«La marginación y exclusión social tienen impactos complejos que, a menudo, duran toda la vida»

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Ronan Mangan es jefe de la unidad de inclusión social en la en la Oficina de Enlace de la Cruz Roja con la Comisión Europea y lleva años trabajando con personas en situación de marginación y vulnerabilidad social  en todo el mundo. En el marco del evento Conversaciones Humanitarias: hacia un mundo sostenible de la Fundación Cruz Roja Española, profundizamos en cómo se debe abordar la exclusión social para reducir la polarización a nivel global y garantizar mejores condiciones de vida a personas y comunidades  en situación de vulnerabilidad, en un contexto donde el cambio climático no da tregua.   


En su experiencia, ¿cuáles han sido las formas más exitosas de incluir a personas y colectivos en situación de marginación social ? 

La única manera de incluir con éxito a las personas en situación de marginación o desventaja social es adoptar un enfoque basado en los derechos humanos. Esto significa que colocamos a aquellos a quienes queremos llegar en el centro de todas las políticas e intervenciones para apoyar su inclusión social. Además, esto crea las condiciones para el empoderamiento. Al generar conciencia sobre los derechos humanos, dar espacio a las personas socialmente excluidas para que conozcan y ejerciten sus derechos, terminan creando mecanismos para exigir un compromiso real a quienes tienen la responsabilidad de garantizar que se cumplan. También es importante que quienes rinden cuentas sean capaces de comprender los derechos de las personas en situación de vulnerabilidad y reconocer cuándo estos derechos no se respetan o no se cumplen. Esto en sí mismo no solo tiene un efecto positivo en estas personas, sino en la sociedad en su conjunto y en todos sus aspectos.

Actualmente vivimos en un mundo donde las desigualdades son extremas. Mientras el 10% más rico del mundo acumula el 52% de los ingresos mundiales, más de la mitad de la población mundial apenas obtiene el 6,5% de ellos. ¿Según su experiencia, esto se ha traducido en mayores esfuerzos o nuevas líneas de trabajo para Cruz Roja?

Si bien los problemas relacionados con la pobreza siempre han estado presentes en Europa, la actual situación económica y política ha exacerbado aún más la creciente desigualdad entre quienes tienen medios y quienes no los tienen. Se está volviendo evidente que incluso para aquellos que trabajan (los llamados trabajadores pobres), todavía les resulta difícil llegar a fin de mes y se ven empujados aún más hacia la pobreza debido al aumento vertiginoso de los costos de vida. La solución es compleja: no se trata únicamente de imponer impuestos progresivos a quienes ganan más, sino de invertir este dinero en servicios sociales y de salud pública de calidad, creando un sólido sistema de protección social universal que apoye y fomente la cohesión social ascendente y la inclusión de las personas en situación de desventaja social, respetando al mismo tiempo sus derechos humanos y sociales. A lo largo de los años, las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja han tenido que intensificar el enfoque de sus programas a medida que las necesidades comenzaron a aumentar y hacerse más pronunciadas. 

La polarización política y social tiene efectos importantes en las narrativas que retratan a «las otras personas» como sujetos ajenos a nosotros. ¿Cómo pueden los medios de comunicación y ustedes, las organizaciones humanitarias, transmitir la realidad de las personas en situación de vulnerabilidad o de exclusión social y traducirla en términos de humanidad, empatía y la compasión –sin parecer ingenuos o condescendientes– a audiencias más amplias?

Debería darse por sentado que es importante crear un espacio para que las personas en situación de marginación y/o vulnerabilidad se involucren y participen en sus propios términos, en el compromiso cívico, la consulta de políticas y la formulación y determinación de las necesidades de sus comunidades. Organizaciones como Cruz Roja pueden apoyar esto facilitando el compromiso con quienes toman las decisiones necesarias, algo que hacen en muchos estados miembros de la UE. La marginación y exclusión social tienen impactos complejos que, a menudo, duran toda la vida y son intergeneracionales. Sin embargo, las causas suelen ser las mismas: discriminación, pobreza, falta de acceso a la información y a los servicios esenciales son algunas de las principales razones por las que aumenta la desigualdad, por las que las personas y las comunidades son excluidas o marginadas. Estas causas representan una brecha inadmisible como sociedad  por la cual todos y todas tenemos una responsabilidad colectiva. En ese contexto también tenemos la responsabilidad de convocar a los que toman de decisiones para que diseñen programas y soluciones inclusivos y sostenibles que aborden las causas y los impactos sociales más amplios de la pobreza, la discriminación y la desigualdad.

