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Medio Ambiente

Así será el coche circular del futuro

Hasta ahora era imprescindible para la industria automovilística el uso de plásticos que suponen un riesgo medioambiental. Pero la innovación tecnológica está permitiendo revertirlo.

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04
noviembre
2025

El pasado 9 de septiembre, el Parlamento Europeo aprobó un paquete de medidas legislativas con una ambiciosa meta: lograr que la industria automovilística se comprometa de manera firme con la reducción de su impacto medioambiental. Para ello, es imprescindible que los componentes de cada vehículo cuenten con un ciclo de vida más prolongado, eficiente y responsable en lo medioambiental. Es decir, que el coche sea cada vez más circular.

Así, en el marco del Pacto Verde Europeo, se plantea que los automóviles nuevos sean diseñados para tener un sencillo desmontaje y puedan reciclarse por completo. Igualmente, se obligará a los fabricantes a que eliminen las restricciones de software que impedían reparar sus coches o reutilizar algunas de sus piezas si no pasaban por un taller oficial. Además, el fabricante será responsable del final de la vida de cada vehículo que fabrique, asumiendo el impacto medioambiental de los mismos.

Otra de las ambiciosas medidas del nuevo paquete legislativo es la de obligar a los fabricantes a usar un porcentaje de plásticos reciclados en cada uno de los vehículos nuevos que salgan de sus factorías. Se fija como objetivo que, en 10 años, los vehículos nuevos tengan al menos el 25% de su plástico reciclado. El plástico es uno de los componentes básicos de los vehículos pero, a la par, debido a su origen basado en el petróleo y la difícil gestión de sus residuos, representa un riesgo para el medio ambiente.

La realidad es que el sector automovilístico ya ha tomado medidas para caminar hacia la necesaria circularidad en sus procesos de producción. Volvo hizo público su objetivo de alcanzar este mismo año un porcentaje de 25% de material reciclado en sus vehículos. Renault, por su parte, se marca un objetivo del 33% para 2030. En esta línea de compromiso, el fabricante francés sacó al mercado su modelo de microcoche urbano Mobilize Duo, que se produce en una fábrica con cero emisiones de CO2, una carrocería con el 60% de su plástico reciclado y una estructura metálica con el 50% de su acero reciclado.

Al hilo del reciclaje, el fabricante Porsche AG ha culminado con éxito recientemente un proyecto piloto con el que residuos mixtos provenientes de vehículos cuya vida útil ha finalizado y que no pueden reciclarse de manera mecánica han sido sometidos a un reciclaje químico conocido como gasificación. Los residuos plásticos se transforman en gas de síntesis de elevada temperatura que puede integrarse para la producción de nuevos plásticos. En el caso del proyecto piloto se fabricaron nuevos volantes de automóvil.

Algunos modelos ya cuentan con molduras de plástico que proviene de redes de pesca recicladas

Asimismo, el plástico que incorpora la industria marítima en sus redes y cuerdas de pesca representa un grave problema para los océanos. Según un informe de World Animal Protection, cada año quedan abandonadas en el medio marino global unas 640.000 toneladas de redes y otros materiales de pesca. El daño que provocan en la vida marina es demoledor, convirtiéndose en trampas mortales para peces y grandes mamíferos marinos, dañando los arrecifes de coral y convirtiéndose en una barrera para la entrada de la necesaria luz solar. Con el ánimo de paliar el impacto en la biodiversidad marina, los plásticos que contienen estas redes están comenzando a incorporarse en la creación de tejidos sostenibles en la industria textil (la segunda más contaminante tras la energética) y en el sector de la automoción.

BMW, uno de los mayores fabricantes de automóviles, comenzó a desarrollar hace unos años, junto a la empresa danesa PLASTIX, un proyecto de reciclaje de desechos plásticos marinos. Los resultados han visto la luz este año. Modelos de la marca como el BMW iX y el BMW X1 cuentan con molduras de plástico del cual el 30% proviene de redes de pesca recicladas.

Del proceso de reciclado de estas redes, además, resultan componentes cuya huella de carbono es un 25% menor que la de los plásticos producidos convencionalmente. Si bien el plástico marino se ha utilizado ya en la industria automotriz en forma de fibras para nuevos materiales de los vehículos, en este caso las redes y cuerdas de pesca son sometidas a un proceso del que derivan gránulos de plástico que son adecuados, por vez primera, para el proceso de moldeo de piezas por inyección. El objetivo de BMW es seguir ampliando el porcentaje de este material hasta llegar a un 40% en 2030.

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