El triunfo de las acciones sostenibles
El cumplimiento de los criterios ESG requiere de acciones reales que evidencien el compromiso de las compañías con la sostenibilidad del negocio y el entorno. Desde 2001, el índice FTSE4GOOD evalúa y reconoce las mejores prácticas empresariales que responden a esta cuestión.
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Nuestra actualidad demanda un compromiso activo en temas medioambientales. Llevamos muchas décadas de consumo desenfrenado de bienes naturales, gran parte de ellas con escasas políticas activas o conciencia social que replanteen este gasto exacerbado, y nos han llevado a una situación prácticamente insostenible.
La Agencia Europea del Medio Ambiente prevé que la demanda de energía crecerá un 30% para 2040, mientras que el uso de recursos se doblará a nivel global en 2060 y el consumo de agua se incrementará un 55% en 2050. Actualmente, un 75% de los territorios terrestres y un 40% de los marinos se han visto alterados de forma significativa. Son apenas unos datos, pero sirven para tener una idea de la magnitud de los problemas que pueden derivar de esta situación.
En los últimos años, sociedad, gobiernos y empresas se han vuelto conscientes de esta situación y se ha visto una mayor sensibilidad hacia temas de sostenibilidad. Esta sensibilidad se aprecia en iniciativas como la Agenda 2030, adoptada en 2015 por las Naciones Unidas, que define 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Varios de ellos apelan, de forma directa o indirecta, a cambiar esta tendencia medioambiental: por ejemplo el 11, centrado en ciudades y comunidades sostenibles, o el 13, denominado claramente acción por el clima, pasando por otros focalizados en la producción y consumo responsables, la vida submarina o terrestre, el agua limpia o la energía asequible y neutra en emisiones.
La Agencia Europea del Medio Ambiente prevé que la demanda de energía crecerá un 30% para 2040
Llevar la sostenibilidad al mundo empresarial
Hace ya tiempo que, también en el terreno corporativo, se ha visto la necesidad de apostar por proyectos que no impliquen un consumo exacerbado, que no ignoren el impacto que sus líneas de trabajo tienen en el entorno. Por el contrario, se han adoptado nuevas directrices, como los criterios ESG, que responden a un compromiso ambiental, social y de buen gobierno, y que se pueden ver como una evolución del concepto de responsabilidad social corporativa. Este paraguas quiere recoger aquellas prácticas que hacen de una empresa un proyecto financieramente atractivo y eficiente, contemplando su posición e impacto en el mundo.
En Europa, esta sensibilidad está ligada a la obligación que tienen las compañías de reportar en sostenibilidad a partir del año 2025 y que, según la consultora PwC, se traduce en un compromiso activo. La sostenibilidad empresarial no es ya una etiqueta que ponerse mediante comunicados amables o pequeñas acciones de relaciones públicas: hay todo un marco que la ampara y define y al que las compañías están respondiendo.
Pero no se debe únicamente a un tema de cumplimiento, ya que una estrategia sostenible tiene un impacto beneficioso a nivel corporativo. Un estudio de Morgan Stanley cita la oportunidad de crear valor como el principal motivo por el que las compañías adoptan este tipo de estándares. En una línea similar, McKinsey cifra en un 40% las firmas que esperan que los programas de sostenibilidad ayuden a generar valor en un plazo de cinco años. Más allá de los beneficios para el medio ambiente (y para la sociedad en su conjunto), apostar por la sostenibilidad empresarial puede ser un valor diferencial en términos de negocio.
Naturgy forma parte del 2% de las empresas más sostenibles en el índice FTSE4GOOD, dentro del sector Utilities
En esta línea, Naturgy incorporó una Comisión de Sostenibilidad dentro de su Consejo de Administración en el año 2020, el cual se encarga de asegurar el cumplimiento de los objetivos previstos en su Plan de Sostenibilidad. Entre ellos está recortar las emisiones de gases de efecto invernadero hasta ser cero neto en 2050, así como contar con potencia instalada de fuentes renovables cercana al 48% para el próximo año.
Las buenas prácticas y el compromiso con la sostenibilidad han posicionado a la compañía dentro del 2% de las más sostenibles en el índice FTSE4GOOD, dentro del sector Utilities, bajo el que se engloban empresas distribuidoras de gas, agua y similares. Este prestigioso baremo ha sido diseñado en 2001 para evaluar el desempeño de empresas de gran tamaño según distintos parámetros vinculados a los criterios ESG. Entre ellos, se valoran especialmente el compromiso con la biodiversidad, condiciones de trabajo, seguridad y salud, gestión de riesgos, gobierno corporativo y transparencia fiscal.
El contexto actual demanda de acciones reales que nos ayuden a enfrentar los desafíos medioambientales que nos aquejan. Por ello, es importante evaluar y reconocer cuando el compromiso se traslada en iniciativas concretas. Así, no solo ganan las empresas, sino todos los miembros de la sociedad y el planeta que habitamos.
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