Eternas
Cleopatra, Julia Domna, Teodora, Leonor de Aquitania o Isabel la Católica son algunas de las grandes reinas de la historia cuya vida recorre la novelista María Reig.
Artículo
Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).
COLABORA2025
Artículo
Cleopatra nació a principios del 69 a. C. Su padre, Ptolomeo XII Auletes, había subido al trono diez años antes. Nada se sabe de la madre de Cleopatra, pero parece seguro que no era la esposa legítima del rey, sino una mujer egipcia desconocida. Tampoco se conocen detalles de la infancia de Cleopatra, aunque es probable que recibiera una educación completa en filosofía, retórica, oratoria y medicina. Además de griego, dominaba egipcio, etíope, troglodita, arameo y otras lenguas, también parece probable que tuviera nociones de la historia de su familia, del mundo griego, de Egipto y de la política de Roma; que supiera cazar y montar a caballo, y, con el tiempo, comandar embarcaciones.
El Egipto faraónico llevaba siglos desaparecido: Cleopatra era parte del Egipto ptolemaico, una dinastía macedonia fundada por Ptolomeo, general de Alejandro Magno. A la muerte de su padre, en el 51 a. C., Cleopatra y su hermano Ptolomeo XIII asumieron el trono. Las tensiones dinásticas llevaron a la intervención de Roma. Tras conocer a Julio César, este impuso su autoridad y la restituyó como reina. Mucho se ha elucubrado sobre el primer encuentro de Cleopatra y Julio César, del que no se tienen datos. Se dice que César quedó asombrado con ella y, quizás es cierto, pues no debemos olvidar que Cleopatra era una joven de veinte años y él un hombre de cincuenta y dos. El 23 de junio del 47 a. C., Cleopatra dio a luz a su primer hijo, Ptolomeo César, al que los alejandrinos enseguida pusieron el sobrenombre de «Cesarión». Según manifestó siempre Cleopatra, el hijo era de Julio César, pero el romano jamás reconoció esta paternidad.
En el 46 a. C., visitó Roma con sus hermanos. César ordenó erigir su estatua en el templo de Venus Genetrix y planeaba grandes proyectos inspirados en Egipto. A principios del 44 a. C., Cleopatra estaba en Roma el día que en que asesinaron a Julio César. Intentó confirmar si su hijo aparecía en el testamento, pero no hubo mención alguna, y Octavio heredó el poder. Ptolomeo XIV murió poco después, envenenado, y Cleopatra proclamó rey a Cesarión como Ptolomeo XV.
Marco Antonio llegó a Alejandría en el 41 a. C. y permaneció allí hasta el 40. Tuvieron gemelos: Alejandro Helios y Cleopatra Selene, y un tercer hijo, Ptolomeo Philadelphos. En el 34, en las «Donaciones de Alejandría», Cleopatra fue proclamada «reina de reyes». Octavio usó este acto para retratarla como una amenaza oriental, llamándola «Regina meretrix» o «Male Nostrum».
En el 31 a. C., Octavio venció en la batalla de Accio. La propaganda presentó la derrota como el triunfo de Roma sobre la barbarie oriental. Octavio entró en Egipto sin dificultad y Cleopatra se refugió en su tumba y, al anunciar falsamente su muerte, provocó el suicidio de Marco Antonio. Capturada por Octavio, cuando supo que sería llevada a Roma como trofeo, visitó la tumba de Antonio, se dio un baño, comió y se suicidó. Sin embargo, su muerte sigue siendo uno de los grandes misterios de la Historia.
Julia Domna
Julia Domna nació entre 170 y 174 d. C. en Emesa. Su padre, Julio Bassiano, era sumo sacerdote del templo dedicado a Elah-Gabal, donde se veneraba una piedra negra sagrada.
Las fuentes no han dejado constancia de la infancia de Domna, pero la deducción de los historiadores es que, como hija del sacerdote de Emesa, Domna recibió una buena educación. Sí se sabe, que, coincidiendo con esos primeros años de vida de Domna, conoció a Septimio Severo, que estaba destinado en Siria como legado de la IV Legión Escítica. Tras enviudar, se casó con Julia Domna y se trasladaron a Lugdunum, donde nació su primer hijo, Septimio Bassiano (Caracalla). Se cree que, en el momento en que Domna dio a luz a su segundo hijo, Septimio Geta, estaban instalados en Roma.
Las fuentes no han dejado constancia de la infancia de Domna
En 193 d. C., Septimio Severo fue nombrado emperador de Roma y Domna fue nombrada Augusta. Acompañó a su marido en sus campañas, contra Pescenio Níger y Clodio Albino. A Domna se le otorgó el título de Mater Castrorum y Mater Augusti et Caesaris Durante los años de influencia de Plauciano, prefecto del pretorio en el que Domna no confiaba, se vio relegada y se refugió en sus aficiones intelectuales. Por fin, después de más de cinco años de probable incomprensión y sufrimiento para Domna, Septimio Severo comenzó a abrir los ojos y a alejarse de Plauciano. En el 204 d.C., el hijo mayor de Domna ordenó que matasen a Plauciano.
A la muerte de Severo en el 211, sus hijos heredaron el poder. La rivalidad entre ambos terminó con el asesinato de Geta a manos de Caracalla, en presencia de su madre, que resultó herida. Domna aceptó convivir con el hijo verdugo, renunciando a defender la memoria del hijo asesinado. Tras el asesinato de Caracalla en el 217, Julia Domna perdió toda relevancia pública. No sabemos de qué murió; las fuentes solo coinciden en que falleció en Antioquía poco después de recibir la noticia. Allá donde llegan las fuentes que tenemos de su vida, todo parece indicar que su papel público fue principalmente el de pieza propagandística de la dinastía Severa.
Este texto es un extracto de ‘Eternas’ (Lunwerg, 2025), de María Reig.
COMENTARIOS