Siglo XXI

«Cuanto más iluminamos nuestro mundo, más nos encerramos en nuestra pequeña burbuja»

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21
abril
2023

El miedo a la oscuridad es ancestral y está en nuestros genes. En el pasado era útil porque nos protegía de los peligros de la noche. Por eso también desde entonces la hemos intentado doblegar primero con fuego y después con luz artificial. Pero a día de hoy esto está suponiendo un problema para nuestra salud y la de los seres que nos rodean. Por ello quizá ha llegado el momento de resignificarla y poner en valor sus beneficios, como hace la periodista Sigri Sandberg en su libro ‘Oda a la oscuridad‘ (Capitán Swing).


¿Cómo definiría exactamente la oscuridad?

Puede definirse de muchas maneras, dependiendo de si eres un astrónomo, un oftalmólogo, un sacerdote o un poeta. En mi libro intento escribir sobre distintos tipos de oscuridad y uno de los enfoques que más me gusta es que no existe realmente porque en el universo siempre hay algo de luz. Lo que pasa es que el ojo humano no está lo suficientemente bien construido, por lo que no siempre podemos verla.

Se trata de una palabra que relacionamos con conceptos negativos y que siempre hemos intentado combatir, primero con fuego y ahora con luz artificial. Pero, ¿no estamos llegando a un punto en el que nos debería preocupar más su ausencia?

Sí, así es. Aunque tenga mala fama en todo, desde la religión hasta la historia, necesitamos la oscuridad para dormir, ya que ayuda a producir la melatonina, también conocida como la hormona del sueño.

Aunque la necesitemos, la contaminación lumínica afecta a un 85% de la población del planeta. ¿Cómo perjudica a nuestra salud y bienestar?

Como todos sabemos, necesitamos dormir. Si la luz artificial nos perturba de noche, la producción de melatonina puede pararse y por lo tanto darnos problemas de sueño. Somos animales diurnos subtropicales con un ritmo circadiano, lo que significa que necesitamos tanto oscuridad como luz. Tanto actividad como descanso. Y es la historia de siempre, de cómo el ser humano se aparta de lo natural sin saber las consecuencias. Además de que la oscuridad no solo es necesaria para los humanos, sino también para otros animales, para las plantas… Para todos los seres vivos.

«Somos animales diurnos subtropicales con un ritmo circadiano, lo que significa que necesitamos tanto oscuridad como luz»

¿Por qué deberíamos defender la oscuridad? ¿Qué beneficios trae tanto para los seres humanos como para el resto de seres? 

Debemos defenderla para proteger nuestro sueño y nuestros ritmos. Y para todos los demás seres que cohabitan con nosotros y que la necesitan: insectos, ranas, pájaros, árboles… La naturaleza en general. Todo necesita descanso. También deberíamos protegerla por las estrellas. A día de hoy es casi imposible observarlas en una gran ciudad. ¿Cuándo fue la última vez que viste un cielo estrellado? Mirar hacia arriba y observar la Vía Láctea, nuestra propia galaxia, es una experiencia grande y hermosa.

A lo largo de la historia, el cielo estrellado ha funcionado como un motor de conocimiento para todas las culturas. Entre otras funciones, ha servido como guía en la noche o ha advertido los cambios de estación.

Tenemos que defender el cielo estrellado por varias razones. Mirar hacia el universo es una experiencia de la naturaleza que va más allá de la fantasía, y cuantas más estrellas se ven, más fantástico resulta. Una experiencia que recomiendo hacer acompañado. Si es alguien que pueda contarte un poco sobre las estrellas y el universo y nuestra historia desde esa perspectiva, mejor. Cuanto más iluminamos nuestro mundo, más nos encerramos en nuestra pequeña burbuja. Si el cielo estrellado es importante como experiencia de la naturaleza, su conocimiento es trascendental por muchas otras razones, como tener una perspectiva de quiénes somos en este mundo. Además, los astrónomos necesitan la oscuridad para explorar el universo. Hoy en día  saben mucho, pero queda más por explorar. La mayor parte del universo sigue siendo un misterio.

¿Y qué perjuicios trae la ausencia de oscuridad?

Tener problemas para dormir es uno de los mayores problemas de salud del mundo. Es algo realmente grave y viene acompañado de muchos otros efectos negativos para la salud. Tanto los problemas físicos como los mentales pueden estar relacionados con la falta de sueño. A los animales también les trae problemas. Los insectos se sienten atraídos por la luz nocturna y mueren, a las ranas las ciegan las luces de los coches y a los pájaros les molesta en sus paseos por los océanos, donde pueden quedar atrapados sobre una plataforma con luz artificial.

«La ausencia de oscuridad es más aterradora que la propia oscuridad»

Tomas la palabra oscuridad, que normalmente ligamos a atributos negativos, y la resignificas. Demuestras que puede ser buena, ¿no?

Creo que debemos cambiar nuestra relación con la oscuridad. Esto pasa por intentar ver que puede ser buena, que puede ser suave, que puede ser algo en lo que podemos descansar y escondernos. Cuanta más luz pongamos en el mundo, menos veremos las cosas que hay fuera de nuestra pequeña burbuja.

¿De dónde nos viene ese miedo a la oscuridad? ¿Puede ser que nazca del miedo a la incertidumbre?

El miedo a la oscuridad viene de nuestros genes, desde hace mucho tiempo. Y en cierto modo es inteligente tenerlo un poco. No sirve de nada dar tumbos en la oscuridad, en el bosque o en la montaña, ya que puede haber enemigos de todo tipo también hoy. Nuestro sentido más importante, la vista, está mermado –no somos animales nocturnos, y por supuesto esto llena las circunstancias de incertidumbre–. Pero como ya he dicho antes: necesitamos la oscuridad para dormir, para descansar. Mi punto de partida fue el miedo, mi propio miedo a la oscuridad. Me fui a una pequeña cabaña en las montañas para poner a prueba mis propios límites, como una especie de terapia de exposición, y eso me hizo bien. Sigo teniendo un poco de miedo cuando todo está totalmente oscuro y estoy sola, pero ahora creo que la ausencia de oscuridad es más aterradora que la propia oscuridad.

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