Circularidad, la primera piedra de la ciudad del futuro

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Juan León García

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La gran diferencia entre los aproximadamente 5,2 kilómetros que tardaron en construirse 500 años entre la fuente de Neptuno y Plaza de Castilla, en Madrid, y la misma distancia que comprenderá todo el desarrollo urbanístico ya en marcha para la construcción del proyecto urbanístico Madrid Nuevo Norte (MNN) es que este último marcará un punto de inflexión en la circularidad de las ciudades. Será «una smart city dentro de otra smart city», esboza David García Núñez, presidente de Madrid Capital Mundial, una asociación promovida por el ayuntamiento madrileño que fomenta el ecosistema público-privado en la economía local y regional y que actualmente engloba a 187 compañías de ambos sectores.

El «mayor desarrollo urbano que habrá en Europa en los próximos 15 años» no ha hecho más que empezar. La circularidad, uno de sus ejes, estará presente, sin ir más lejos, en los propios cimientos de los edificios que se levanten.

La construcción también tendrá un papel clave para incorporar con éxito en este proyecto criterios sostenibles, cada vez más exigentes en línea con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de Naciones Unidas (ONU). Sobre todo por «la propia transformación interna de una actividad económica que representa en torno al 40% del total de la huella de carbono mundial», recuerda Mariano García, director de Sostenibilidad de Holcim, durante un encuentro organizado por la compañía y Ethic, moderado por Ana de Quinto, directora de EthicLab.

Este fenómeno irá in crescendo si no se toman medidas en el corto plazo: el 70% de los 9.700 millones de personas que se estima poblarán la Tierra para 2050 serán urbanitas, advierte la propia ONU. «Será imposible alcanzar los retos de descarbonización que nos hemos planteado si las ciudades y la construcción no juegan su papel», sentencia García.

El 70% de los 9.700 millones de personas que se estima poblarán la Tierra para 2050 serán urbanitas

Aquí es donde entra la dimensión filosófica de la arquitectura. Antes de deconstruir la ciudad, reflexiona Gregory Rondón Cardozo, responsable de Innovación en Distrito Natural Ecovivienda, habrá que conocer qué relación busca la sociedad con el planeta. Y bajo este prisma, encontramos que se trata precisamente de información: tanto de los materiales con los que se cuenta como del impacto que tienen en el sector. Por eso, indica, «el reto en España y en la Unión Europea (UE) es unificar criterios de medición de carbono».

La responsabilidad del sector no solo acaba en la construcción. Como recuerda García, se trata de una «responsabilidad doble»: primero, en la elección de materiales (hormigones, cementos y morteros verdes que «se pueden utilizar tantas veces como se quiera») y, después, en que los edificios resultantes sean «más eficientes y mejores para vivir».

Aunar sinergias

En el caso del consistorio madrileño, se ha espoleado la creación de hubs de innovación, tal y como han hecho también otras ciudades españolas como Sevilla o Bilbao. Cristina Sanabria Brassart, la consejera técnica del Centro de Innovación en Economía Circular (CIEC) explica que el reciente proyecto impulsado desde la capital tiene por objetivo ayudar al tejido empresarial (pymes y startups). Y lo hace a través de tres programas: uno para incubar nuevos proyectos, otro para acelerarlos y el último para hacer las empresas cada vez más circulares.

De fondo, la moraleja que se desprende es que sin colaboración público-privada no será posible hacer realidad en un corto periodo de tiempo las ciudades circulares. Sanabria concreta que hará falta que sea una colaboración «multinivel», en la que participen «empresas con capacidad tractora», pero sin desatender a las pymes (el 99% del tejido empresarial de nuestro país). Para García Núñez hará falta que ambas partes «asuman los mismos riesgos» en este proceso, previa actualización de la legislación vigente, que se remonta al año 2006.

Sin ir más lejos, el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) del ayuntamiento es de 1997, aunque el actual gobierno local ya ha planteado la necesidad de abordarlo. «Eso abre al ayuntamiento la posibilidad de hacer cambios regulatorios en el sentido que requiere la sociedad», agrega Sanabria, en el sentido de acometer un profundo cambio tanto en equipamientos públicos como en un nuevo concepto de gestión de los residuos o en otro aspecto crucial de las ciudades circulares: ¿qué hacer con el parque inmobiliario obsoleto?

Mariano García (Holcim): «Será imposible alcanzar los retos de descarbonización que nos hemos planteado si las ciudades y la construcción no juegan su papel»

Según el último informe de Green Building Council España (GBCe), hasta un 55% de las viviendas residenciales es anterior a 1980, cuando la legislación no contemplaba ni de lejos conceptos como sostenibilidad o eficiencia energética. Para el portavoz de Holcim, refleja que si no se acomete esa parte, aunque se construya MNN «con cero huella», se seguirán arrastrando las emisiones de este parque inmobiliario. «La rehabilitación es un problema que acometer rápido, definir sus criterios y de dónde vendrá la financiación», alerta.

La empresa proveedora de soluciones para la construcción sostenible ha puesto en marcha un barómetro junto a Bloomberg para medir la circularidad de las ciudades. De las 60 que se han sumado hasta el momento, Madrid ocupa la mitad de la tabla. Un ranking que busca poner de relieve que «el reto de descarbonizarnos va a ocurrir en las ciudades».