Transformar el paradigma empresarial sí es posible

Una serie de hitos colectivos han convertido al movimiento B Corp en uno de los actores más relevantes y creíbles del ecosistema de impacto en España y, hoy, llega el momento de abrir un nuevo capítulo, elevando este movimiento a un nuevo estadio.

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Hace apenas dos meses conmemoramos el octavo aniversario de la puesta en marcha de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030. Era la primera vez en la historia que como humanidad nos unimos con unos objetivos comunes que afectan a todas las personas y el planeta. 

El resultado a día de hoy, y en su paso del ecuador, es que más del 50% de las metas están muy lejos de lograrse y el 30% no han avanzado o incluso han retrocedido. Sin embargo, también hay buenas y esperanzadoras noticias como la tendencia de las empresas a medir su desempeño y reportar sobre sostenibilidad. De hecho, según la Red Española del Pacto Mundial de la ONU, el 70% de las empresas supervisadas publicaron recientemente informes de sostenibilidad, el triple que en 2016. 

Hoy se demuestra que las empresas que ya trabajan con criterios de triple impacto se recuperan antes de las crisis. Así lo vivimos tras la pandemia. Pero eso no es todo: según un informe elaborado por Deloitte y la Fundación Entorno, el 92% de los consumidores elegiría a igualdad de calidad y precio una opción sostenible y un 75% estaría dispuesto a pagar un 10% más. No obstante, estudios recientes de la UE también demuestran que el 53% de las empresas que se declaran sostenibles no lo son, y en el mundo actual no basta con parecerlo, hay que serlo. De ahí la importancia de medir el desempeño ambiental, social y gobernanza, y de cómo hacerlo. 

Pero sabemos que esto no es suficiente. Se sigue necesitando un cambio sistémico del modelo económico y empresarial que impulse definitivamente una economía más justa, equitativa y regenerativa para todas las personas y el planeta. Bajo este compromiso, la inversión de impacto ha movilizado ya más de un billón de euros y los fondos crecieron un 58% en España en el 2022, hasta alcanzar los 1.200 millones de euros, según un estudio reciente divulgado por SpainNAB. Se trata de inversiones con propósito que pretenden no solo la rentabilidad financiera, sino también beneficiar a la sociedad y al planeta de una manera mensurable.

En este escenario, el compromiso de las empresas con propósito va más allá de evaluar el impacto y cumplir con criterios de sostenibilidad. Estas compañías incorporan en sus estatutos el triple objetivo de generar valor económico, social y ambiental, a la vez que hacen públicos sus resultados de manera transparente. Asimismo, cumplen con elevados estándares en materia ambiental, social, económica y de transparencia, y asumen principios de buen gobierno corporativo orientados al interés tanto de accionistas, como de otros stakeholders como trabajadores, las comunidades locales o el propio medio ambiente. 

Es muy común pensar que el compromiso de estas empresas supone un freno a su rentabilidad. Sin embargo, según una muestra de 700 empresas europeas del movimiento B Corp, la comunidad más grande del mundo de empresas con propósito, hoy las casi 8.000 compañías que integran este movimiento, presente en 92 países y 161 industrias, mejoran sus resultados económicos anuales en un 31% de media y sus plantillas crecen un 32% de media al año, a la vez que son capaces de impactar positivamente en las personas y el planeta. 

En estos diecisiete años del inicio del movimiento B Corp en el mundo, y ocho ya en España, lo logrado no puede ser más alentador. Además de los resultados económicos, en materia medioambiental, el 70% de las B Corps utiliza energía renovable y el 67% realiza prácticas de conservación de agua, por poner algunos ejemplos. En el ámbito social y laboral, el 53% de estas compañías cuenta con una mayoría de mujeres directivas, liderando el camino hacia la igualdad de género en el mundo empresarial. Además, el 40% contrata a personas de colectivos vulnerables, apostando de forma proactiva por la inclusión social, y cerca del 75% ofrece beneficios financieros adicionales a sus empleados. Para seguir avanzando en esta dirección, hemos promovido iniciativas de escucha ciudadana e innovación democrática, como «El Futuro Es Ser B», que nos ha permitido involucrar a la ciudadanía para debatir acerca de cómo las empresas pueden mejorar la vida de las personas. 

Pero para lograr una transformación empresarial real, se requiere la movilización de todos los actores, también de la administración pública. En este sentido, otro hito del movimiento B Corp ha sido el impulso de la creación de las Sociedades de Beneficio e Interés Común (SBIC), una figura legal que no solo permite identificar a las empresas con propósito, sino que, además, las legitima y mejora la transparencia en torno a lo que se denomina propósito social y/o ambiental. Este nuevo marco jurídico, aún sin reglamento, entró en vigor el 30 de septiembre de 2022, gracias al apoyo de más de 30.000 firmas recogidas a través de Change.org, y el respaldo de 400 organizaciones y 50 personalidades relevantes en el país.

Hoy, el movimiento B Corp en España lo forman más de 230 compañías (y otras 100 más en proceso de incorporación); seis comunidades de cambio que impulsan a nivel local la transformación empresarial; un Círculo de Impacto B formado por 16 líderes empresariales con propósito; más de 400 Multiplicadores B, impulsores del cambio por toda la geografía española; y Barcelona +B, la primera Ciudad +B en España, integrada dentro de la iniciativa internacional Ciudades +B. 

Todos estos hitos colectivos han convertido al movimiento B Corp en uno de los actores más relevantes y creíbles del ecosistema de impacto en España y, hoy, llega el momento de abrir un nuevo capítulo, elevando este movimiento a un nuevo estadio. Para lograrlo, contamos con una hoja de ruta clara y ambiciosa: impulsar en todo el tejido empresarial la utilización de los altos estándares en sostenibilidad de B Lab, así como los programas y herramientas de medición y gestión de impacto; fortalecer y movilizar el movimiento B Corp como motor del cambio sistémico; y, por último, reforzar nuestra agenda de incidencia pública.

Pero todo esto no tiene sentido sin lo más relevante y lo que nos hace realmente diferentes como movimiento, que son las personas que componen esta extraordinaria comunidad: las personas B. Porque «Ser B» es convencimiento, autenticidad, rigor, determinación, energía, orgullo y pasión por esta nueva manera de entender la empresa que ya existe. Personas valientes que demuestran con el ejemplo y en comunidad que una economía inclusiva, equitativa y regenerativa para toda la sociedad y el planeta es posible. En medio de tantos desafíos, crisis hasta ahora inimaginables, y maneras ya obsoletas, necesitamos seguir inspirando a millones de personas y traducir nuestra visión en acciones colectivas que sitúen definitivamente a la economía de impacto en el centro de la acción empresarial. Porque «Ser B» es promover el nuevo modelo empresarial que sí promueve el beneficio colectivo. Gracias a todas y cada una de las personas que formáis este movimiento por ser y sentiros «B».

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