Desigualdad
El lado inclusi(B)o del ascensor
Otis e IILUNION Accesibilidad publican ‘Más allá del ascensor. Movilidad accesible y barreras en edificios y viviendas’, un estudio que integra diferentes perspectivas sobre la movilidad y accesibilidad en la vivienda en España
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La mayoría vemos al ascensor como un medio rápido (y menos cansador) de llegar a los pisos mas altos de nuestro edificio o nuestra oficina. Lo cierto es que detrás de ese medio de elevación, se esconde la única posibilidad que tienen muchísimas personas con dificultad de movilidad de llegar hasta allí.
Patricia Otero, directora de experiencia de cliente Grupo ILUNION y directora de ILUNION Accesibilidad, señala que «la falta de accesibilidad afecta directamente a la calidad de vida de millones de personas en nuestro país que cuentan con alguna discapacidad; supone un riesgo y sobreesfuerzo físico diario, así como una privación de derechos en el que debería ser el lugar más seguro para una persona. Esto se traduce en un mayor sentimiento de frustración y eleva el riesgo de aislamiento social de un colectivo vulnerable».
En esta línea, OTIS, empresa líder en diseño, fabricación y mantenimiento de ascensores, escaleras mecánicas y equipos de accesibilidad, ha elaborado el estudio Más allá del ascensor. Movilidad accesible y barreras en edificios y viviendas, en colaboración con ILUNION, para analizar esta realidad desde diferentes perspectivas. «El estudio nos muestra claros ejemplos del impacto que esto tiene sobre la vida de las personas y lo importante que es de cómo entre todos debemos trabajar para mejorar la situación» ha afirmado João Penedo, consejero delegado de Otis Mobility S.A. durante el acto de presentación de los resultados del estudio.
Casi un 10% de los bloques residenciales construidos después de 2010 se perciben todavía como no accesibles
¿Qué factores condicionan la accesibilidad en los hogares?
Actualmente, el 34,3% (6,45 millones) de las viviendas principales se encuentran en edificios que los residentes no consideran de fácil acceso, y solo el 20,8% de las viviendas están preparadas para las condiciones propias del envejecimiento. Dos factores resultan determinantes en la probabilidad de que el edificio sea considerado accesible por sus residentes: la antiguedad de construcción del edificio y el nivel de ingresos.
La falta de accesibilidad es más común en los edificios construidos entre 1951 y 1980 que no tienen ascensor. Aun así, en cuanto a la «accesibilidad legal», un 9,8% de los edificios residenciales construidos después de 2010 se perciben como no accesibles, porcentaje que asciende al 28,7% entre los unifamiliares.
Por otra parte, a mayores ingresos, aumenta la accesibilidad. En los bloques la proporción de viviendas situadas en edificios con ascensor pasa del 57,6%, cuando los ingresos mensuales netos del hogar son inferiores a 1.000 euros, y al 82,8%, cuando los ingresos netos superan los 2.500 euros mensuales.
El 30% de la población de más de 65 años vive en bloques de viviendas sin ascensor, generando una importante barrera de movilidad y autonomía en el día a día
Las mujeres y las personas mayores, los más afectados
En torno al 30% de la población de más de 65 años vive en bloques de viviendas sin ascensor, generando una importante barrera de movilidad y autonomía en el día a día de estas personas. Entre ellos, las mujeres tienen más probabilidades de experimentar limitaciones graves en su actividad diaria relacionadas con la accesibilidad, por su mayor esperanza de vida. Concretamente, según la última Encuesta de Discapacidad, Autonomía personal y situaciones de Dependencia elaborada por el INE, 4,38 millones de personas declaran tener alguna discapacidad en España, donde las tasas más altas en mujeres corresponden a movilidad (68,5%). Además, estas se enfrentan en mayor medida a las barreras de accesibilidad por ser las principales responsables de tareas de cuidado.
Más limitaciones para una mayor accesibilidad
El estudio recoge también el análisis de expertos, incluyendo colegios de arquitectura, el sector empresarial, entidades asociativas representantes de personas con discapacidad y responsables de políticas públicas de vivienda y rehabilitación. Todos ellos coinciden en los avances llevados a cabo en los últimos años, pero señalan en que persisten carencias en el parque de viviendas mayoritario, construido con anterioridad al Código Técnico de Edificación y su modificación de 2010, que introdujo cambios en la normativa de accesibilidad. «Si bien el marco legal presenta avances como la exigencia de accesibilidad en la nueva construcción y en el parque de viviendas actual, la propia Ley de Propiedad Horizontal presenta aspectos controvertidos, como la posibilidad por parte de las comunidades de paralizar reformas si se supera el límite de 12 mensualidades», menciona Luis Bascones, consultor social de ILUNION Accesibilidad y coordinador e investigador principal del estudio.
Algunos de los puntos más criticados en cuanto a la oferta de ayudas son la falta de conocimiento sobre las mismas, los criterios planteados o la complejidad y dilatación en el tiempo de los trámites. Una alta proporción de las personas consultadas ha experimentado dificultades y demoras, y considera que se piden requisitos muy exigentes y complejos. En consecuencia, resulta difícil de captar, comprender y alcanzar un criterio para la toma de decisiones en comunidades de vecinos. A ello se suma que, a menudo, las comunidades de vecinos o propietarios no comparten la prioridad de volver accesibles los edificios y lo ven como un gasto excesivo.
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