El drama invisible de la pobreza energética

Más de cinco millones de hogares en España sufren pobreza energética. Es decir, el 11% del total es incapaz de pagar los servicios mínimos de energía que satisfagan sus necesidades domésticas básicas o, en su defecto, se ven obligados a destinar una parte excesiva de sus ingresos a pagar las facturas energéticas de sus viviendas, según datos del III Estudio Pobreza Energética en España – Nuevos Enfoques de Análisis, de la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA). La situación, lejos de solucionarse, parece recrudecerse, ya que en solo dos años se ha incrementado en un 22% el número total de hogares azotados por este problema.

«El aumento de la pobreza energética se debe a tres factores: la crisis económica que ha supuesto una disminución de los ingresos en muchos hogares, normalmente los más desfavorecidos per se; el aumento del coste de la energía, que desde 2007 ha supuesto un incremento del 80% de la factura de la luz; y el excesivo parque de viviendas que se construyeron sin ningún criterio de eficiencia energética», explica Cristina Monge, directora de Conversaciones de Ecodes.

La pobreza energética podría estar ocasionando el 30 % de las muertes adicionales de invierno

La pobreza energética es también un problema de salud. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, podría estar ocasionando el 30% de las muertes adicionales de invierno. «En 2014, la mortalidad adicional de invierno promedio en España fue de 24.000 muertes por lo que más de 7.000 fallecimientos prematuros estarían asociados a la pobreza energética», señala el Estudio de ACA.

«Se trata de una de las formas de desigualdad más grandes que existen», califica Monge. Ecodes trabaja desde 2013 en la atención directa en hogares en situación de vulnerabilidad para ayudarles a ahorrar gastos y evitar, así, que formen parten de las alarmantes cifras de pobreza energética. En 2015, pusieron en marcha la plataforma online NiUnHogarSinEnergia.org, para apoyar no solo a los consumidores vulnerables sino a todas aquellas personas interesadas en rebajar sus facturas de energía y en reducir sus emisiones de CO_2.

Ecodes ha llegado a casi 900 hogares gracias al proyecto ‘Ni un hogar sin energía’

A lo largo de los cinco años de trabajo han puesto en marcha proyectos de acción directa y presencial como la Red de Voluntariado contra la Pobreza Energética – Fuel Poverty Group en Zaragoza y Sevilla, en colaboración con Ecoserveis y ABD; proyectos de voluntariado corporativo que se han desarrollado en 17 ciudades de toda España con empresas como Endesa, Leroy Merlin o Mapfre; así como campañas de información con puntos de atención y visitas a hogares con el apoyo del Ayuntamiento de Zaragoza el Ayuntamiento de San Fernando de Henares o el Gobierno de Aragón. Todos estos proyectos, que demuestran que es necesaria una acción conjunta de todos los actores, empezando por los diferentes niveles de gobierno y de administración hasta las ONGs y servicios sociales, pasando por las empresas privadas, Ni un hogar sin energía ha sido capaz de llegar a 875 hogares, con un ahorro medio anual por familia de 151 € que suman un total de 132.336 € por año y un retorno social y ambiental de la inversión superior a 3 € por cada euro invertido.

En la web del proyecto, se puede rellenar el Cuestionario ‘Quiero Ahorrar’, a partir del cual la web devuelve de forma automática e instantánea tres informes personalizados sobre hábitos de consumo, medidas de micro-eficiencia energética y optimización de los contratos de energía. Además, los consumidores cuentan un mapa interactivo para localizar ayudas o iniciativas relacionadas con la pobreza energética en su ciudad o región. Ecodes quiere que su base de datos sirva para que cualquier otro organismo o institución empiecen a desarrollar proyectos encaminados a acabar con la pobreza energética. «Inventar la rueda es siempre complicado, ¿por qué no poner nuestro conocimiento a disposición de las entidades que quieran conseguir los mismos objetivos que nosotros?», plantea Cecilia Foronda, directora de Ciudades Sostenibles de Ecodes.

El proyecto está en continuo crecimiento y sus datos e informes se actualizan con cada nuevo cuestionario que reciben para «hacer incidencia política, dice Cristina Monge. Ella se muestra optimista y cree que el tejido social que comparte experiencias sobre eficiencia energética es cada vez mayor, aunque advierte de que «con la pobreza energética no vamos a acabar solo con estos proyectos. Son importantes y necesarios, pero hace falta una legislación común y rehabilitar las viviendas».