Medio Ambiente
Cinco medidas verdes desde el corazón de Europa
Productos más longevos gracias a las reparaciones o una alimentación más verde. Esas son algunas de las líneas por las que apuesta Europa para un futuro –y un presente– mucho más verde.
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COLABORA2023
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De cara a la degradación del medio ambiente y a la actual crisis climática, el Pacto Verde Europeo plantea las bases para un uso eficiente de los recursos en la Unión Europea. La idea es garantizar que el crecimiento económico esté disociado de estos y que para 2050 se hayan dejado de emitir gases de efecto invernadero.
La economía verde plantea acciones que van desde la descarbonización energética, la eficiencia de los edificios, la innovación industrial a la inversión en tecnologías respetuosas con el medio ambiente. Uno de los focos principales es la producción de residuos, tanto plásticos como electrónicos. Estos últimos son el flujo de desechos con mayor crecimiento en el mundo: solo en 2019, se desecharon más de 53 millones de toneladas. A continuación, cinco de las medidas que está tomando la Comisión Europea para ahorrar energía y generar menos residuos.
El cargador universal
Para finales de 2024, todos los teléfonos móviles, cámaras digitales, tablets, auriculares, consolas de videojuegos, teclados, ratones y altavoces portátiles que se vendan en la Unión Europea deberán tener un puerto de carga USB de tipo C. Para 2026, se incluirá también en ese listado a los ordenadores portátiles. El cargador universal fue aprobado en octubre de 2022 como una forma de reducir los asfixiantes residuos electrónicos. El objetivo es que los consumidores no necesiten un cargador distinto cada vez que compren un dispositivo nuevo, independientemente del fabricante.
De esta manera, además de reutilizar los artículos de los que ya se dispone, se eliminaría también el efecto lock-in, que hace que un cliente se vuelva dependiente de una sola marca. La Comisión Europea calcula que los consumidores ahorrarán hasta 250 millones de euros al año en la compra de cargadores innecesarios. Aquellos que son desechados o no utilizados representan unas 11.000 toneladas anuales de residuos electrónicos en la UE.
El derecho a reparar
¿A quién no le ha pasado que, justo después de extinguirse la garantía, un dispositivo deje de funcionar? ¿O que una nueva actualización haga que el móvil y el ordenador se vuelvan lentos? Bruselas está apostando por el derecho a la reparación para que se diseñen productos más duraderos y sostenibles. Esto involucra también la producción ética, la estandarización y la información clara tanto sobre la reparación como el mantenimiento de forma gratuita.
La Comisión Europea calcula que los consumidores ahorrarán hasta 250 millones de euros al año en la compra de cargadores
De acuerdo con una encuesta del Eurobarómetro, el 79% de los ciudadanos de la UE cree que se debe exigir a los fabricantes que faciliten la reparación de los dispositivos electrónicos. Para los eurodiputados, también es necesario plantear incentivos para que los consumidores elijan la reparación en vez de la sustitución, así como la ampliación de las garantías y la recepción de un aparato sustituto mientras se repara el actual. Asimismo, se requieren normas armonizadas de información en los puntos de venta para que el comprador sepa cuál es la vida útil estimada de un producto, sus repuestos, los servicios de reparación y la disponibilidad de actualizaciones informáticas.
Circularidad de residuos plásticos
Los envoltorios de la comida a domicilio, las bolsas de los productos comprados por internet, la caja en la que vienen los arándanos, la bolsa que envuelve el brócoli… Un ciudadano europeo genera en promedio unos 180 kilos de residuos plásticos al año. De no revertir la tendencia, la cifra podría aumentar a 215 kilos en 2030. Por esta razón, la Comisión Europea ha propuesto reducir en un 15% los residuos de envases producidos en los Estados miembros para 2040.
Ya ha entrado en vigor la prohibición de productos como pajitas, cubiertos y platos plásticos de un solo uso. Pero hay más medidas. Se quieren eliminar los envoltorios plásticos para frutas y verduras y de alimentos y bebidas consumidos dentro de restaurantes o cafeterías, además de los envases en miniatura de jabones y champús y algunos peines y gorros de baño que regalan los hoteles. La UE busca impulsar la reutilización o el relleno de los envases, así como la creación de un sistema obligatorio de devolución de latas y botellas y el uso de plástico reciclado para embalajes.
Agricultura ecológica
Bruselas también tiene como objetivo del Pacto Verde que los sistemas alimentarios sean más «justos, saludables y respetuosos con el medio ambiente». La estrategia «de la granja a la mesa» busca que el uso de plaguicidas se reduzca a la mitad y de fertilizantes en al menos un 20%. Es una manera de impulsar la agricultura ecológica y reducir los antimicrobianos utilizados en animales de granja.
Así, se usan la energía y los recursos naturales de forma responsable y se conserva el equilibrio ambiental y la biodiversidad. Además, se reduce el impacto sobre los ecosistemas y el obtener alimentos con sustancias y procesos naturales mantiene la calidad del agua y mejora la fertilidad de los suelos. Actualmente, España ocupa el segundo lugar en la lista de países de la UE con mayor superficie agrícola dedicada a cultivos de producción orgánica, por detrás de Francia, que recientemente la superó y alcanzó el primer lugar.
Edificios sostenibles
Según Eurostat, los edificios representan el 40% de la energía consumida y su construcción consume altas cantidades de recursos como arena, cemento y grava. Por este motivo, la Comisión Europea busca poner en marcha una «oleada de renovación» para que, como mínimo, se duplique el porcentaje de edificios públicos y privados renovados. La estrategia «construir y renovar» presta especial atención a la renovación de viviendas sociales, escuelas y hospitales, para contribuir así a la eficiencia energética.
Esta es una excelente noticia para la economía verde española. Además del desarrollo de energías renovables a gran escala –este país es uno de los líderes europeos en materia de energía solar y eólica–, la rehabilitación de edificios es uno de los sectores verdes con mayor potencial en España.
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