Proteger la diversidad

Artículo

Luis Miguel Peña

La diversidad es un valor fundamental. Reconocer, respetar y celebrar las diferencias individuales nos enriquece y fortalece como comunidad. En los últimos años hemos avanzado mucho en este terreno, no hay duda, pero todavía existen barreras y prejuicios que dificultan la plena inclusión del colectivo LGTBIQ+. Aún hay quien pone en duda que el respeto hacia todas las identidades de género y orientaciones sexuales es fundamental para construir una sociedad más justa.

Estos son días en los que se escucha y se habla mucho de la defensa de los derechos del colectivo. Ahora bien, ¿es una conversación positiva y constructiva o negativa y destructiva? En LLYC hemos hecho un ejercicio profundo de análisis empleando técnicas de big data e inteligencia artificial (IA). El equipo de Deep Digital ha analizado más de 12 millones de publicaciones en redes sociales –de casi 780.000 perfiles en el caso de España– entre 2019 y 2022. En total, han sido analizados 169 millones de mensajes en los 12 países en los que está presente la firma. Lo hemos hecho porque es la mejor manera de entender bien las dinámicas de una conversación y recomendar a las compañías cómo pueden prevenir riesgos y aprovechar oportunidades de poner en valor sus avances reales en políticas de diversidad, inclusión e igualdad. Las conclusiones del informe son reveladoras. La cara más amable, que la hay, es que en España los tuits de apoyo al colectivo todavía son mayoría, algo que no pasa en otros países como Ecuador, Chile o Perú. La más preocupante, sin embargo, es que el discurso de odio ha ido ganando terreno en los últimos años. En una sociedad tan polarizada como la actual, el hecho de que aumente el señalamiento, los insultos o la difamación hacia este colectivo hace más compleja la intervención constructiva de las marcas en esta conversación.

¿Cómo podemos cambiar la tendencia a la polarización y el riesgo de los discursos destructivos? Desde luego, es clave seguir impulsando el compromiso con la tolerancia y la diversidad desde los educadores, las familias, los legisladores y los gobernantes, además de los medios de comunicación y los líderes de opinión, pero las empresas tienen cada vez un papel más importante en este asunto. Además de impulsar cambios reales en términos de protección y promoción de la diversidad en el sentido más amplio, con políticas y programas que aceleren el cambio, las marcas y las corporaciones pueden jugar un papel decisivo en la conversación social. Más allá de los gestos puntuales y de los logotipos modificados temporalmente, hay un espacio disponible para influir en la construcción de una cultura más diversa y tolerante. Los hallazgos de un estudio profundo de esta conversación como el que hemos realizado permiten conocer las dinámicas, los asuntos y los enfoques que ofrecen la oportunidad de intervenir en positivo y seguir construyendo soluciones en colaboración con otros.

En los últimos años hemos avanzado mucho, pero todavía existen barreras y prejuicios que dificultan la plena inclusión del colectivo LGTBIQ+

El mayor riesgo de una conversación polarizada es que el silencio se convierta en una posición más cómoda, pero que será leída por consumidores, empleados y otros grupos como un abandono del compromiso de las marcas por construir una sociedad mejor. La mejor noticia es que un buen análisis como el que hemos realizado demuestra que existen maneras de seguir actuando, conociendo mejor el terreno para no abandonar el papel transformador que deben tener las empresas que quieran ser relevantes.

En definitiva, es fundamental que todos creamos y trabajemos por la diversidad. Sí, creer en ella los 365 días del año. Solo así tomaremos medidas para protegerla, promoveremos el respeto y la inclusión, la igualdad de oportunidades y contrarrestaremos el discurso de odio. Es un trabajo conjunto, de país. Otro más, pero merece la pena: juntos, ganaremos en convivencia y valores.

Luis Miguel Peña es CEO de LLYC en Europa.