Sociedad
La diferencia de edad, ¿cómo impacta en las relaciones?
¿Cuál es la mejor diferencia de edad para que una relación de pareja sea duradera? Diversos estudios han buscado responder a este interrogante.
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«Para mí el amor es una cosa seria. Como la revolución», escribió Martín Caparrós en Amor y anarquía. Las cosas serias hay que sopesarlas con prudencia. Aunque haya quien diga que el amor es ciego, es normal querer evaluar cuáles son las condiciones ideales en las que este puede perdurar. Y uno de los interrogantes que siempre ha estado presente en cuanto a relaciones de pareja se trata es: ¿el amor tiene edad?
Para empezar, hombres y mujeres tienden a desear cosas ligeramente diferentes cuando se trata de evaluar la diferencia de edad. Una investigación llevada a cabo por Christian Rudder, cofundador de la aplicación de citas OKCupid, revela que mientras las usuarias buscan hombres más o menos de su misma edad, los hombres prefieren mujeres de veintipocos años, independientemente de su propia edad.
Sin embargo, un estudio de 2001 de la Universidad de Groningen en colaboración con la Universidad de Arizona, analizó las preferencias de diferencia de edad y, aunque arrojó los mismos resultados para las mujeres, matizó los de los hombres. Cuando se trata de compromiso a largo plazo, los hombres tienden a preferir mujeres de edades más cercanas a la suya, una tendencia que se afianzaba cuánto mayor era la edad del varón.
Según un estudio, las parejas con solo un año de diferencia de edad tienen una mayor probabilidad de mantenerse unidas en el tiempo
Porque una cosa es una relación efímera y otra es plantearse un proyecto vital duradero cuya meta sea llegar juntos al final de la vida. Pues, si un posible final feliz es el objetivo, un estudio llevado a cabo por los profesores Andrew Francis y Hugo Mialon en 2014 que analizó a 3.000 parejas estadounidenses podría contener algunas de las respuestas de cómo lograrlo. Los datos fueron luego analizados por Randal Olsen, que detectó que las parejas con tan solo un año de diferencia de edad tienen una mayor probabilidad de mantenerse unidas en el tiempo. En concreto, estas parejas muestran un riesgo de divorcio inferior al 3%. Por el contrario, las parejas con una diferencia de 5 años tienen una tasa de divorcio del 28%, mientras que aquellas con una brecha de 10 años presentan un 39% de probabilidad de separación. Cuando ya la diferencia supera los 20 años, la posibilidad de divorcio se sitúa en el 95%. Esto sugeriría que, cuando ambos miembros de la pareja son contemporáneos, pueden compartir una serie de experiencias vitales que fomentan la unión.
«Si uno tiene una determinada madurez emocional y una serie de experiencias vitales, tampoco va a aceptar una horquilla de edad muy amplia», explica la psicóloga Elisa Múgica, guionista del documental Terapia de parejas. Esto se debe a que uno tiende a buscar una pareja con la que poder compartir su biografía, sus intereses y con la que poder estar alineada en cuestiones complejas como cuándo ser padres o cuántos hijos tener. «Este alineamiento en lo profundo es vital si lo que queremos es consolidar una pareja más allá de los dos primeros años de enamoramiento», asegura la experta.
Pero la psicóloga no niega que, en algunos casos, las diferentes circunstancias y experiencias biográficas puedan llevar a encontrarse más sintonizado con una pareja mayor o más joven. En esos casos, es importante que en las conversaciones estén presentes los desafíos específicos a los que se tendrán que enfrentan en el futuro y que pueden desestabilizar la unión, como, por ejemplo, atravesar la enfermedad o la vejez en distintas etapas.
En cualquier caso, cada pareja es única y, tal como explica Gery Karantzas, profesor en la Facultad de Psicología de la Universidad Deakin, el «éxito de una relación depende de hasta qué punto los miembros de la pareja comparten valores, creencias y objetivos similares; se apoyan mutuamente en la consecución de objetivos personales; fomentan el compromiso, la confianza y la intimidad de la relación; y resuelven los problemas de forma constructiva».
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