Del círculo vicioso al círculo virtuoso
La sostenibilidad debe tener dos caras: una conectada con los recursos y otra con las personas. Es lo que ejemplifica la nueva planta de Noblejas del proyecto ReNueva de Danone: alargar la vida útil de los plásticos a través del reciclaje y proporcionar un empleo a los más vulnerables.
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Renunciar al sofá después de un agotador día de trabajo o desperezarse para preparar una cena saludable puede resultar complicado. Pero si no se rompe con esta rutina en el día a día, la falta de ejercicio y la mala alimentación nos harán sentirnos cada vez más cansados, lo que hará todavía más difícil cambiar de hábitos. Un proceso similar está viviendo el mundo. El esquema de usar-consumir-tirar alimenta la contaminación, el aumento de las temperaturas y la degradación de los ecosistemas, lo que tiene un impacto directo en la disponibilidad de recursos y en la sostenibilidad del aparato productivo, económico y social.
Además del pequeño esfuerzo de salir de casa o de limitar la comida basura se pueden emprender acciones que ayuden a regenerar los entornos naturales, a reducir las desigualdades y a mejorar el progreso económico. Con ese pequeño –gran– compromiso se puede revertir el ciclo y transformar el paradójico círculo vicioso de la linealidad en un círculo virtuoso sostenible.
La nueva planta de selección de envases en Noblejas (Toledo), parte del proyecto ReNueva de Danone, es un buen ejemplo. Durante la inauguración, el director general de Danone Iberia, François Lacombe, resumió el impacto del proyecto en sus tres vertientes: la material, la humana y la ambiental. «Por un lado, incorpora más material PET a la cadena de valor, lo que evita así el abandono de residuos en el medio ambiente y proporciona material de calidad al negocio», explicaba, «y, al mismo tiempo, integra a personas en situaciones de vulnerabilidad».
Costas: «Del cambio climático y la biodiversidad depende la existencia de nuestro mundo físico y, de la inclusión laboral, que el social no se destruya»
De hecho, prevén crear en esa planta al menos 15 puestos de trabajo al año dirigidos a personas con discapacidad o en paro de larga duración, que se suman a los 80 empleos sociales establecidos desde 2019 gracias a la Escuela de Reciclaje de ReNueva. Estas cifras cobran especial relevancia si se atiende a la situación de exclusión social en España: únicamente el 34,6% de las personas con discapacidad en edad laboral estaban activas en 2021, como publica el INE, y más de dos millones de españoles se encuentran en una situación de paro de larga duración.
«Hemos entrado en una nueva era en la que las sociedades, especialmente las democráticas, vamos a tener que gestionar los desafíos que tenemos por delante de forma diferente a como lo hemos hecho hasta ahora», señaló el presidente del Consejo Económico y Social de España, Antón Costas, presente en la inauguración. «Si no somos capaces de dar respuesta a estos dos desafíos, la civilización que hemos conocido tendría que transformarse de forma radical. Del cambio climático y la biodiversidad depende la existencia de nuestro mundo físico y, de la inclusión laboral, que nuestro mundo social no se destruya», defendió.
«Estamos asistiendo a una transformación global sin precedentes en la que todos y cada uno tienen una parte de responsabilidad y el sector público y privado tenemos la obligación de trabajar de forma conjunta», señaló Hugo Morán, secretario de Estado de Medioambiente, y destacó que: «Sin iniciativas como esta, el objetivo de construir una economía verde y sostenible sería inalcanzable». ReNueva es, en este sentido, un ejemplo del esfuerzo necesario que, en este momento clave, puede accionar ese –no tan gran– cambio que se necesita para entrar en el círculo virtuoso del desarrollo sostenible.
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