Sociedad

«España ha sido una madrastra con sus mujeres deportistas»

Artículo

¿QUIERES COLABORAR CON ETHIC?

Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).

COLABORA
14
marzo
2024

Artículo

Lilí Álvarez fue finalista de Wimbledon en 1926, 1927 y 1928; conocida por los ingleses como «La Señorita», escribía y ejercía el periodismo. Después hubo otras, Amelia del Castillo, la primera mujer en dirigir un club de fútbol; Conchi Amancio, primera capitana de la selección femenina de fútbol de España en 1971; Sandra Sánchez, oro olímpico en Tokio 2020, considerada la mejor de la historia en la modalidad de kata… Se les tildaba de locas, de excéntricas, de «marimachos», pero llegaron a lo más alto. Hoy, deportistas como Carolina Marín o Jenni Hermoso han recogido su testigo. De todas ellas habla la periodista Patricia Cazón en su ensayo ‘Las mujeres salmón‘ (Debate, 2024).


Hermosa metáfora, la del salmón…

Sí, para hablar de la mujer no solo en el deporte, sino en la vida. La palabra «pionera» se queda corta para referirse a ellas. Por supuesto que ha habido hombres pioneros, pero es que las mujeres son eso mismo, salmones, han tenido que luchar contra la corriente; es tal el esfuerzo que hace el salmón al remontar el agua que cambia de color, sortea todo tipo de dificultades y aun así lo consigue, llega río arriba para desovar y morir. Cuando ha desovado puede irse porque la semilla ya está puesta. No encontré mejor alegoría para definir a la mujer en el deporte. Este libro habla de hitos deportivos, de legados, pero también de otras muchas cosas: la conciliación, la dificultad de ser madre y competir en deporte de élite, del mismo hecho de desear ser madre, ver cómo tu cuerpo cambia, habla de la regla, de cómo afecta la menstruación en las competiciones; hay deportistas que están diez meses sin sangrar para poder competir. El libro cuenta la realidad de las mujeres y su lucha desde muchos ángulos, hay capítulos dedicados a mujeres concretas, pero, mirado de lejos, este libro también es la historia de un país y de la lucha de la mujer en la sociedad.

¿Hasta qué punto las deportistas, hoy en día, siguen siendo eso mismo, mujeres salmón?

Todavía tienen mucho que remontar y lo están haciendo, remontando, a contracorriente. Para el epílogo del libro, he buscado un equipo mixto formado por diez chicos y tres chicas, de entre 10 y 13 años, quería preguntarles cosas. El equipo ganó la liga alevín de la tercera división provincial de Valladolid. Hablando con ellos me di cuenta de que hay muchos avances, por ejemplo, cuando les pregunté a ellos qué significaba jugar con chicas me miraban como si yo fuera una marciana, porque para ellos es lo más normal del mundo, y eso es fantástico. Primero se cambian ellas, luego ellos, y ellas pueden elegir los nombres de sus camisetas, en las que se lee Irene Paredes, Alexia, Aitana, Jenni… encuentran mujeres a las que seguir y parecerse, cosa que durante muchos años era impensable; una niña que quisiera jugar al fútbol quería ser Messi, porque ni siquiera sabía que había equipos femeninos de fútbol.

«Si puede haber equipos mixtos sin excesivas diferencias físicas, ¿por qué no?»

Eso le ocurrió a Virginia Torrecilla, quien fuera capitana de la selección española de fútbol…

Sí, hablamos de los 90… por lo menos entonces no se las condenaba, si querían jugar al fútbol, a quedarse en la portería, que es lo que siempre les tocaba, lo cuenta María Teresa Andreu, una de las primera futbolistas, y también lo cuenta Conchi Amancio, primera capitana de la selección femenina de fútbol de España en 1971. Por no hablar de lo que se gritaba desde las gradas, que hoy en día todavía se oye, que mejor aprendan a coger la fregona. A los chicos que juegan con chicas los llaman «nenazas». También hoy en día. Se han dado pasos importantes pero quedan mucho.

¿Te gustaría imaginar el deporte del futuro así, mixto, como ese equipo vallisoletano del que hablas, La Pedraja de Portillo, de Valladolid?

Por qué no, por lo menos que pueda haber la posibilidad. Es cierto que hay diferencias físicas insalvables, eso lo cuenta muy bien Dolors Ribalta, otra de las mujeres que se abrieron camino en el fútbol. Si puede haber equipos mixtos sin excesivas diferencias físicas, ¿por qué no? Hacen lo mismo y la palabra es la misma. Pero no solo en fútbol, sino en baloncesto, en motor, en cualquier disciplina.

Amelia del Castillo se convirtió en la primera mujer en dirigir un club de fútbol (Pinto). Para que cambie la atención, ¿deben llegar a los puestos directivos, a los espacios en los que se toman decisiones?

