Discapacidad e inclusión laboral: ¿en qué punto estamos?

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Traver Pacheco

@traverps

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2023, cerca de 540.000 personas con discapacidad tenían empleo en España, un incremento del 55% en la última década. Un crecimiento que, si bien refleja un avance en la integración de personas con discapacidad en el mercado laboral, todavía la tasa de actividad para este grupo se mantiene baja, alrededor del 35,3%, en comparación con el 64,7% de personas sin discapacidad.

Con estas cifras encima de la mesa, está claro que, a pesar del aumento en la ocupación, la participación laboral de personas con discapacidad sigue siendo una de las grandes asignaturas pendientes. Un informe reciente del INE revela que solo un 9,8% de las personas con discapacidad están dadas de alta laboral al menos un día al año, frente al 55,1% de personas sin discapacidad. Además, un 77% de las personas con discapacidad no tuvo más relación con la Seguridad Social que percibir una pensión contributiva​.

Con el fin de abordar estos desafíos, se están poniendo en marcha diversas iniciativas. Una de ellas es la reciente app diseñada para ayudar a personas con discapacidad a elaborar su currículum, lanzada por Sopra Steria. Esta herramienta facilita la creación de perfiles laborales accesibles y personalizados, mejorando las oportunidades de empleo. «La aplicación tiene un diseño muy focalizado en las personas y su estilo de interacción, basado en preguntas y respuestas, facilita su uso. Además, la posibilidad de entrada de datos por voz es muy útil para determinados perfiles y les proporciona mucha libertad», explica Luis Rodríguez Baena, subdirector de Calidad de la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología de la UNIR. «Esta facilidad de uso está corroborada por los datos. El 80% reconoció su utilidad a la hora de elaborar el currículum con una herramienta a la que están habituados, como es un dispositivo móvil», añade.

Solo un 9,8% de las personas con discapacidad están dadas de alta laboral al menos un día al año, frente al 55,1% de personas sin discapacidad

Por su parte, instituciones como Fundación ONCE y el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) han desarrollado programas específicos de formación y empleo para personas con discapacidad. Algunos de los programas más populares son «Por Talento Digital», una iniciativa de Fundación ONCE que ofrece formación en competencias digitales y tecnológicas para ayudar a mejorar la empleabilidad en un mercado laboral cada vez más digitalizado o los «Programas de Empleo con Apoyo (ECA)», iniciativas del SEPE que ofrecen apoyo individualizado e incluyen el acompañamiento en el puesto de trabajo y formación en determinadas habilidades sociales y laborales.

El marco legal en España, con leyes como la Ley General de Derechos de las Personas con Discapacidad y de su Inclusión Social, establece cuotas de empleo y medidas de acción positiva. Estas leyes exigen a las empresas con más de 50 empleados reservar al menos un 2% de sus puestos de trabajo para personas con discapacidad. Además, se ofrecen incentivos fiscales y subvenciones para aquellas empresas que contraten a personas con discapacidad.

Por otro lado, el fortalecimiento de la inclusión laboral también pasa por la colaboración internacional. Así, España ha establecido alianzas con instituciones como el Instituto Nacional de Rehabilitación de México y el International Labour Organization (ILO), para compartir buenas prácticas y desarrollar programas conjuntos para la inclusión laboral. Otros ejemplos de éxito incluyen empresas como Ilunion, que da empleo a miles de personas con discapacidad en diversos sectores, desde la hostelería hasta servicios industriales. Esta empresa ha demostrado que la inclusión laboral no solo es posible, sino que también es rentable y beneficiosa para el ambiente laboral.

La inclusión laboral de personas con discapacidad en España ha avanzado significativamente, pero aún hay mucho por hacer. Es esencial continuar con políticas activas de empleo, promover la sensibilización y eliminar barreras. La colaboración entre el sector público, privado y las organizaciones sin ánimo de lucro, junto con el uso de tecnologías innovadoras y accesibles, pueden tener un rol crucial para construir una sociedad donde todos tengan las mismas oportunidades de contribuir y prosperar.