Cultura

«Hoy domina el formato digital y no tenemos paciencia»

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23
mayo
2024

Fernando Alfaro es el líder de reconocidos grupos de música indie nacional como Surfin’ Bichos y Chucho. Ahora saca ‘Mundo turbio’ (Editorial Contra) una novela que integra y entreteje elementos, personajes, escenarios y situaciones presentes en todas sus canciones, más de 250; una obra poco común que puede interesar tanto a los seguidores del músico como a lectores desprevenidos.


¿Cómo surge la idea del libro?

En realidad, quien tiró la piedra al charco fue Didac Aparicio, mi editor en editorial Contra. Me animó a escribir el libro porque escribí un relato para un libro recopilatorio de relatos escritos por músicos. Le gustó mucho el texto y me propuso escribir una novela. Además, fue quien propuso que la protagonizasen los personajes de mis canciones. Eso fue hace mucho. Quizás me retrasaron circunstancias personales a la hora de escribirlo.

Se trata de un libro inusual.

La idea de la novela parte de que todos los personajes de mis canciones, de toda mi carrera, fuesen los protagonistas del libro. La novela debía ser «alumbrada» por lo que se cuenta en las canciones. Había una relación de continuidad entre las canciones que había escrito. Ya fuese en el entorno de un grupo, de otro o en solitario. Hay relación entre ellas. Lo había hecho conscientemente cuando las escribí. Había personajes que aparecían en diferentes canciones. También se repetían situaciones. Era un método de comunicación entre canciones, una forma de abrir ventanas entre canciones. Creí que era buena idea incluir en el libro todas las canciones, hay más de 250. Primero, para el que fuera seguidor de mi carrera y, por otro lado, para quien no las conociese y pudiese asomarse a ellas. Tuve muy claro que la parte de novela del libro, que son dos tercios, debía poder leerse sin conocer las canciones. [Quise crear] un camino en dos sentidos.

«La idea de la novela parte de que todos los personajes de mis canciones, de toda mi carrera, fuesen los protagonistas del libro»

¿Con qué referentes literarios cuentas a la hora de escribir este libro?

Es algo sobre lo que he pensado a raíz de que me pregunten los periodistas. No lo había pensado ni de coña. Incluso lo pensé primero a raíz de que el editor en su texto de contraportada hiciese referencia a la novela picaresca y a Céline [como referencias]. Yo luego, reflexionando a posteriori, vi que era cierto, que existe esa influencia. En cuanto a un pulso de escritura, suelo nombrar a Miguel Delibes, por nombrar un tótem al que, si te acercas un milímetro, te puedes dar por satisfecho. También está la novela negra, he mamado mucha novela negra. Pienso en libros como No hay bestia tan feroz, de Edward Bunker. Solo he leído esa novela suya, que es brutal.

¿Cómo crees que ha influido tu carrera como letrista en el estilo de la novela?

Yo creo que influye mucho. Obviamente, soy la misma persona, el mismo escritor. Es un entorno muy diferente, rigen reglas totalmente distintas entre la escritura de una canción (que ni siquiera es poesía) y la de una novela. Creo que hay más diferencia entre la escritura de canciones y la novela, que entre la poesía y la novela, porque rigen una serie de normas muy concretas. En las letras de las canciones no solo tienes que regirte por una métrica y una rima, como ocurría en la poesía antaño, sino que te tienes que ceñir a la propia música. Tiene muy poco que ver. Pero la voz narrativa sí que tiene que ver con la novela, mucho, mucho. Uno emplea los mismos sistemas, los mismos códigos u obsesiones.

«He mamado mucha novela negra»

¿Surfin’ Bichos era un grupo muy lector, que leía mucho?

Yo sí [ríe]. Cada uno en su casa… Había de todo, como en cada pandilla.

¿Hay otros géneros literarios que te gustaría trabajar en el futuro?