Absolutamente, esa es una de las principales cosas que hay que conseguir. Ana Muñoz, directora general de Deportes del CSD, cuenta que, cuando llegó al puesto, le sorprendió que, en un mundo como el deporte, con tantas mujeres practicándolo, apenas tuvieran representación en las juntas deportivas de las federaciones. «¿Cómo puede ser que a ninguna le interese llegar a puesto de la dirección?», se preguntaba. Le decían que a las mujeres no les interesaba, que preferían la familia. Ella impulsó una subvención a las federaciones que, durante determinado tiempo, incluyeran en sus directivas un 33% de mujeres y de repente hubo muchas que lo hicieron, luego el «problema» no era que las mujeres no quisieran. A veces, las cuotas son necesarias. Cuando vemos una mujer en un puesto directivo dentro del mundo del deporte hablamos de «woman in black»; todavía no estamos acostumbrados a verlas. Amelia fue un caso excepcional, hablamos de los años 50. Quería jugar al fútbol y la llamaban loca, trastornada, fulanilla. Y llegó a presidir el Club Atlético de Pinto. Se presentó y, como era algo tan descabellado, ni siquiera se les prohibía en sus estatutos.

Sandra Sánchez, oro olímpico en Tokio 2020, es considerada hoy como la mejor deportista de la historia en la modalidad de kata. ¿Es España un tanto madrastra con sus deportistas?

La historia de Sandra es… impresionante, la de una niña que veía los dibujos de «Bola de Dragón», e imitaba, junto a su hermano, esos movimientos y combates. Sus padres la apuntaron a ballet, y a su hermano, a lucha, pero ella insistió en que quería aprender kárate. Empezó a competir, ingresó en una residencia deportiva de alto nivel, pero a su madre le diagnosticaron un cáncer, y ella regresó a casa para estar con su familia. Por fortuna, su madre se recuperó pero cuando Sandra quiso volver a la competición de élite, ya se había vuelto invisible. Trabajó en una tienda de Decathlon, se fue a vivir a Australia, seguía ganando campeonatos, pero nadie la llamaba para representar a España, y la vida se le iba pasando. Hasta que la federación de Castilla-La Mancha le propuso empezar. Y se convirtió en la más grande. Sí, España es madrastra con las suyas. ¿Cuántas mujeres han sido campeonas y las hemos olvidado? En el mundo del deporte, sabemos quién es Lilí Álvarez, la primera deportista española presente en unos Juegos Olímpicos, los de París, en 1924, pero ¿quién la conoce? En cambio, nombres como Manolo Santana y Ángel Nieto están en la memoria de todos los españoles. ¿Quién sabe quién fue Carmen Valero, la primera atleta española en los Juegos Olímpicos de Montreal, en 1976? ¿Cuántos minutos de televisión se les ha dedicado?

«En este libro son todas las que están, pero no están todas las que son»

El libro abarca muchas disciplinas, judo, natación, atletismo, esquí… ¿Hay algunas modalidades deportivas que convierten doblemente en salmón a las mujeres que las practican? Pienso en un deporte tan minoritario como el bádminton que, sin embargo, Carolina Marín llevó a máxima audiencia.

Hay muchas antes que Carolina. Pienso en Mari Paz Corominas, que representó a España en los Juegos Olímpicos de México 1968, donde clasificó para la final en la prueba de 200 metros espalda… pero lo que ha hecho Carolina es impresionante. El bádminton en Asia es el gran deporte, los jugadores son como las grandes figuras del fútbol europeo, y ella ha conseguido ser número uno, una referente mundial nacida en Huelva, con tesón y lucha. Son muchas… en este libro son todas las que están, pero no están todas las que son.

¿Podríamos decir que muchas de estas mujeres son o fueron feministas sin saberlo?

Por supuesto. María Teresa Andreu o Conchita Mínguez, la primera mujer jockey profesional en España, cuando se aprobó la Constitución, acudieron a los organismos oficiales para reivindicar que no se discriminara a la mujer. Una recibió un portazo; la otra, una carcajada. Pero gracias a ellas, y a muchas otras, se hizo ley.

¿Qué nos enseñan?

Muchas cosas, la valentía, el esfuerzo, la lucha. Los hombres también, por supuesto, pero estas mujeres han llegado a lo más alto sin medios. Eso mismo veíamos este verano con la selección femenina de fútbol. ¿Qué pedían? Medios, medios para poder seguir compitiendo.

ARTÍCULOS RELACIONADOS

El mapamundi de la eutanasia

Jara Atienza

España ha aprobado hoy la ley de la eutanasia, convirtiéndose así en el quinto país del mundo en regularla.

COMENTARIOS

SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER

Suscríbete a nuestro boletín semanal y recibe en tu email nuestras novedades, noticias y entrevistas

SUSCRIBIRME