Dime cómo es tu proveedor, y te diré si eres una empresa sostenible
Para garantizar la sostenibilidad de una empresa hace falta extender los criterios ESG más allá de la firma. Así, los proveedores se han convertido en una pieza clave para asegurar el cumplimiento de las normativas ambientales y sociales durante toda la cadena de valor.
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Un sello de color verde, o una pegatina con la famosa leyenda ‘ecofriendly’, han dejado de ser garantía de que un producto (que puede lucir magnífico en una estantería) sea el resultado de buenas prácticas sostenibles. En pocas palabras, el ‘greenwashing’ es un tema más complejo de lo que hemos creído hasta ahora, porque hay una pregunta que cada vez más clientes se hacen: ¿las normativas medioambientales de una empresa se cumplen a lo largo de toda la cadena de suministro al margen del sello ‘verde’ que ostente un producto? La duda no es en vano, pues la posibilidad de que en algún punto de la producción se generen emisiones contaminantes, o se incumplan los criterios de responsabilidad social, son altas, ya que, hasta ahora, no todas las empresas tienen como estándar el minucioso monitoreo de sus proveedores.
Si uno compra un zumo de manzana o un pan de molde en el supermercado, o quizá unas zapatillas de moda, o un tinte para el pelo, y sabe que las respectivas empresas productoras siguen lo establecido por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ¿realmente existe una garantía de que lo hagan en todos los niveles de la producción, el transporte, la distribución, y el servicio? La realidad nos ha demostrado que es muy difícil comprobarlo. Un estudio de la consultora internacional McKinsey sostiene que entre el 80 y el 90% de las emisiones de gases de efecto invernadero son de «alcance 3». Esto quiere decir que la contaminación ocurre a lo largo de la cadena de producción. En resumen, ese fenómeno, desde el punto de vista del cliente que compra el zumo, el pan, las zapatillas o el tinte, resulta muy difícil de detectar. Esto da lugar a malas praxis que ponen en jaque a las garantías de sostenibilidad.
Debido a esta situación, sabemos hoy que el monitoreo de los proveedores ya es una variable indispensable de la fórmula para alcanzar los más altos estándares de calidad de una empresa. Y también sabemos que cada una de las partes involucradas en la cadena suma. Por eso mismo, los criterios ESG (ambientales, sociales y de buen gobierno) están siendo aplicados no solo a la matriz sino a cada una de las empresas que participan en el proceso y el suministro.
Los proveedores: la clave hacia la sostenibilidad integral
Con todo, es posible garantizar que durante toda la cadena de producción las buenas prácticas puedan cumplirse. Una manera es considerar al proveedor como un elemento imprescindible para alcanzar la sostenibilidad real, como en el caso de MAPFRE. Desde 2019, esta multinacional española ha homologado a más de 5.000 proveedores en países como Estados Unidos, Alemania, Brasil, Perú y México, además de España. ¿Cuál es el objetivo de esta medida? Incorporar progresivamente prácticas ambientales, sociales y de buen gobierno en todos los procesos, algo que permite, como sostienen en la empresa aseguradora, «reforzar la relación con los proveedores, ofrecer el mejor servicio a los clientes, y promover su compromiso con la sostenibilidad».
Para 2024, el 100% de los proveedores de MAPFRE estarán homologados con los criterios ESG
Como parte de una metodología corporativa, MAPFRE tiene una estrategia de sostenibilidad con la que se ha comprometido a que el 100% de los proveedores de la red preferente de hogar, coches y salud, así como aquellos relacionados con todas sus compras, estén homologados con los criterios ESG para 2024. Un compromiso de homologación que forma parte del plan de Sostenibilidad 22-24 y suma a #LaParteQueNosToca.
La compañía, además, ha puesto especial ahínco en los derechos humanos, la seguridad laboral y la salud de sus trabajadores, además de la lucha contra la corrupción y la seguridad de la información. También, por supuesto, tiene como prioridad el más estricto cumplimiento de las normativas medioambientales. Cada uno de esos aspectos son evaluados con una puntuación de 0 a 100, lo que permite más adelante poner en marcha planes de acción específicos para que cada uno de ellos identifique las áreas de oportunidad y los potenciales a desarrollar.
Por último, cabe destacar que esta compañía trabaja con más de 145.000 proveedores y factura con ellos alrededor de 4.440 millones de euros al año. Entre las acciones para la promoción de una actuación ética y socialmente responsable está el rechazo a cualquier tipo de discriminación laboral y acoso, el trabajo infantil y la corrupción. Además, la compañía también cuenta con un área de formación para lograr que cada entidad involucrada en la producción aumente su compromiso con el desarrollo sostenible.
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