La revolución LGTBIQ+ en la ficción
¿Recuerdas la última vez que viste a un superhéroe ‘queer’ salvando el mundo en tu serie favorita? ¿O a una pareja del mismo sexo protagonizando una historia de amor tan intensa que te tuvo enganchado toda la temporada? La ficción puede jugar un rol clave en promover la diversidad e inclusión en la sociedad.
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Si echamos la vista atrás, es evidente que la falta de visibilidad ha perpetuado estereotipos dañinos y prejuicios que han contribuido a la discriminación de personas LGTBIQ+. En la actualidad, según el último Informe del Observatorio de la Diversidad en los Medios Audiovisuales (ODA) de 2023, la representación de personajes de identidades no normativas equivale a un 9,2% del total de personajes analizados, una cifra muy similar a la de 2021 (9,3%). De estos, más de la mitad se concentraron en 7 películas de las 99 analizadas, y en series ocurre lo mismo, solo que concentrados en 11 de las 61 producciones. Sin embargo, pese a que los números de representación aún tienen mucho espacio de mejora, el porcentaje de personajes principales ha subido hasta un 70%, y las propuestas que hoy se lanzan vienen decididas a construir narrativas más auténticas y relevantes.
El punto de inflexión se produjo cuando series como Orange Is the New Black o Transparent se adentraron en las vidas de personajes transgénero de manera real y conmovedora. Estas apuestas pioneras en el mundo de la ficción no solo marcaron un hito en la historia del entretenimiento, sino que también desempeñaron un papel fundamental al impulsar la visibilidad y el entendimiento sobre la identidad de género, así como en la promoción de la igualdad.
La representación de personajes de identidades no normativas equivale a un 9,2% del total de personajes analizados
Otra de las tendencias la encontramos en la inclusión de superhéroes queer. Si bien las películas de Marvel y DC han sido todo un éxito de taquilla durante años, solo recientemente hemos visto a personajes LGTBIQ+ ocupando roles protagonistas. Un ejemplo notable es Batwoman donde Kate Kane, una superheroína abiertamente lesbiana, lidera la lucha contra el crimen en Gotham City. Esta representación, que marca un precedente en la inclusión de personajes queer en el centro de la acción, también transmite un mensaje de empoderamiento a las nuevas generaciones de que no hay límites para quien quiere ser un héroe o heroína.
Además, no podemos olvidar el tratamiento de las tramas de amor, uno de los principales atractivos en el consumo de contenidos de ficción. Estamos presenciando el surgimiento de historias auténticas y emotivas dirigidas a un público más amplio. Desde Love, Victor, una serie que sigue la vida de un joven gay que va descubriendo su propia identidad y orientación sexual mientras trata de encajar en su nuevo entorno escolar y social; Feel Good, una comedia romántica que nos presenta la vida de una comediante lesbiana que se enfrenta a la adicción y las relaciones complicadas, o la reciente All of Us Strangers, un drama desgarrador lleno de matices sobre el dolor, la intimidad y los traumas de la infancia. Historias que nos recuerdan que las experiencias por las que pasan las personas LGTBIQ+ son tan humanas como universales.
En cambio, en algunos casos, la inclusión de la diversidad en la ficción aún se aborda desde una perspectiva superficial, lo que puede afectar a la calidad del producto artístico. Cuando los personajes son estereotipados, se introducen de forma forzada o simplemente para cumplir con cuotas de diversidad, en lugar de ser desarrollados de forma natural, el resultado puede causar el efecto contrario al deseado. En este sentido, David Färdmar, director y guionista de Vivir sin nosotros, película sueca que visibiliza las rupturas de parejas gays de manera normalizada, en una entrevista a eCartelera, apuntaba que «hay demasiadas propuestas que muestran lo difícil que es ser gay, lesbiana o trans y es importante para las nuevas generaciones que vean cosas nuevas. Quise narrar la historia de una ruptura en la que ser LGTBI+ es lo normativo». Además, cada vez hay más voces que critican la práctica del queerbating, una estrategia de marketing utilizada como reclamo para atraer a personas LGTBIQ+ dando a entender que en una determinada obra hay representación de su colectivo, pero en realidad, son insinuaciones que nunca se concretan. «Ceba el hecho de que vaya a haber una relación LGTBI+, pero luego lo elimina de la película en su práctica totalidad. Así se atrae al público y se gana dinero, pero, por otro lado, al no mostrar nada, la película no se censura y se mantiene al público más conservador», explica Juan José Sánchez Soriano en La construcción mediática del colectivo LGTB+ en el cine blockbuster de Hollywood. El uso del pinkwashing y el queerbaiting.
Cuando los personajes son estereotipados, se introducen de forma forzada o para cumplir con cuotas de diversidad, el resultado puede causar el efecto contrario al deseado
Sin embargo, aunque se están produciendo algunos avances en la representación LGTBIQ+ en los medios de entretenimiento, la discriminación, la violencia y la falta de derechos siguen siendo una realidad para muchas personas en todo el mundo. Aquí es donde la ficción puede jugar un rol verdaderamente transformador. En 2021, la serie It’s a Sin conmovió a audiencias en todo el mundo al contar la historia de un grupo de amigos gays en Londres durante la crisis del VIH en la década de 1980. Esta serie no solo rindió homenaje a quienes perdieron la vida, sino que también recordó que la lucha contra el estigma continua todavía vigente. O Pose, elogiada tanto por su representación de la comunidad transgénero y racializada como por abordar en sus tramas cuestiones de identidad, aceptación y resiliencia en la escena del ballroom en Nueva York durante las décadas de 1980 y 1990. Ambos son claros ejemplos de cómo la ficción puede abordar de manera sensible cuestiones sociales relevantes.
En definitiva, la inclusión de la diversidad LGTBIQ+ en la ficción no solo entretiene, sino que también educa e influye en nuestros esquemas mentales. Cuando se representa de manera auténtica, la diversidad en las historias no solo empodera a quienes se identifican con esos referentes, sino que también educa a la sociedad en su conjunto sobre las realidades de estas vidas.
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