una estrategia integrada en la cultura de la casa. La compañía refuerza este compromiso mediante políticas internas actualizadas, trazabilidad en toda la cadena de valor y sistemas digitales que permiten entender mejor qué funciona y qué hay que mejorar a cada paso. Este seguimiento continuo permite medir avances, prevenir incoherencias y consolidar una estrategia de largo plazo que convierte las promesas en resultados verificables.
Sin ir más lejos, El Corte Inglés ha reducido sus emisiones en más de un 60% desde 2017, y ofrece hoy miles de alternativas sostenibles en moda, hogar, electrónica o alimentación. El cliente tiene la capacidad de acceder a alternativas más responsables sin renunciar a lo que siempre ha buscado: calidad, diseño y variedad.
Una evolución que reafirma una identidad
Así, la sostenibilidad no redefine al El Corte Inglés, sino que confirma lo que ha sido siempre: un proyecto que mira al futuro con ambición mientras se apoya en la base sólida sobre la que se ha construido. La descarbonización, la economía circular o la eficiencia energética no son solamente metas técnicas; son extensiones de una ética que siempre ha priorizado la mejora, la responsabilidad y la transparencia.
La emoción de las últimas compras en Navidad, el trajín de la vuelta al cole, las primeras rebajas del año, las excursiones de fin de semana al centro de Madrid… El Corte Inglés forma parte del paisaje social y emocional de la España del último siglo. Esa sensación del «todo en un mismo lugar» sumada al ritual de la atención cercana, el orden y el cuidado por los detalles tan característicos de este centro comercial que ha conservado su esencia.
Estas experiencias no surgen por casualidad: son el fruto de una cultura empresarial que pone a las personas en el centro. Gestos profundamente arraigados que les han permitido mantener su identidad sin renunciar a la modernidad.

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