Cuando la IA entiende (y ayuda) a la naturaleza

Artículo

Pablo Cerezal

@pablo_cerezal

Ilustración

Yvonne Redín

En 1957, el matemático y físico húngaro John von Neumann, que había trabajado en el equipo que diseñó las primeras bombas nucleares y había conformado la denominada «arquitectura von Neumann» (base del funcionamiento de todas las computadoras), utilizó por vez primera el término singularidad tecnológica. Lo hizo durante los últimos años de su vida, dedicados plenamente a trabajar en lo que hoy conocemos como Inteligencia Artificial (IA). Con dicha singularidad se refería al hipotético momento histórico en que la inteligencia de las máquinas superará a la del ser humano. 

A día de hoy, las posibilidades que ofrece la IA, a todos los niveles, no hacen más que expandirse. Su capacidad para generar innovadoras propuestas tecnológicas está mostrando que puede atender un gran número de nuestras necesidades. Áreas como la I+D, la manufactura, distribución y comercialización de productos están desarrollando grandes avances gracias a su uso.

Los algoritmos de IA analizan en tiempo real los componentes de nuestros ecosistemas y permiten establecer avanzadas estrategias de conservación

La IA reproduce la forma de aprender que tenemos los seres humanos utilizando diversos algoritmos previamente diseñados para ello, por lo que evoluciona a pasos agigantados sin dejar de escuchar los requerimientos de las personas. Y si en la actualidad hay una necesidad imperativa para el conjunto de la ciudadanía global, esta es la de preservar el medio ambiente y combatir la crisis climática.

Gracias a la IA ya se están implementando sistemas de evaluación y administración del medioambiente y sus recursos con una precisión y una eficiencia sin precedentes. Sus algoritmos permiten analizar en tiempo real cada uno de los componentes de nuestros ecosistemas, de manera que se puedan establecer estrategias de predicción, conservación y mejora a corto, medio y largo plazo. 

Mejorar los sistemas de generación de energías renovables, implementar la monitorización satelital y en 3D para evitar incendios forestales, proteger los océanos y anticipar eventos climáticos extremos o incorporar sistemas de reciclaje inteligentes que combatan la generación de residuos son sólo algunos de los avances que nos está permitiendo el uso de la IA. Y, más allá de lo exclusivamente medioambiental, según un estudio de la revista Nature, la IA podría facilitar el cumplimiento del 80% de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y ayudarnos a cumplir con  la Agenda 2030, el mayor plan de acción global para lograr un mundo más inclusivo y próspero para todas las personas y para el propio planeta.

La IA de Iberdrola analiza terrenos y patrones de viento y sol que permiten la ubicación óptima de cada aerogenerador y placa solar

El sector energético es uno de los pioneros en la utilización de la IA para acelerar el necesario camino hacia la neutralidad de carbono. En este campo, Iberdrola, la primera compañía eléctrica de España y Europa, comenzó a integrar la IA en todas las etapas de su cadena de producción y distribución hace ya 10 años. El objetivo, desde el inicio, fue no sólo la optimización de la generación y consumo de electricidad, sino también fomentar la descarbonización, sostenibilidad y eficiencia de sus redes eléctricas a nivel global.

A día de hoy, para Iberdrola, la IA se ha convertido en una herramienta imprescindible para continuar avanzando en dicha senda hacia la sostenibilidad energética. Gracias a esta tecnología, la compañía ha logrado optimizar al máximo el funcionamiento de sus plantas de producción fotovoltaica y eólica. Desde la fase de diseño de las propias plantas, la IA analiza terrenos y patrones de viento y sol que permiten la ubicación óptima de cada aerogenerador y placa solar. Posteriormente, se instalan sensores en cada planta con capacidad para capturar millones de datos que son procesados por algoritmos de IA para reducir costos y el tiempo de inactividad.

A partir de predicciones meteorológicas, MeteoFlow mejora la planificación del mantenimiento de las plantas y las protege en caso de fenómenos climáticos extremos

Otro ejemplo de cómo la compañía se sirve de la IA para optimizar sus plantas de energía renovable es MeteoFlow. A partir de predicciones meteorológicas, este sistema informático elabora exactas predicciones de producción en todas las instalaciones de renovables que mejoran la planificación de sus mantenimientos y las protege en caso de fenómenos climáticos extremos. Igualmente, el sistema de mantenimiento predictivo que ha desarrollado con la ayuda de IA permite identificar aquellas instalaciones con mayor riesgo de falla para optimizar sus recursos y mejorar la calidad del suministro eléctrico. 

Fiel a su compromiso con la sostenibilidad medioambiental, Iberdrola también ha utilizado la IA para proteger la biodiversidad en casos específicos. Como ejemplo, el uso de radares 3D en sus instalaciones para detectar la presencia de aves y detener automáticamente los aerogeneradores para evitar su colisión con los mismos, o la generación, con sus paneles solares, de sombras estratégicas que permiten mejorar la calidad y productividad de los campos de cultivo.

Sin duda, la compañía demuestra que la IA puede ser un importante aliado para potenciar el uso de energías renovables y caminar con mayor seguridad hacia la necesaria sostenibilidad medioambiental.