Sociedad

El delirante mundo de los cruceros

La oferta actual de viajes a través del mar incluyen todo tipo de opciones basadas en aficiones o estilos de vida. Es posible encontrar trayectos enfocados en series como ‘Juego de Tronos’ o ‘The Walking Dead’, itinerarios temáticos de música country, rutas nudistas o navíos que dan la vuelta al mundo.

¿QUIERES COLABORAR CON ETHIC?

Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).

COLABORA
22
agosto
2023

A la hora de pensar en el sitio donde pasar las vacaciones, la cifra de personas que opta por un crucero se va incrementando año tras año, lo que supone que el negocio del viaje marítimo esté viviendo un momento álgido. Si no tenemos en cuenta el impacto medioambiental que genera, el beneficio demuestra rentabilidad: en España, el sector obtiene –y va en aumento– alrededor de 1.300 millones de euros anuales. Precisamente por eso, al igual que ocurre con el resto de viajes vacacionales, cuando un servicio se vuelve de masas es necesario ampliar la oferta existente y ofrecer cada vez mayores alicientes.

Quienes deciden optar por este tipo de vacaciones buscan una experiencia única y especial. Conseguirlo o no depende de múltiples circunstancias, aunque quizá sea mejor ir sin expectativas para que evitar que suceda como a David Foster Wallace. En su obra de no-ficción Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer, el escritor estadounidense elaboró una crónica mordaz basada en su experiencia en un crucero de lujo por el Caribe durante una semana. Además del objetivo de que el pasaje viva en una felicidad contante, reflejado en una atención exacerbada y una sonrisa permanente del personal empleado, Wallace critica la deshumanización, las jerarquías y a los personajes excéntricos que observa a bordo.

Pero si nos alejamos del viaje que llevó a cabo el escritor en la década de los años 90, en la actualidad navegar durante días a través del océano se ha popularizado, incluso con opciones low-cost. Precisamente debido a ese éxito, además de piscinas, discotecas, restaurantes y animación variadas, las compañías han decidido rentabilizar más estas rutas y organizar algunos viajes realmente sorprendentes. Quienes tienen tiempo suficiente o una economía más que desenvuelta pueden optar por los cruceros vuelta al mundo, como el que organiza MSC Cruceros para enero de 2024. Partirá desde Barcelona y realizará un un itinerario de 119 días, llegando a 31 países y 52 destinos. ¿Cuatro meses de viaje por mar parece increíble? Pues se puede superar de manera exponencial. El MV Gemini, de la compañía Life at Sea Cruises, navegará durante tres años, llegando a 75 puertos en 135 países.

La lista de cruceros temáticos cuenta con opciones ‘fitness’, zumba, LGTBI o ‘singles’, así como incluso con alguno para amantes de los gatos

Si la duración de esas rutas resulta sorprendente, no lo son menos algunas de las ocurrencias que se han organizado a bordo de estos mastodónticos navíos. El Walker Staker tuvo el objetivo de deleitar al público seguidor de la popular serie The Walking Dead. Realizó cuatro travesías entre 2017 y 2018, ofreciendo actividades como bailes de disfraces o sesiones de maquillaje zombie. Eso sí, el aforo estaba limitado a 2.500 personas. Otro de los cruceros más curiosos, también cinematográfico, es el dedicado a Star Trek: un itinerario de siete días por el Caribe a bordo del Mariner of the Seas simulando un viaje por el espacio que, además, contaba con actores y actrices de la serie. Juego de Tronos también tiene su propio itinerario marítimo, aunque en este caso se recorren las principales localizaciones de Irlanda del Norte en las que se grabó la serie.

Pero el cine no es la única pasión en las que se han centrado estos buques. Los cruceros musicales se han convertido en otra opción demandada. La compañía Norwegian Cruise Line oferta viajes a través del mar centrados en las preferencias melódicas: de rock, pop moderno, country o salsa, entre otros. No se trata solo de escuchar la música favorita, sino de disfrutar de conciertos de artistas de espectáculos en directo.

Por supuesto, si hablamos de verano, calor, sudor y necesidad de refrescarse, tampoco podían faltar los cruceros nudistas. Aunque lo parezca, no son de creación actual. La compañía Bare Necessities fue una de las empresas navieras pionera en estos viajes sin ropa en los años 70 y 80 del siglo pasado, y ya llenaba cruceros con 600 personas. 

La lista de cruceros temáticos podría continuar con opciones fitness, zumba, LGTBI o singles, es decir, prácticamente todas las posibilidades que también se encuentran en tierra, pero durante varios días sin descanso en una experiencia inmersiva. Faltaría mencionar los cruceros centrados en el ganchillo y punto de aguja, o aquellos especializados en el mundo gatuno, donde pasar horas realizando actividades relacionadas con el universo felino.

No sabemos lo que pensaría Foster Wallace si volviera a la vida y se embarcara en una de estas curiosas expediciones, aunque probablemente, re-escribiría lo que ya expresó en su ensayo: «Me sentí desesperar. La palabra se ha banalizado ahora por el exceso de uso, desesperar, pero es una palabra seria, y la estoy usando en serio. Para mí denota una adición simple: un extraño deseo de muerte combinado con una sensación apabullante de mi propia pequeñez y futilidad que se presenta como miedo a la muerte. Tal vez se parezca a lo que la gente llama terror o angustia. Pero no acaba de ser como esas cosas. Se parece más a querer morirse a fin de evitar la sensación insoportable de darse cuenta de que uno es pequeño, débil, egoísta y de que, sin ninguna duda posible, se va a morir. Es querer tirarse por la borda”.

ARTÍCULOS RELACIONADOS

COMENTARIOS

SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER

Suscríbete a nuestro boletín semanal y recibe en tu email nuestras novedades, noticias y entrevistas

SUSCRIBIRME