Es algo que me he llegado a plantear, pero no me siento demasiado impelido a ello. A escribir, por ejemplo, poesía. Porque se me ha insistido mucho desde el campo de la poesía, digamos. Mis canciones, en muchos casos, son como poemas. El otro día, precisamente, hice una lectura, porque no sé decir que no. Era una lectura de canciones mías a modo de poemas en un recital, y la verdad es que funcionó muy bien. Pero no me siento inclinado a escribir poesía, en este momento. En el futuro ya veremos. Escribir teatro me atraería más. Aunque, creo que no. Con cuentos me he prodigado más. En 2005 empecé a escribir relatos cortos, que me pedían. Yo siempre decía, de forma un poco cínica, pero sincera, que los escribía porque me los pedían y me pagaban. Tenía que comer y cuando me encargaban un relato, lo escribía. Escribí varios así y luego uno se acabó convirtiendo en una novela corta, que se llamaba Pere y María, que sería el libro previo al que acabó de publicar. Lo hice como una especie de reto. Siempre me pongo retos, una especie de juegos. En aquel caso, se basaba en las canciones del último disco de Chucho, uno de mis grupos, y tenía una estructura parecida a este. El propio argumento estaba determinado por la tracklist del disco. En ese sentido, el argumento estaba hecho ya.

«Mis canciones, en muchos casos, son como poemas»

A la hora de hacer un disco yo procuro seguir teniendo [el argumento] en cuenta, aunque hoy en día lo que se hace es poner las canciones buenas al principio y las malas al final, porque hoy domina el formato digital y no tenemos paciencia. Yo me resisto a ello, porque soy viejo y vengo de la cultura de los álbumes. Por eso trato de que mis discos tengan una estructura narrativa. No solo por el texto, sino, sobre todo, por la música. En Pere y María seguí, pues, la estructura narrativa musical con la que había ordenado el disco para luego crear el relato. En el caso de Mundo turbio pasa algo muy parecido, porque la cronología de los discos es la que es. Me costó menos en este caso. Reuní todas las letras, las puse en orden cronológico y tuve ese vértigo que tenemos cuando miramos cosas antiguas nuestras. Esa serie de vértigos los tuve en ese momento y vi que eso era una vida entera, mi vida. De ahí el máximo vértigo, porque yo soy una persona que tengo mucho vértigo. Y tengo vértigo ajeno. La gente tiene vergüenza ajena, pero yo tengo vértigo ajeno. Cuando veo que la gente se aproxima demasiado al borde del precipicio para hacerse un selfie, tengo un cosquilleo… Hasta me tiemblan las piernas. La sensación de que no solo era mi vida, y que habían pasado millones de cosas en ella (que estaban en las canciones), era la sensación de que se había presentado un vendaval. Y fue cuando decidí incluir una especie de falsa cita en el libro que dice: «La vida será cruenta y fugaz». Esta es una frase de una canción que firma un tal Ricardo, personaje de la novela, también de una canción. Es una cita que, a modo de advertencia, abre el libro.

¿En qué proyectos estás metido ahora?

Ahora estoy bastante atribulado con presentaciones. A partir de finales de año voy a hacer un concierto paralelamente a cada presentación. Será un concierto acústico y en solitario; un concierto cuyo argumento también será el texto del propio libro. Los conciertos también tendrán una estructura narrativa. Aparte, también, estoy con Surfin’ Bichos de gira. Aunque estamos haciendo conciertos muy puntuales, ahí seguimos. Y también con Chucho estamos en activo ahora mismo. Hemos estado haciendo conciertos y tenemos alguno por delante. Aparte, al final del libro hay una especie de capítulo de discografía, en la que he incluido un disco todavía por publicar, pero que tengo que publicar antes de que acabe el año porque me he comprometido. Es un disco de rarezas de Chucho que nunca apareció. Este tipo de discos de caras b, de temas perdidos de Surfin’ Bichos ya aparecieron desde el 96, pero de Chucho jamás lo hubo. Este cuenta con canciones perdidas, con versiones de canciones míticas. Y eso es lo que estamos ahora recopilando para publicar. Ya te digo que tiene que ser este año porque me he comprometido, por escrito.

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