Cultura

Tecnología para la arqueología literaria

La inteligencia artificial ha ayudado a los investigadores a descubrir una obra de teatro inédita de Lope de Vega, que permanecía clasificada como anónima en la Biblioteca Nacional de España. ¿Podrá la tecnología servir para recuperar tesoros literarios perdidos?

¿QUIERES COLABORAR CON ETHIC?

Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).

COLABORA
17
mayo
2023

La francesa Laura, una obra de teatro de finales del siglo XVII que se había mantenido anónima hasta la fecha en el fondo de manuscritos de la Biblioteca Nacional de España (BNE), fue escrita –al parecer–  por Lope de Vega, uno de los poetas más importantes del Siglo de Oro. La hipótesis de atribución del manuscrito fue posible gracias a arqueología literaria: la unión de la inteligencia artificial (IA) y el análisis filológico tradicional. Los investigadores de las universidades de Valladolid y Viena, de la BNE y del Grupo Prolope de la Universidad Autónoma de Barcelona llegaron a la conclusión de que Lope de Vega escribió la obra unos cinco años antes de su muerte, alrededor del año 1630.

Pero ¿cómo fue el proceso para atribuir la autoría cuando esta comedia nunca había sido relacionada con el dramaturgo?

Primero, los investigadores utilizaron una herramienta llamada Transkribus, con origen de la Universidad de Innsbruck, que permitió transcribir automáticamente y con bastante precisión toda la obra de teatro. Esta fue entrenada con tres millones de palabras de otros textos para reconocer las letras autónomamente. Alrededor de 1.300 obras teatrales del Siglo de Oro han sido procesadas por la herramienta y convertidas en textos digitales en cuestión de horas. El resultado final no es perfecto, claro, pero lo cierto es que una tarea de transcripción de semejante magnitud le habría llevado a un equipo tradicional años de trabajo.

Solo en el fondo de manuscritos de la BNE hay 85.000 obras anónimas y la IA podría ayudar a identificar su autoría

Después, la transcripción fue pasada a la plataforma ETSO (Estilometría aplicada al Teatro del Siglo de Oro), un proyecto dirigido por los investigadores Álvaro Cuellar y Germán Vega, que funciona como una base de datos compuesta por 2.800 comedias de 350 dramaturgos de la época. Finalmente, otro programa llamado Stylo comparó el texto introducido en la base de datos de ETSO y, mediante elaborados procesos de machine learning (aprendizaje automático de las máquinas), clasificó «obras como escritas o no por Lope de Vega con aciertos superiores al 99%», de acuerdo con la BNE. Los análisis tecnológicos se basaron en el uso de las palabras más frecuentes: con La francesa Laura, la IA encontró que los usos léxicos estaban alineados con 100 obras, casi todas de Lope de Vega.

Una vez la IA había hecho su trabajo, fue el turno de las investigaciones filológicas tradicionales, que incluyen la versificación, la ortología y el estudio de los ecos lopescos. Estas consisten en revisar la métrica habitual de las obras de Lope de Vega, su empleo de los diptongos, hiatos y sinalefas, y la coincidencia de estructuras léxicas y de ideas. Después de estos análisis se llegó a la conclusión de que la comedia encajaba con la etapa artística final del poeta español. Y pronto podrá llegar a los lectores: el Grupo Prolope, de la UAB, constituido por expertos en Lope de Vega, está preparando una edición de La francesa Laura, que será publicada por la editorial Gredos.

En los últimos años, la IA se ha convertido en una herramienta altamente efectiva para la investigación en todos los ámbitos y se cree que podría seguir siendo un insumo importante para la arqueología literaria. «Han tenido que ser los fríos ojos digitales, inasequibles a las meras apariencias, los que han puesto ante nosotros la evidencia de que no es una obra huérfana más», escriben Cuéllar y Vega en el Anuario Lope de Vega.

Actualmente –y en especial con el boom del ChatGPT–, la inteligencia artificial ha estado demostrando su eficiencia –a veces vertiginosa– para acelerar procesos en prácticamente cualquier área. Y el descubrimiento de esta obra de Lope de Vega podría ser solo un paso en el camino para las investigaciones en filología. Si bien es cierto que no es infalible, como explica la BNE, «la IA se ha revelado como una gran aliada para la disciplina histórico-filológica, una ayuda para la resolución de problemas y para la optimización del tiempo y los procesos, con una potencia de procesamiento inusitada hasta ahora, que ha conseguido descubrir una aguja en un pajar».

Y seguramente no será la única. Solo en el fondo de manuscritos de la BNE hay 85.000 obras anónimas, de las cuales 11.000 son de teatro.

ARTÍCULOS RELACIONADOS

COMENTARIOS

SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER

Suscríbete a nuestro boletín semanal y recibe en tu email nuestras novedades, noticias y entrevistas

SUSCRIBIRME