Biodiversidad

OFRECIDO POR
Banner

Renovables y naturaleza: una convivencia que florece

Las instalaciones agrovoltaicas ayudan a dinamizar la economía local y permiten repoblar aves, mamíferos e insectos en zonas de España donde estaban en peligro de desaparecer.

Artículo

Ilustración

Yvonne Redín
¿QUIERES COLABORAR CON ETHIC?

Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).

COLABORA

Artículo

Ilustración

Yvonne Redín

Si uno pasase por determinadas instalaciones solares en España, se podría encontrar con colmenas de abejas, con nidos de cernícalos autóctonos, con madrigueras de ciertos roedores o con setas y hongos que crecen a la vera de las placas fotovoltaicas. No, la naturaleza no se está revelando. Es el síntoma de su convivencia con las renovables. Y esta fórmula se ha bautizado como agrovoltaica: donde las plantas fotovoltaicas sirven de refugio para que el entorno vuelva a ser el que era mediante actividades agrarias o ganaderas sostenibles

Que se lo digan a los 10.000 habitantes de Bargas, en la provincia de Toledo, donde este abril comenzó un proyecto para habilitar un hogar para cernícalos primilla (Falcon naumanni) en la planta que allí tiene Iberdrola. Entre sus instalaciones se dan las condiciones de cobijo e intimidad que necesitan estas aves para procrear, además de disponer de su dieta habitual (insectos, pequeños mamíferos u otras aves). Según Syra Zemlia Díaz, técnico medioambiental encargada de la supervisión del proyecto por parte de Geacam (empresa pública adscrita a la Junta de Castilla-La Mancha), este es «un enclave idóneo para la reintroducción de los cernícalos primilla». 

Las plantas solares del programa Convive dan cobijo a cerca de 60 millones de abejas y a especies como el topillo de Cabrera

La compañía eléctrica lleva tres años realizando acciones de protección de la biodiversidad y acumula ya más de 1.450 enmarcadas en el programa Convive, que tiene un triple objetivo: impactar de manera positiva a nivel social, económico y ambiental en los lugares donde se ubican este tipo de instalaciones. Para que, en palabras de Marta Martínez, responsable de Análisis y Proyectos Especiales, Dirección de Cambio Climático y Alianzas de Iberdrola, «el desarrollo de las energías renovables se haga en armonía con las personas y la biodiversidad».

Uno de los principales indicadores de los efectos del cambio climático se detecta en la disminución de las abejas, insectos sobre los que recae gran parte de la polinización de las especies vegetales a nivel mundial: el 90% de las plantas con flores; el 75% de los cultivos alimentarios y el 35% de las tierras agrícolas dependen de su trabajo y el de otros insectos y animales.

Teniendo en cuenta su relevancia, este mes de mayo se han instalado 450 colmenas solares (por estar en parques fotovoltaicos) en la planta de Barcience, a pocos kilómetros de la de Bargas, para refugiar a miles de abejas. Hasta 60 millones en total si se tiene en cuenta que esta acción se ha realizado también en otras plantas donde ya hay 1.234 colmenas: otra de las principales es la de Arañuelo III, en Romangordo (Cáceres), donde hay 300. Aparte de proteger a estos insectos, esta fórmula permite obtener miel pura y de producción ecológica al estar libre de herbicidas. Además, para los apicultores supone trabajar en espacios seguros y libres de posibles robos. 

Paneles protectores de cultivos

Esta es la aplicación práctica de las tres principales líneas de actuación del programa Convive que desgrana Martínez: contribuir al desarrollo socioeconómico; salvaguardar la biodiversidad y aprender de la mano de expertos como, por ejemplo, los biólogos de EMAT (Estudios Medioambientales y Territoriales) para favorecer la repoblación del topillo de Cabrera, especie endémica de la Península Ibérica y que está en el libro rojo de los mamíferos terrestres de España del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco). «Los resultados obtenidos mediante los trabajos de campo en la planta de Ceclavín han superado todas las expectativas iniciales», señala Alfredo Ortega, biólogo de EMAT.

La sombra de los paneles solares protege a las viñas y mejora la calidad de la uva

Al mismo tiempo, la electricidad generada por los paneles solares permiten revalorizar al alza las explotaciones agrovoltaicas al hacerlas más eficientes y mejorar el rendimiento de la tierra. Un fenómeno que queda patente en el caso de los viñedos, como demuestra el proyecto piloto Winesolar en las tierras de González Byass y Grupo Emperador de la localidad de Guadamur (Toledo), donde se mejora la calidad de la uva al proteger las viñas con la sombra de los paneles. Estos incorporan seguidores inteligentes que hacen que se muevan al ritmo que lo hace el sol, como girasoles. 

A principios de noviembre, Iberdrola anunció un nuevo proyecto piloto, en este caso centrado en el cultivo de setas en la instalación fotovoltaica de Revilla-Vallejera, en Burgos. Las variedades chopo; ostra; shiitake y reishi crecerán vecinas a los paneles, así como distintas especies de hongos conocidas como trufas del desierto que crecen bajo tierra. Como sucede con la uva, la sombra de las placas permitirá mantener una humedad y temperatura óptimas para estos cultivos.

«Además, la mejora de los ecosistemas, que ya es observable en muchas de nuestras plantas fotovoltaicas, puede ir más allá de los límites de la instalación trasladando esas mejoras al entorno que la rodea a través de mayores recursos de alimento, variedad de flora, etc», completa Martínez. Es la filosofía que se refleja en el Plan Biodiversidad 2030 de Iberdrola para reducir o compensar los impactos en todas las fases de los proyectos. 

Perspectiva social

Las repercusiones de estas iniciativas tienen una clara dimensión social. Compatibilizan usos como el pastoreo, generan puestos de trabajo locales (directos e indirectos) y potencian sectores como la ganadería. El impulso se extiende por la cadena de valor hasta llegar a proveedores regionales y abre la posibilidad a que lleguen nuevas actividades económicas en otros sectores industriales. Los potenciales nuevos ingresos sirven, por tanto, para mejorar los servicios que se ofrecen en el municipio y que sean lugares más atractivos para atraer a nuevos vecinos.

Por si fuera poco, las colmenas solares han contribuido, en forma de miel, a ayudar a distintos fines sociales: se han donado botes a asociaciones de mujeres o residencias municipales de mayores y también ha servido para la elaboración y venta de dulces o productos típicos en mercadillos solidarios. El dinero recaudado, además, se ha destinado a los afectados por catástrofes humanitarias como la erupción del volcán de La Palma o el conflicto en Ucrania.

ARTÍCULOS RELACIONADOS

COMENTARIOS

SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER

Suscríbete a nuestro boletín semanal y recibe en tu email nuestras novedades, noticias y entrevistas

SUSCRIBIRME