En términos de amplificar los problemas al público en general, una manera de hacerlo es mostrar que los problemas que enfrentamos son problemas humanos que tienen, en algunos casos, un impacto humano terrible. Si estamos de acuerdo, se debe dar a las personas en situación de marginación el espacio para contar sus historias humanas, sus experiencias y lo que se puede hacer para abordar las causas profundas de la exclusión y la marginación; tal vez me equivoque, pero siento que podemos relacionarnos más con las experiencias humanas y actuar en consecuencia por un mayor interés social. 

En el evento Conversaciones Humanitarias: hacia un mundo sostenible de la Fundación Cruz Roja Española, durante el diálogo que mantuvo con José Antonio Marina, mencionó la necesidad de brindar herramientas y conocimientos para que las personas se empoderen para alcanzar sus propios objetivos sociales. ¿Cómo sería esto?

Creo firmemente que ni Cruz Roja ni cualquier otra organización o gobierno pueden empoderar a las personas, solo ellas pueden empoderarse a sí mismas. Pero es muy importante que quienes toman decisiones puedan crear las condiciones para que las personas, especialmente las vulnerables, se empoderen. Se debe hacer un esfuerzo concertado y significativo, a través de guardianes o puntos de referencia, para llegar a estas personas. Es esencial que nos comuniquemos con ellas en sus términos, en sus lenguas y siendo culturalmente sensibles a sus normas y costumbres. A través de esto, podemos tener en cuenta sus opiniones, inquietudes y necesidades para mejorar nuestras políticas y respuestas de servicio a estos grupos. Esto es un aspecto imperativo de nuestro trabajo con personas en situación de vulnerabilidad. Nuestra proximidad y compromiso con ellos garantiza que Cruz Roja pueda desarrollar e idear programas centrados en la persona y basados en las necesidades expresadas de aquellas que se encuentran en situación de vulnerabilidad y marginación.

Es importante destacar que una vez que iniciamos este diálogo y la inclusión activa de las personas en situación de vulnerabilidad, debemos mantener nuestra presencia, nuestra disponibilidad, pero también, lo que es más importante, nuestra responsabilidad de apoyarlas.

¿Cómo pueden las organizaciones humanitarias lograr un equilibrio entre ser prácticas, comprender el clima político en el que trabajan y adherirse a las ideas que distinguen a su organización?

El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja está comprometido y sujeto a sus siete principios fundamentales, adoptados en 1965. Estos resumen nuestros valores y nos permiten brindar asistencia eficaz e imparcial a las personas necesitadas. Nuestros siete principios son Humanidad, Imparcialidad, Neutralidad, Independencia, Voluntariado, Unidad y Universalidad. A través de una amplia gama de servicios, las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja apoyan a las personas necesitadas a través de sus redes de voluntarios comunitarios, en colaboración con sus autoridades nacionales como auxiliares del gobierno en el campo humanitario. Su misión es mejorar las vidas de las personas en situación de vulnerabilidad, trabajando con las Sociedades Nacionales para responder a catástrofes a nivel mundial. Sus operaciones de socorro se combinan con trabajos de desarrollo, incluidos programas de preparación para desastres, actividades de salud, atención, inclusión social y la promoción de valores humanitarios.

En la Carta sobre el clima y el medio ambiente para las organizaciones humanitarias, el CICR y la FICR, el Comité Internacional y la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, afirman que: «Las crisis climática y ambiental amenazan la supervivencia de la humanidad. Todos los aspectos de nuestras vidas se ven afectados, desde nuestra salud física y mental hasta nuestra seguridad alimentaria, hídrica y económica. Aunque las crisis afectan a todos, aquellos que menos han contribuido al problema son los más afectados, y la situación no hace más que empeorar». Desde su conocimiento y experiencia, ¿qué es imprescindible hacer para evitar que el cambio climático afecte en mayor medida a las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad y evitar que otras personas y comunidades caigan en él? 

El cambio climático afecta a todos, en todas partes y en todos los aspectos de la vida. Quienes corren mayor riesgo son quienes ya se encuentran en situaciones precarias y de vulnerabilidad, y sin duda el cambio climático les está afectando negativamente. El informe de la Federación Internacional presenta un análisis que muestra que si no se toman medidas urgentes ahora, el número de personas que necesitan asistencia humanitaria anualmente debido a la crisis climática podría duplicarse para 2050. De manera similar, los costos financieros podrían dispararse a 20 mil millones dólares estadounidenses por año. En contraposición a este escenario pesimista, el informe también muestra que, si se toman ahora las medidas adecuadas de adaptación al clima, estas cifras también podrían estabilizarse e incluso disminuir.


Las opiniones expresadas en este artículo son de la persona entrevistada y no reflejan la opinión de la Fundación Cruz Roja Española.

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